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El huracán Helene en su camino hacia Florida (EE.UU.)

El huracán Helene en su camino hacia Florida (EE.UU.)EFE

La temporada de huracanes atlánticos llega a su fin dejando un reguero de víctimas y devastación

Beryl, Helene, Kirk o Milton han sido algunos de los ciclones más catastróficos de este año, que han dejado cientos de muertos y daños por valor de miles de millones de dólares

La temporada de huracanes ha llegado a su fin. Lo hizo el pasado sábado poniendo el punto a una de las más atípicas, y es que el huracán Beryl fue el más temprano de categoría 5 desde que hay registros y por primera vez en la historia ha habido tres huracanes activos en el Atlántico en un mes de octubre.

La cuenca del Atlántico registró 18 tormentas con nombre en 2024. 11 de ellas fueron huracanes y cinco se intensificaron a huracanes mayores de categoría 3, 4 o 5 en la escala Saffir Simpson, con vientos de 178 kilómetros por hora o más, según informa la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) . Esta ha sido la novena temporada consecutiva con una actividad superior a la media.

Lo cierto es que la época más activa comenzó intensamente, pero hubo una pausa en agosto, que suele ser el pico de la temporada. Esto ocurrió debido a los vientos y las lluvias particularmente intensos en África occidental, que crearon un entorno menos propicio para el desarrollo de tormentas.

Beryl, Helene, Joyce, Kirk, Leslie o Milton han sido algunos de los ciclones más catastróficos de este año, que han dejado cientos de muertos y daños devastadores que han supuesto la pérdida de miles de millones de dólares en infraestructuras.

Menos muertos, más pérdidas económicas

Aunque el número de muertos ha ido disminuyendo de forma considerable en los últimos años debido a las alertas tempranas y la mejora de la gestión del riesgo, los perjuicios económicos están aumentando. Entre 1970 y 2021, los ciclones tropicales fueron la principal causa de pérdidas humanas y económicas en todo el mundo y generaron más de 2.000 desastres. No obstante, el número de muertos disminuyó de más de 350.000 en la década de 1970 a menos de 20.000 entre 2010 y 2019. Las pérdidas económicas registradas en 2010-2019, por contra, ascendieron a 573.200 millones de dólares.

Según informa la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en los Estados Unidos, cuatro huracanes han causado pérdidas por más de mil millones de dólares este año, mientras que los pequeños Estados insulares en desarrollo del Caribe siguen sufriendo desproporcionadamente.

«Año tras año, la crisis climática sigue batiendo nuevos récords, dando lugar a fenómenos meteorológicos más extremos, incluidos ciclones tropicales que se intensifican rápidamente, lluvias intensas e inundaciones», afirmó la Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo.

Calor récord de los océanos

El aumento récord de las temperaturas oceánicas ha elevado la velocidad máxima de los huracanes que pasaron por el Atlántico en 2024. Un análisis del instituto de investigación estadounidense Climate Central revela que los 11 huracanes de la temporada 2024 se intensificaron entre 14 y 45 kilómetros por hora.

«Las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero han influido en las temperaturas de la superficie del mar en todo el mundo», afirmó a la prensa el autor del estudio, Daniel Gilford. Este calor hace que los vientos huracanados sean más potentes.

Así, tormentas tropicales como Debby y Oscar se tornaron rápidamente huracanes. Y huracanes como Milton y Beryl subieron de categoría 4 a 5 en la escala Saffir-Simpson, y el devastador Helene pasó de categoría 3 a 4. Cada cambio de categoría supone un aumento de su poder destructivo de aproximadamente cuatro veces.

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