'MasterChef'
El lanzamiento de cuchillos, deporte de moda en 'MasterChef'
Los roces entre varias aspirantes ponen la salsa a la cuarta gala, en la que hubo expulsión doble
C omienzan a volar los cuchillos en las cocinas de MasterChef 10. Entre ellas, y con ellos como espectadores. Los roces pusieron la salsa a la cuarta gala, en la que hubo un eliminado en la primera prueba y otro en la última. Doble garrote (vil).
Para abrir boca, un eliminado
La noche empezó a todo tren: en la primera prueba se repartieron tres pines de la inmunidad y un billete de salida. Así, para abrir boca. Lo del expulsado compensaba la falta de un eliminado en la gala anterior.
Los pines de la inmunidad tienen además nuevas cualidades: en esta edición se pueden emplear antes, durante o después (justo al acabar el plato, no ya una vez presentado ante los chefs) de las pruebas.
Los aspirantes levantaron una caja y bajo ella se encontraron nueve ingredientes a los que se rindió tributo en alguna de las ediciones anteriores. Tuvieron que usar seis de ellos y añadirle un novel food, es decir, un alimento que no se consumía en Europa antes de 1997. Los chefs Oriol Castro y Mateu Casañas (tres soles Repsol) supervisaron el cocinado y marcaron el camino con un mar y tierra. El jurado lo formaron antiguos participantes en MasterChef Junior.
María Lo presentó unos magníficos raviolis que dedicó a su novia, con la que cumple dos años. El guiso de rabo de toro y rape de Jokin quedó raro, lo cual no resulta extraño puesto que añadió huevo y chocolate sin mucho sentido. El mar y montaña de Patricia pasó el corte. Claudia mezcló el rape con alcachofa y plátano, con un resultado «malísimo», según Jordi Cruz. Tortilla de hormigas y un rape con tomate formaron la propuesta de Luismi, que recibió un aprobado.
La salsa que elaboró Iván era la guinda a un plato «terrorífico», según los chefs. La propuesta de Teresa gustó, pero algo más lo hizo la de David. Verónica firmó un plato «de alta cocina». A Julia se le fue la mano con el chocolate. Adrián cumplió, pero se quedó corto de cantidad. Paula hizo un postre rico. El bizcocho de Eva quedó seco, igual que el de Yannick.
Verónica, María Lo y David se abrocharon los pins en la chaquetilla blanca. Jokin, Iván, Claudia, Patricia y Julia fueron llamados a capítulo como los peores: las dos últimas fueron las menos malas de ese furgón de cola. La expulsión quedó entre los otros tres y recayó en Iván, que lo asumió con deportividad y lágrimas, si bien menos que su amigo Luismi., totalmente desolado con este adiós.
Iván se convirtió así en el tercer eliminado de la edición, tras Berto y Giraldo.
La Torre de Babel
La prueba de exteriores fue la Torre de Babel. El chef libanés Basem Alawartany y el sudafricano Jan Hendrik van der Westhuizen (distinguido con una estrella Michelín) dirigieron los equipos… en sus propios idiomas.
Alawartany estuvo al frente del azul, formado por Verónica, Paula, Eva, Luismi, Adrián, Claudia y Yannick. El menú lo formó una crema de pimientos rojos troceados con nueces tomate y jugo de granada (Muhamara); un hojaldre relleno con tres elaboraciones, que eran arroz con pasas, cordero guisado y almendras especiadas (Uzzi lahem); y un postre a base de crema pastelera y una masa de fideos horneados (Othmalie). Yannick y Claudia tuvieron momentos de tensión con Verónica, a la que los chefs la acusaron de andar un poco subidita y dar consejos que nadie le había pedido.
Jan Hendrik van der Westhuizen se puso el brazalete del conjunto rojo, que tuvo que realizar un buñuelo de masa frita (Vetkoek), un pastel elaborado con ternera picada (Bobotie) y un pudding de albaricoques con infusión de vainilla (Malva pudding). Ese fue el reto de María Lo –también acusada por los chefs de ir de «sobrada»–, Teresa, Julia, Patricia, Jokin y David.
Entre los dos equipos tenían que elaborar un menú solidario para cien voluntarios de Médicos Sin Fronteras. Joan Manuel Serrat, socio y colaborador de esta oenegé, se pasó por los fogones y hasta cantó unos versos de Mediterráneo para los aspirantes, que se dirigieron en todo momento a él como «señor».
Luismi fue elegido el mejor de la prueba en la que no ganó ningún equipo. Los chefs repartieron los delantales negros de forma individual y fueron a parar a Eva, Verónica, Paula, María Lo, Julia y Teresa. Por tanto, seis mujeres se enfrentaron a la eliminación.
Prueba final
Al volver a los fogones, la tensión seguía ahí. Volaron cuchillos en el análisis en frío de la prueba de exteriores.
Samantha Vallejo-Nágera dejó caer que hay compañeros (Claudia sobre todo) que creen que el romance incipiente entre Jokin y Eva es una estrategia. «Mucha gente al principio se pensaba que yo estaba jugando con él, porque pensaba que no podría gustarme, pero el hecho de que la gente piense eso dice más de ellos que de mí. Yo me dejo llevar», quiso aclarar Eva, que empleó la frase favorita de los cornudos y cornudas de La isla de las tentaciones, que es «me dejo llevar». Se trataba de un dardo a Claudia, la reina del botox a sus 28 años de edad, la catalana que le tira la caña al chef Pepe. «Que utilices a una persona que sí se está pillando por ti me parece feo y de ser una persona muy estratega y ruin», sentenció, en el confesionario, la muy desconfiada Claudia.
El siguiente cuchillo lo lanzó la guapísima y perfeccionista Verónica, publicista salmantina: «La envidia es un problema muy grande, pero sobre todo para el que la tiene». «No se puede tener todo, como ella», replicó rauda Eva mientras Patricia ponía una indisimulable cara de desprecio. El asunto venía caliente de la prueba de exteriores, donde Verónica decidió ordenar y mandar sin que nadie se lo pidiese. «Cuando acabó la prueba fui a hablar con ella. Me dijo que no quería hablar. Así que sigo esperando a que venga a hablar», criticó Claudia, que es el perejil de todas las salsas.
Los delantales negros tuvieron que elaborar un clásico de la cocina inglesa: Yorkshire pudding with gravy and roast beef. «Es una mezcla entre pan y una masa ligera de bollería, parecido a un soufflé, con una textura mucho más tierna», explicaron los chefs. María Lo y Verónica decidieron no entregar el pin de la inmunidad «de momento» –tampoco lo hicieron después– y por tanto fueron de la partida en la prueba que iba a significar una salida.
A María Lo solo le falló el emplatado: fue la mejor de largo. Teresa y Verónica lograron un aprobado alto.
Julia, Paula y Eva se equivocaron en la elección de la carne. La realidad es que no llegaron a entender la prueba. La peor de las tres fue la benjamina, que tuvo que entregar su delantal. Antes de irse, pronosticó que ganará Verónica. Si los cuchillos no acaban antes con ella, claro.