La macroestafa de iPhone falsos que le costó a Apple 12 millones de dólares
Los estafadores le colaron a la empresa de la manzana hasta 16.000 productos falsos en 10 años
La gran estafa que ha sufrido Apple durante 10 años ha visto la luz y gracias a los medios de Estados Unidos podemos conocer más sobre cómo trabajaba esta red que ha provocado unas pérdidas a la compañía de 12 millones de dólares.
El programa de reparaciones de productos de Apple, sobre todo en iPhone, Apple Watch y iPad consiste en que si está en garantía Apple entrega al cliente un modelo reacondicionado y si tiene que pagarla, prefiere entregar un modelo igual pero nuevo. Así, evita tener que reparar sus dispositivos en talleres y que queden manipulados en un proceso que puede generar problemas.
Red de estafadores
A lo que se dedicaba esta red de estafadores era a entregar a Apple modelos falsos de iPhone y de iPad alegando que estaban defectuosos y exigiendo uno nuevo. Este proceso lo llevaron a cabo 16.000 veces en 10 años durante marzo de 2024, aunque no ha trascendido cómo Apple tuvo constancia de ello.
Los móviles falsos se compraban en China y eran imitaciones perfectas en su exterior. Los ladrones activaban la garantía oficial (AppleCare) online para que una empresa de transporte recogiera el dispositivo. Así evitaban acudir a una tienda y que pudieran ser grabados por cámaras de seguridad. En el caso de tener que ir presencialmente, lo hacían a minoristas en California y con la validación online del proceso para evitar que manipulasen el iPhone, iPad o cualquier otro dispositivo y pudieran descubrir que era una copia.
El número de serie que proporcionaban a Apple era de modelos robados a otras personas que tenían activada la cobertura de la compañía de Cupertino. Esto también pudo provocar que los dueños de esos dispositivos no pudiesen utilizar la garantía porque ya había sido activada.
El número de serie que proporcionaban a Apple era de modelos robados a otras personas
Una vez pasado este trámite, solo les quedaba esperar que Apple les enviase su nuevo producto y se quedase con el falsificado. Los ladrones visitaron hasta 10 tiendas al día, según algunos registros, más todo lo que gestionaban con repartidores. Lo hacían con direcciones y nombres falsos para recibir la mercancía.
Ahora el caso está en proceso judicial y los imputados se enfrentan a 22 cargos como fraude electrónico, fraude postal, robo de identidad agravado y tráfico de productos falsificados que puede depararles varios años en prisión.