Un fundador de Greenpeace admite que el alarmismo climático es «100 % falso»
Hace un tiempo llamó la atención una intervención de Patrick Moore, uno de los miembros fundadores de Greenpeace, donde reveló el uso de «falsas narrativas» para recaudar fondos y denunció que la ONG había abandonado su base en la ciencia.
Desde ese momento, Moore no ha dejado de hacer intervenciones en ese sentido, criticando a varios grupos medioambientales importantes, incluido Greenpeace, del que fue presidente en su organización canadiense. La silvicultura, la energía nuclear, los organismos genéticamente modificados o el uso de pesticidas son algunos de los temas en los que el expresidente de la formación se ha mostrado crítico.
Asimismo, ha llegado a negar el cambio climático habiendo declarado que el aumento de dióxido de carbono atmosférico es beneficioso, que no hay pruebas de que las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono sean responsables del calentamiento global y que, incluso si fuera cierto, el aumento de la temperatura sería beneficioso para la vida en la Tierra.
A pesar de que existe cierto consenso científico que tira por tierra todas estas declaraciones, cada vez son más los ecologistas y científicos de diferentes campos los que cuestionan sobre todo las formas y resaltan que se está cayendo en un alarmismo climático que no es del todo fiel con la realidad.
Moore defiende en su obra Falsas catástrofes invisibles y amenazas de fatalidad, la energía nuclear, que se dice que es muy peligrosa pero «las cifras demuestran que es una de las tecnologías más seguras». También critica que se culpe de los incendios forestales al cambio climático «cuando en realidad están causados por una mala gestión de la carga de combustible en el bosque». A todo esto hay que sumar la teoría de que el CO2 invisible proceda de combustibles fósiles, que hará que la Tierra sea demasiado caliente para la vida.
A todo esto lo llama «historias de miedo» que «sencillamente no son ciertas», al igual que los informes que aseguran que el último verano fue el más cálido de la historia, algo que también tacha como una «mentira». Ha llegado a asegurar que el alarmismo climático «es 100% falso», alegando que no nos encontramos en una crisis climática.
Intereses «económicos y políticos»
El exmiembro de Greenpeace ha insistido en su postura en diversas entrevistas y conferencias recientes. Añade que el supuesto consenso sobre el cambio climático no es tal, sino que responde a intereses económicos y políticos. «Si eres profesor en una universidad y no estás de acuerdo con el tema del clima, no recibirás dinero», comenta.
Insiste en que no hay ninguna prueba científica definitiva de que el CO2 «sea responsable del ligero calentamiento», pero que sí que hay una certeza «más allá de toda duda razonable de que el CO2 es el componente básico de toda la vida en la Tierra, y que sin él este sería un planeta muerto».
Además, destaca que los ecologistas están ahora metiéndose con los agricultores porque los alimentos están causando el calentamiento global, algo que, según él, terminará en que solo los ricos puedan permitirse la compra de alimentos y las demás personas mueran de inanición.
Por otro lado, ha hablado en multitud de ocasiones de su antigua organización, Greenpeace, asegurando que esta fue «secuestrada por la izquierda política porque eran más inteligentes en política que nosotros, que, en realidad, no éramos políticos, éramos activistas».