Joaquín, el novato  Los libros que Pablo Motos estudió para ser presentador

El tercer programa de Joaquín, el novato reunió a Pablos Motos con el futbolista. Con la excusa de que quería formarse como presentador, lo entrevistó a fondo.

Empezaron por el principio. Motos trabaja como DJ, y el espectáculo que hacía en las pistas lo traladó a las ondas. «Y cuando llego a la radio, digo: ‘Esto me gusta a mí mucho’».

Pero le faltaba formación. «Empiezo a estudiar», contó. ¿Pero el qué? ¿Periodismo? ¿Comunicación Audivisual? Qué va. «Yo me di cuenta de que no tenía vocabulario. Y dije: ‘¿dónde están las palabras?’. En el diccionario. Y me estudié el diccionario».

Y después le tocó el turno a otro libro: «Luego me estudié el diccionario de sinónimos y antónimos. Era el locutor más pesado de la radio. Decía ‘el famoso, afanado, renombrado, acreditado…’. Yo decía la retahíla de todo lo que había aprendido, las iba tirando todas».

Consejos para el novato

«O sea, me lo tengo que aprender», preguntó, temeroso, Joaquín. «No, no, no, no. Lo que tienes que hacer es hablar con mucha gente. Lo más difícil de esto es escuchar. Porque cuando tú estás presentando tú siempre tienes la tentación de hacer la siguiente pregunta, y que la pregunta sea buena. Tú estás pensando en ti, no estás pensando en el invitado. Es al revés: tú lo que tienes que pensar es que el otro es el que tiene que estar bien», contestó Motos.

Explicó su método. «El trabajo mío se basa en la obsesión. Yo tengo que entrevistar a Rosalía. Entonces, empiezo a escuchar a Rosalía, empiezo a ver qué han escrito de Rosalía, y empiezo a inventarme una conversación que creo que me gusta. Y luego otra. Y luego otra. Y luego escribo preguntas que creo que son buenas». «Tú tienes que llevar las cosas preparadas para luego no hacerlas. Porque la improvisación es una estupidez como un piano de cola. Si improvisas, lo que va a pasar es que te vas a repetir al tercer progama. Tú, trabaja», aconsejó al futbolista del Betis.

Más consejos, para cuando hay que llamar la atención a alguien. «Tú no puedes echar un bronca gritando. Y la bronca tiene que ser cortita. Cuanto más cortita, más impacto».

Su mujer es coordinadora de guión de El Hormiguero, donde también trabajan las dos hijas de ella y un sobrino de Motos. Cuando vuelven del programa a casa, le pide un favor: «Por favor, no me hables». Porque al acabar el programa él entra en un momento de descompresión, «como cuando subes del mar».