La lucha contra el fuego
Solo 20 personas cumplen prisión en España por provocar incendios
El fuego no solo arrasa bosques y pastos, también se lleva por delante las pruebas, lo que complica la labor de los investigadores
El castigo oscila entre los seis y nueve meses de cárcel por imprudencia y hasta los cinco años por incendio intencionado
Incendiarios y pirómanos, la larga mano del hombre detrás de los incendios
A pesar de los miles de incendios que se registran cada año en España –unos 15.000 aproximadamente–, y de que una gran parte suelen ser intencionados, la realidad es que en estos mismos momentos, tan solo hay 20 presos, todos hombres, cumpliendo condena –o a la espera de juicio– en varias cárceles del país.
Esto se debe a que, cuando un fuego forestal arrasa miles de hectáreas, las llamas no solo se llevan por delante árboles o pasto, sino también las pruebas que pueden ayudar a los investigadores a esclarecer su origen.
Es una situación difícil para las fuerzas de seguridad encargadas de investigar un incendio. Se trata de una actividad compleja, que requiere de conocimientos, tecnología y ciencia, con el objetivo de recopilar los datos necesarios y lograr el análisis correcto de los hechos.
Partiendo de la base de que la mera sospecha no es un nivel aceptable de prueba, la investigación abarca un amplio espectro difícil de cubrir por una sola persona.
El reconocimiento del lugar en el que se ha producido un siniestro se llama inspección ocular y esta debe ser, según los expertos, precisa, minuciosa, inmediata, objetiva y ordenada.
El concepto básico es que si no se establece el origen de un incendio, jamás se podrá averiguar la causa.
Por todo lo anterior, en muchas ocasiones los responsables no reciben su castigo, a pesar de ser juzgados. Esto es por la imposibilidad de demostrar su culpabilidad.
Así lo interpretó en mayo la Audiencia de Pontevedra, que absolvió a un hombre que había sido condenado a seis años de prisión por un delito de incendio por imprudencia grave.
No cuestionaba este tribunal que él fuera el autor, e incluso que fuera negligente al quemar restos forestales en una finca, pero rechaza que se le pueda imputar una imprudencia de carácter penal porque había solicitado licencia para la quema, el riesgo de incendio ese día era moderado y, además de contar con una manguera, estaba acompañado de un vecino que podía ayudarle.
En abril, la Audiencia de Toledo también mantuvo la absolución de tres acusados al considerar que las pruebas reunidas no permitían confirmar que el incendio que arrasó casi 600 hectáreas de bosque y pastos en el término municipal de Valdeverdeja fuera causado por las chispas de una radial utilizada para colocar unas placas solares en una finca.
Causas y motivaciones
De acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, existen 25 motivaciones diferentes como origen de los incendios forestales donde aparece la mano del hombre.
Las imprudencias de los campesinos y agricultores a la hora de eliminar el matorral y los residuos agrícolas representan el 26,8 % del número total de incendios originados en España, según unos datos actualizados hasta el año 2018. Eso significaba 44.464 incendios y un total de 328.037 hectáreas calcinadas entre los años 2001 a 2015.
En el caso del 18,3 % –3.4597 incendios forestales y 124.601 hectáreas quemadas–, se trata de pastores y ganaderos que lo causaron para regenerar el pasto. A partir de ahí, pirómanos (5,9 %), vandalismo (3,6 %), cazadores para facilitar la caza (2 %) o venganzas (1,2 %) aparecen en los primeros puestos de esta siniestra clasificación.
Tipo de penas
Cuando llega la condena, de la pena impuesta en caso de imprudencia, que estriba entre los seis a los nueve meses de prisión, pudiendo endurecerse el castigo en el caso de que el incendio se haya ocasionado en una zona de especial protección, a los cinco años de máxima cuando el fuego fue intencionado.
A continuación, exponemos la radiografía, a grandes rasgos, de cómo están penando los tribunales españoles a los causantes de los incendios, un problema que ha azotado al país en los últimos meses.
La condena suele ser de entre seis y nueve meses de prisión, aunque el castigo se endurece en el caso de que el incendio se haya ocasionado en una zona de especial protección. La condena de cárcel siempre va acompañada de una multa, cuyo importe oscila entre los 420 y los 3.600 euros, según el caso.
Cuando se trata de fuegos intencionados, la pena se sitúa entre los tres y los cinco años, según haya o no dilaciones indebidas durante el procedimiento judicial.
Así, la Audiencia de Cáceres dictaminó una condena de tres años a un hombre que quemó con un mechero un total de 179 hectáreas en el paraje de la localidad de Navalmoral de la Mata. En La Coruña, el autor de 28 fuegos en 2017 fue condenado a tres años y tres meses. Dos hombres se llevaron los cinco años de cárcel por prender en 2020 varios fuegos en matorrales cerca de un camino, cuando fueron pillados por un testigo.
El perfil de los responsables
El Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil es la rama encargada de investigar estos incendios. Explican que su tasa de esclarecimiento es del 30 % y que el hombre suele estar detrás en la mayoría de los casos. No obstante, reducen los cálculos de las asociaciones ecologistas apuntando a que la mayor parte de estos suelen deberse a negligencias y solo una cuarta parte son intencionados.
Pero los que preocupan últimamente a las autoridades son los intencionados, tras los cuales suelen existir intereses económicos o de otro tipo. Estos son los llamados incendiarios, que además suelen actuar con premeditación. En muchas ocasiones se trata de trabajadores que quieren cambiar la maquinaria o evitar el coste que le supondría una tala y recurren al fuego para recibir ayudas, explican desde el SEPRONA.
Otro perfil menos común es el de los pirómanos. Estos son los más peligrosos, ya que tiene un trastorno psicológico y «disfrutan viendo arder el monte». «Suele ser alguien que ya ha provocado incendios previamente y tiene fascinación por el fuego. Necesitan provocar un incendio para sentirse aliviados», añade la portavoz de este cuerpo de la Guardia Civil.
Cinco presos en Cataluña
Por otra parte, en las cárceles de Cataluña –comunidad que tiene transferida la competencia en Prisiones– están recluidos por este delito cinco hombres, uno de ellos en prisión provisional.