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Peces en un lago

Peces en un lagoFreepik

Casi un cuarto de los animales de agua dulce están en riesgo de extinción

Los ecosistemas de agua dulce son de los más amenazados del planeta debido a la creciente demanda de recursos

El daño ambiental en ríos y lagos está empujando a los animales de agua dulce al borde de la extinción, con el 24 % de las especies en peligro. Miles de peces, cangrejos y libélulas podrían desaparecer en las próximas décadas, y muchas más seguirán el mismo camino si no se toman medidas. Una evaluación histórica de casi 24.000 especies encontró que una de cada cuatro está en riesgo de extinción; de estas, casi 1.000 están críticamente amenazadas, y 200 podrían ya haber desaparecido.

La falta de datos dificulta entender la magnitud del problema, pero Catherine Sayer, autora principal del estudio del IUCN, exige acciones urgentes. Señala que los paisajes de agua dulce, hogar del 10 % de todas las especies conocidas, son cruciales para la vida humana, pues proporcionan agua potable, controlan inundaciones y ayudan a mitigar el cambio climático. Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Nature.

Los ecosistemas de agua dulce son de los más amenazados del planeta debido a la creciente demanda de recursos. Especialmente afectados están los humedales, con una pérdida estimada de 3,4 millones de kilómetros cuadrados desde 1700, lo que equivale al tamaño de la India. Además de perjudicar a la biodiversidad, esta desaparición limita nuestra capacidad para combatir el cambio climático y prevenir inundaciones. La sobreexplotación del agua y las represas también reducen el hábitat disponible, como ocurre con el río Colorado, que ya no llega al mar.

Los animales que sobreviven enfrentan contaminación por aguas residuales, desechos industriales y plásticos. Aunque el agua dulce sustenta al 10 % de todas las especies, los estudios se enfocaron en cuatro grupos clave: decápodos, odonatos, moluscos y peces. Los decápodos, como cangrejos y camarones, enfrentan amenazas por pesticidas provenientes de la agricultura. Estos químicos dañan su desarrollo, especialmente durante la muda. Por su parte, los odonatos, como libélulas, son vulnerables a la pérdida de hábitats debido a la conversión de humedales y la tala.

La falta de datos afectó el análisis de moluscos como mejillones y caracoles, aunque investigaciones previas sugieren que un tercio está en riesgo. Esto elevaría aún más la proporción de especies amenazadas. Dado lo interconectado de los ecosistemas de agua dulce, revertir estas tendencias requiere cooperación internacional. Solo así los animales de agua dulce, esenciales para el equilibrio ecológico y humano, tendrán una oportunidad de sobrevivir.

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