Recelos en Bruselas por la campaña de Von der Leyen en contra del lobo

La posición de Ursula von der Leyen con respecto a la caza del lobo cambió radicalmente en 2022. Hasta entonces, la presidenta de la Comisión Europea había defendido su protección, en parte por la deriva ecologista de Bruselas, pero dio un giro de 180 grados cuando una noche de septiembre le afectó de forma muy personal.

Dolly, el poni de la líder del Ejecutivo europeo, fue asesinado por el lobo GW950m, que tenía hasta nombre porque el animal favorito de Von der Leyen no era su primera víctima. Había sido identificado previamente después de matar a alguna oveja, pero no pudo ser sacrificado por las leyes vigentes, así que volvió a actuar sin miramientos.

Fue entonces cuando la presidenta de la Comisión Europea convirtió la lucha contra el lobo en una campaña personal, una especie de venganza por lo que ocurrió a su querida Dolly. Pero no todos en Bruselas ven con buenos ojos ya no el cambio de parecer del Ejecutivo sino su empeño en convertir el tema en primordial para Europa.

De puertas para dentro, hablan de un cambio «extraño» y «desconcertante». No se trata de algo vital para la UE, pero Von der Leyen lo está tratando como tal por intereses personales. En condiciones normales, la caza del lobo sería un asunto gestionado por técnicos especialistas, en grupos de trabajo del Consejo Europeo, pero la líder del Ejecutivo ha hecho de ella una cruzada para convertirse en abanderada de la defensa de los agricultores.

Un mes después de que GW950m matara a Dolly, Von der Leyen solicitó un informe detallado sobre la situación del lobo, que vio la luz el pasado mes de diciembre. Fue entonces cuando la Comisión se sumó a la petición que ya habían realizado varios países de la UE para reducir el proteccionismo que existe sobre el lobo, pero la legislatura terminará sin que haya conseguido ningún cambio, pese a las presiones que han recibido algunos diplomáticos para cerrar el expediente con rapidez.

Lo que se trata es de rebajar el estatus que tienen los lobos de «estrictamente protegidos» a simplemente «protegidos», lo que abriría la puerta a que pudieran ser sacrificados con mayor facilidad y según una serie de condicionantes. Por ejemplo, que atacaran a parte de un rebaño.