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Luismi, el Curro Romero de 'MasterChef'

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MasterChef

El Curro Romero de 'Masterchef 10' salva el pellejo

Luismi, al que Carmina Barrios llamó tonto, sorteó la expulsión en una gala en la que Patricia fue repescada y Julia tomó la puerta de salida

Fue Pepe Rodríguez el que mejor definió al personaje: «Es el Curro Romero de la cocina. Te puede hacer una faena de dos orejas o salir a almohadillazos», dijo de Luismi, el bombero madrileño capaz de lo peor y de lo mejor. En la primera prueba hizo el ridículo. En la segunda, fue el principal motor del caos de su equipo. Todo apuntaba a su adiós al programa, pero no. Curro/Luismi no se fue por la puerta grande, pero tampoco por la de salida. Se marchó a la galería, donde se encontró con la repescada Patricia, que mostró buena mano con el dulce, y desde donde dijo adiós a Julia.

Primera prueba

La primera prueba de la noche fue un clásico del programa: la del robo de alimentos. En su condición de aspirantes más destacados de la última prueba por equipos en la gala anterior, a Claudia y Luismi les correspondió el privilegio de ser los cacos. En cada cesta había diez ingredientes (dorada, cebolletas, alcachofas, espinacas baby, hojaldre, huevos, garbanzos cocidos…) y cada uno de los ladrones podía llevarse un máximo de veinticinco.

Luismi perpetró un robo equitativo, y hasta se sustrajo ingredientes a él mismo. «No sabe ser malo», sentenciaban sus compañeros desde la sala desde donde, vía televisión, siguieron el robo. Claudia no fue tan buena, y se ensañó especialmente con Verónica, la única que a estas alturas conserva el pin de la inmunidad. Tuvieron que cocinar con lo que quedó en sus cestas, además de integrar lo que encontraron bajo la caja misteriosa, que fue kimchi, el plato más tradicional y representativo de la gastronomía coreana.

Claudia y Julia apenas tuvieron bajas en sus cajas. En el otro extremo, Verónica, quien se quedó con dos ingredientes (hojaldre y huevos) y Adrián, que tuvo que cocinar solo con tres (alcachofas, hojaldre y cebolletas). Carmina Barrios, semifinalista de la sexta edición celebrity, se remangó ante los fogones tras ser víctima de un robo perpetrado por Luna, finalista de MasterChef 8.

Jokin hizo un plato vegetal estupendo rematado con una salsa exquisita. Julia firmó una propuesta sin gracia: «Tenías una cesta maravillosa y no has sabido sacarle partido», criticó Pepe Rodríguez. Adrián intentó ser original con su flor de kimchi, pero no le llovieron pétalos. La empanadilla con huevo, hojaldre y kimchi de Verónica resultó espectacular. A María Lo le faltó sal y valentía. David triunfó con una combinación arriesgada. Yannick presentó un plato fallido «lo mires por donde lo mires» (Jordi Cruz dixit). Claudia quiso innovar y fracasó al destrozar un pescado.

Luismi merece párrafo aparte. Se la jugó y se la pegó con un plato desastroso y «hortera», lamentó Pepe Rodríguez. «El Luisma era tonto, pero Luismi no...», empezó diciendo Carmina Barrios, pero al final cambió de opinión. Le llamó «tonto» por haberse robado a él mismo y lo emparentó con el personaje de su hijo en Aída, el tal Luisma.

David, Jokin y Verónica fueron elegidos, por este orden, los mejores de la prueba. La reacción del primero fue como la de Benzema el sábado cuando el árbitro pitó el final: o sea, de lo más contenida. En el otro rincón, los peores: Claudia, Yannick y, por supuesto, Luismi.

David fue el triunfador en la primera prueba

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Exteriores en Segovia

La prueba de exteriores llevó a los aspirantes a La Finca la Estación de Segovia, una antigua fábrica de ladrillos. Pero no solo a ellos: también a los eliminados en las seis galas anteriores, pues fue el escenario de la prueba de repesca. El chef Óscar Hernando (distinguido con un sol Repsol) firmó el menú a cocinar por los dos conjuntos. Setenta segovianos saborearon estas delicias elaboradas con algunos de los mejores ingredientes de la provincia.

David tuvo el privilegio de capitanear un equipo y repartir el otro brazalete, que adjudicó a Claudia, a la que ve débil. También pudo elegir si quería contar con cinco o cuatro elementos en su escuadra, y eligió tener uno más que la otra.

Fue un duelo entre los «Losers» y el «Dream Team». Claudia decidió elegir a Yannick, Luismi y Julia: «Somos el equipo de los losers. Somos los retales. ¡Pues quiero ir con mis retales hasta el final!», proclamó la capitana del equipo azul. «Tengo el dream team», reaccionó David, que formó el conjunto rojo con María Lo, Verónica, Jokin y Adrián.

Jokin –segundo mejor en la prueba anterior– eligió que su equipo elaborase un menú formado por carpaccio de espárragos y trucha con semisalazón con sus huevas (entrante) y lasaña de corzo y crema de garbanzos de Valseca con chiles (principal). Al azul le correspondió cocinar tartar de morcilla y chorizo con crema de judiones de La Granja (entrante) y terrina de ternera morucha con cigala (principal).

Los «Losers» se le pegaron. David intuía que Claudia iba a sembrar el caos, y así fue: ella colaboró con su peculiar selección, especialmente la de Luismi. No obstante, el capitán del equipo se mostró «inseguro» y «no ejerció de líder», lamentaron los chefs. Aún así, ganó el conjunto azul, con María Lo como aspirante más destacada.

Por otra parte, los siete repescados se jugaron el billete de vuelta elaborando postres del chef invitado. David y Paula no llegaron a presentar plato. Patricia y Eva pelearon por la plaza, que al final atrapó la primera para disgusto de Jokin, privado del reencuentro en las cocinas con su novia.

Prueba de eliminación

De vuelta a las cocinas, los delantales negros (Claudia, Yannick, Luismi y Julia) tuvieron que reproducir un plato de Pepe Rodríguez en el menor tiempo posible: se trataba de una sopa con múltiples elaboraciones que evocaba su infancia. Almudena Gandarias, ganadora de MasterChef Abuelos 2, siguió la prueba de cerca.

Yannick fue el primero en acabar su plato, a los 73 minutos, y, una vez que terminó, los demás solo dispusieron de un minuto para emplatar: su propuesta fue la más similar a la de Pepe Rodríguez. «Yo pensaba que hoy te ibas», le confesó Jordi Cruz a Luismi, quien resolvió su plato «medianamente bien», según el catalán.

El asunto quedó entre las dos mujeres que vestían delantal negro. A Claudia la faltó finura en las elaboraciones y el pescado le quedó crudo. Pero afortunadamente para ella hubo quien lo hizo peor: «El caldo no sabe a nada. Ha sido un cocinado caótico», criticó Jordi Cruz a Julia, poco antes de que MasterChef le abriese la puerta de salida. En la galería lloraba David, con el que la sumiller ha hecho buenas migas.

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