
Pedro Sánchez quiere tomar el control de la IA
De los medios a la IA: la obsesión de Pedro Sánchez por controlar todo lo que pueda ser «perverso»
La Ley para el buen uso y la gobernanza de la inteligencia artificial establece sanciones y obliga a identificar contenidos
La imagen que ilustra este artículo ha sido una petición a Grok, la IA de X. El pie de foto avisa al lector de que en ningún momento se trata de hacerle creer que Pedro Sánchez se pone cada mañana delante de ChatGPT con un látigo para controlar sus respuestas.
Pero hay algo nuevo que hemos conocido esta semana. El Gobierno tiene previsto obligar por ley a identificar los contenidos que se generan con inteligencia artificial (IA) y establecerá además un régimen sancionador para quienes utilicen esas tecnologías de forma perversa.
Una ley para la IA
Así se recogerá en la Ley para el buen uso y la gobernanza de la inteligencia artificial, cuyo anteproyecto aprobó el martes el Consejo de Ministros y con el que el Ejecutivo pretende facilitar que los usuarios puedan diferenciar con nitidez los contenidos que son reales de los que son virtuales.
Si alguien ve una similitud entre esta ley y la ley de medios de comunicación, es por algo. De hecho, el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, ha subrayado la trascendencia de esta nueva norma, y se ha referido a la inteligencia artificial como un «poderoso» instrumento que puede favorecer el crecimiento económico, favorecer la lucha contra muchas enfermedades o el desarrollo de nuevos fármacos. Y aquí es donde el Gobierno muestra su habitual obsesión al decir que también una herramienta para «difundir bulos, expandir el odio y atacar a la democracia».
El Gobierno quiere aprobar una ley que regule la IA
No hace falta recordar como los partidos políticos utilizan vídeos generados por IA para ridiculizar a sus adversarios, pero sí que hay que poner en foco en el futuro de esta tecnología, especialmente, en la inteligencia artificial generativa (IAG) que ya forma parte del nuevo universo de los chatbots.
Al menos, director de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA), Ignasi Belda decidió utilizar su exposición pública en una conferencia en Palma aseguró que la normativa europea veta las prácticas que atentan contra derechos fundamentales, pero no limita las investigaciones de empresas y universidades. Aunque aseguró que, las empresas e instituciones que las utilicen deben aplicar condiciones de transparencia, sesgo, trazabilidad y respeto a la propiedad intelectual, entre otras.
Europa lleva años regulando todo lo que le rodea. Su interés nunca ha estado en fomentar la industria tecnológica y eso se traduce años después en un durísimo informe Draghi donde se llama la atención sobre una UE atrofiada que podría acabar siendo colonizada por las IAG que llegan de Asia o Estados Unidos.
Este Gobierno ha demostrado que la palabra «perverso» tiene significados diferentes dependiendo quién ponga el juego
Y es, precisamente, estos procesos los que quiere controlar Pedro Sánchez ley mediante. Sin saber mucho más, el párrafo que dice que se establecerá «un régimen sancionador para quienes utilicen esas tecnologías de forma perversa» deja mucha dudas porque este Gobierno ha demostrado que la palabra «perverso» tiene significados diferentes dependiendo quién lo ponga el juego, por ejemplo, en las informaciones. No es lo mismo que se investigue sobre los presuntos delitos cometidos por Begoña Gómez, que los cometidos por Alberto González. Lo primero son bulos, lo segundo noticias de interés público.
En unos años, pocos, cualquier IAG será capaz de analizar estos procesos judiciales y mediáticos y entregar al usuario un resumen más o menos extenso de cómo se produjeron, el trato mediático o su sentencia final. Si el relato del Gobierno no coincide con el análisis del ChatGPT de turno, ¿será sancionado? Esto va más allá, cumplir la ley o recibir sanciones será la decisión de cualquier empresa que quiera montar un negocio con una IAG en España. El peligro de que las respuestas no gusten o no encajen con la ley podría derivar en una multa millonaria. Todo puede ser perverso.
El nuevo régimen del Gobierno consiste en poner puertas al campo de la IA, controlar lo que responde y cómo se utilizan estas respuestas gracias a la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial. Sin duda, esto genera dudas sobre Alia, la IA española y pública que presume de haber sido entrenada en español y lenguas oficiales. La chapuza sigue estando presente en una web que no es capaz de explicar en catalán quién es Gaudí.

ALIA y su falta de respuestas
De controlar a los medios a controlar la IA. Una obsesión peligrosa que derivará en la huida de cualquier empresa española o extranjera por el miedo a no pensar como pide el Gobierno.