Científicos publican el primer inventario global de 40 'megatsunamis' desde 1674 hasta hoy
Este catálogo detalla las alturas máximas de las olas, las causas y las fuentes, basándose en datos disponibles y referencias bibliográficas clave
El Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y la Universidad Complutense de Madrid han presentado el Catálogo Global de Megatsunamis Históricos (GHMCat), que reúne los 40 eventos documentados desde la erupción explosiva en la isla de Thera (Santorini), Grecia, alrededor de 1600 a.C., hasta la actualidad.
Este catálogo, publicado en la revista científica GeoHazards, detalla las alturas máximas de las olas, las causas y las fuentes de los megatsunamis, basándose en datos disponibles y referencias bibliográficas clave. Según el estudio, un 'megatsunami' se define como un fenómeno extremo en el que las olas, causadas por deslizamientos masivos o avalanchas rocosas de gran magnitud, alcanzan una altura máxima de 35 metros o más, impactando principalmente costas de acantilados.
Los investigadores emplearon como base las dos principales bases de datos globales de tsunamis históricos, complementadas con publicaciones científicas. De los 2.800 eventos registrados, 700 superaron un metro de altura, pero solo 40 fueron clasificados como 'megatsunamis'. Cada caso fue revisado minuciosamente con fuentes originales, consultando más de 300 publicaciones desde 1888 hasta 2024.
De estos 40 eventos, el 1,5 % alcanzaron alturas superiores a 40 metros, y algunos incluso sobrepasaron los 100 metros. El evento más grande registrado ocurrió en 1958 en Lituya Bay (Alaska), causado por una avalancha de rocas tras un terremoto de magnitud 7,8. Este deslizamiento de 35-40 millones de metros cúbicos de rocas desde 600 metros de altura provocó una ola de 524 metros que devastó 10 km² de bosque.
Otros eventos destacados incluyen el megatsunami de 1963 en el embalse de Vaiont (Italia), donde un deslizamiento creó una ola de 250 metros, destruyendo aldeas enteras, y el de 1980 en Spirit Lake (EEUU), vinculado a la erupción del monte Santa Helena, con olas de 260 metros.
El estudio también resalta el papel del retroceso glaciar, las pendientes pronunciadas y las masas rocosas fracturadas en la generación de estos fenómenos. Según los autores, el calentamiento global podría aumentar la frecuencia de grandes deslizamientos de tierra y megatsunamis, ya que el retroceso de glaciares desestabiliza las pendientes en regiones frías y montañosas.