Lince ibérico: así ha sido la asombrosa recuperación de una especie que deja de estar en peligro de extinción
No todo son malas noticias las que difundimos los medios de comunicación. Este jueves se ha producido una que supone un logro para las autoridades españolas, y es que el lince ibérico ha dejado de estar en peligro de extinción, situación en la que se encuadraba desde principios del siglo XXI, hace 23 años.
En aquel momento, la especie contaba con apenas 94 ejemplares en dos poblaciones separadas –Andújar y Doñana, ambas en Andalucía–, un número que ha evolucionado hasta los 2.000 linces con los que se cuenta en la actualidad.
El lince es una especie endémica de la Península Ibérica caracterizada por ser un felino de patas largas y cola corta con unas típicas orejas puntiagudas. Se distribuyen principalmente por las regiones de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia, así como unos 300 ejemplares en Portugal.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha anunciado la recuperación de la especie. No obstante, ha advertido que sigue estando amenazada, principalmente debido a las posibles fluctuaciones en la población de conejos europeos, sobre tod si surgen nuevos brotes virales. Además, la especie es vulnerable a enfermedades transmitidas por gatos domésticos. La caza furtiva y los atropellos siguen siendo amenazas significativas, particularmente en áreas donde carreteras con mucho tráfico atraviesan el hábitat del lince.
Pero, ¿cómo se ha conseguido este repunte poblacional en tan poco tiempo? La UICN ha recalcado que medidas como ampliar la diversidad genética de la especie mediante translocaciones y un programa de reproducción 'ex situ' han sido «clave» para aumentar el número de ejemplares.
De igual manera, los esfuerzos de conservación de esta especie se han centrado en aumentar la abundancia de su presa, el conejo europeo en peligro de extinción (Oryctolagus cuniculus), proteger y restaurar el hábitat forestal y de matorral mediterráneo y reducir las muertes causadas por la actividad humana.
Unas medidas que han sido posibles gracias a la cogobernanza entre administraciones –comunidades autónomas, ministerio o con las autoridades portuguesas– con el apoyo de la UE en el marco del proyecto Life, así como la colaboración de entidades privadas, organizaciones ambientalistas y toda la sociedad en su conjunto han sido fundamentales para el éxito del proyecto.
En caso de proseguir esta senda de recuperación, la UICN vaticina que el estado de recuperación total llegará en 100 años, «suponiendo que los esfuerzos de conservación continúen con la máxima eficacia».
«Hito histórico»
Son muchas las reacciones positivas al anuncio de que el lince deja de estar en peligro de extinción. Desde la organización WWF lo consideran «un éxito mundial a nivel de conservación» y un «hito histórico», siendo la primera especie que desciende dos categorías de amenaza en dicha lista en tan solo 21 años. Para la ONG, esta «gran noticia» pone de relieve que el trabajo conjunto realizado por 21 organizaciones y coordinado por la Junta de Andalucía «está dando sus frutos y acerca a esta especie a los objetivos de alcanzar las 750 hembras y entre 3.000-3.500 ejemplares, para considerar al lince de forma definitiva una especie fuera de peligro».
Ramón Pérez de Ayala, portavoz de WWF España y experto en esta especie, precisó a Efe que, para considerar definitivamente salvada la especie, son necesarias «750 hembras reproductoras, pero ahora mismo son 406», por lo que es está «a mitad de camino».
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha sido el responsable de adelantar esta noticia a través de su perfil de X, donde ha recalcado que el cambio de estatus del lince es «un éxito de todos a través del proyecto LIFE Lynx-Connect» y que es «un orgullo para Andalucía liderar la recuperación de la especie».
Su consejero de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Ramón Fernández-Pachecho, ha felicitado de manera muy especial en un acto en el Senado a los que «no van a tener la oportunidad de salir en la foto»: agentes de medio ambiente, técnicos de administraciones, a la Guardia Civil, Seprona, a las sociedades de cazadores, organizaciones agrarias y periodistas.
Por su parte, Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica, ha agradecido el esfuerzo de «muchas administraciones, muchas organizaciones y muchos centros de investigación» que han permitido recuperar el lince ibérico con centros de cría en cautividad desde los que después ha sido posible la liberación de ejemplares.
«Hoy el lince está presente en la mayor parte de las regiones del sur de la península ibérica en España y en Portugal. Es un programa de éxito, como pocos existen a nivel mundial, pero hay otras amenazas a las que seguir prestando atención», ha advertido. «Hoy estamos en condiciones de poder alumbrar una luz de esperanza para el lince, de celebrar un programa como pocos de éxito en el conservacionismo a nivel mundial y tiene firma ibérica, tiene firma española», ha señalado.