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Vista del estado de las cerezas en la comarca cacereña del Valle del Jerte, que ha dicho prácticamente adiós a su campaña de recolección de cerezas, cuando tan solo se había recolectado el 20 % de la producción, debido a que el 80 % restante se ha visto afectado en gran medida por las lluvias caídas en los últimos días en el norte extremeño

Vista del estado de las cerezas en la comarca cacereña del Valle del Jerte
EFE

¿Beneficio o perjuicio? Así han afectado al campo las lluvias de mayo

Muchos agricultores han respirado aliviados por estas precipitaciones, pero cultivos como la vid en El Bierzo o los cerezos en el Jerte han resultado perjudicados

Las lluvias de los últimos días han caído, nunca mejor dicho, como agua de mayo para la mayor parte de los agricultores y para la población en general, que ya preveía un verano muy afectado por la sequía. Aunque la capacidad de los embalses sigue descendiendo, esta agua provocada por la sucesión de DANAs suponen un aporte de humedad «muy valioso» para los suelos, tal y como declaró el portavoz de la Aemet, Rubén del Campo.

Lo peor de estas precipitaciones ha sido que muchas de ellas se han producido de forma torrencial, lo que ha generado inundaciones y destrozos en zonas como Murcia, Castellón, Madrid u Orense.

Sin embargo, las borrascas también han traído lluvias eficientes, que son aquellas que se dan durante todo el día y estas sí, son beneficiosas para los cultivos. Lo son en especial para las higueras, el cereal, los olivos y cualquier fruto que no se recoja en este momento. Sin embargo, los técnicos de la Asociación Jóvenes Agricultores (Asaja) han mostrado su preocupación por el olivar, que está en fase final del proceso de floración y por tanto la abundancia de agua es contraproducente porque puede afectar al cuaje.

Asimismo la organización califica las precipitaciones como «un respiro» para la producción de hortalizas, cítricos y almendros, si bien han llegado «demasiado tarde» para el cereal –trigo, cebada y avena– cuyas cosechas «estaban ya perdidas en un 90 % en la comarca de la Hoya de Alcoy», por ejemplo.

Negativo para viñedos y cerezos

La lluvia tampoco es especialmente buena para los viñedos, tal y como ha recordado la Estación de Avisos de Plagas de Carracedelo (León), que ha subrayado la vigencia del riesgo de infección de mildiu y black rot en la región leonesa de El Bierzo.

La vid está empezando a florecer ahora y se encuentra en «un estado fenológico muy sensible a los ataques de ambos hongos», por lo que los racimos que se infecten en este estado de floración y cuajado, se necrosan y se pierden.

Otro caso afectado por las lluvias es el de la cereza en Extremadura, donde la organización agraria UPA-UCE ha indicado que las fuertes precipitaciones en todo el norte de Cáceres han provocado una situación «catastrófica» y, aún a la espera de que finalice el temporal para evaluar daños, ya ha pedido a las distintas Administraciones y a Agroseguro que comiencen cuanto antes el peritaje para determinar el alcance de las pérdidas.

La vicesecretaria general de la organización agraria, María Antonia Alcalá, ha definido el panorama como «desolador» pues el cultivo «se ha estropeado de manera generalizada tanto en el Valle del Jerte como en la zona de Las Hurdes», con «un destrozo» en todas las variedades del cultivo de cereza, como lapins, california, van, verdes, coloradas o maduras.

Aunque nunca llueve a gusto de todos, está claro que el agua caída en los últimos días favorece la situación de sequía. Los suelos tienen un aporte de humedad y, sumado a que los cielos están más nubosos y la humedad del aire es alta, la evaporación es menor, lo que favorece que la vegetación reduzca su estrés hídrico.

Aunque el estado de los embalses no termine de mejorar, se salva así la primavera, que ya no va a ser la más seca de su serie. Se suman, además, otros efectos positivos, como que el agua caída en el Mediterráneo ahorrará un mes de riego con agua embalsada, según datos de la Confederación Hidrográfica del Júcar.

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