Cine
Jim Caviezel y el rodaje de 'La Pasión de Cristo' que casi le lleva a la muerte: «Noté una gran presencia»
El actor, que sufrió serias complicaciones de salud y llegó a ser operado a corazón abierto, asegura que notó «una gran presencia» en el rodaje de la película dirigida por Mel Gibson
En 2004, la carrera de Jim Caviezel alcanzó su mayor punto de popularidad al encarnar a Jesucristo en el filme La Pasión de Cristo, dirigido por Mel Gibson. La película, que narra las últimas 12 horas de la vida de Jesús, fue un fenómeno mundial, recaudando más de 600 millones de dólares en taquilla. Sin embargo, el rodaje dejó profundas cicatrices, físicas y emocionales, en Jim Caviezel, mientras su participación en la cinta marcaba un antes y un después en su vida y su carrera.
Jim Caviezel tenía precisamente 33 años cuando Mel Gibson le ofreció protagonizar La Pasión de Cristo. Este detalle lo interpretó como una señal para aceptar el rol. El rodaje resultó una experiencia que le llevó al límite, con un nivel de realismo que trascendía la pantalla y afectaba directamente a su cuerpo. «El sufrimiento fue real», confesó el actor, refiriéndose a los numerosos accidentes que sufrió durante la filmación.
Uno de los episodios más impactantes ocurrió cuando fue alcanzado por un rayo mientras grababa la escena del Sermón de la Montaña. «Sí, fui iluminado como un árbol de Navidad. Lo supe cuatro segundos antes. Dije: 'me va a impactar'. Y cuando sucedió, vi a uno de los extras caer frente a mí. Lo que vieron fue fuego saliendo por los lados de mi cabeza y un resplandor alrededor de todo mi cuerpo», relató Caviezel.
Jim Caviezel y sus problemas de salud en el rodaje
Jim Caviezel fue azotado realmente de forma accidental en dos ocasiones durante las escenas de la crucifixión, lo que le causó una gran cicatriz en la espalda, y sufrió la dislocación de su hombro cuando la cruz se desplomó sobre él. Además, sufrió hipotermia y una neumonía por las prolongadas horas de rodaje en condiciones de frío extremo. Esta serie de adversidades culminó en una grave infección pulmonar, que requirió que se sometiera a dos cirugías, incluida una a corazón abierto, que pusieron en peligro su vida. Las extremas condiciones de trabajo llevaron su cuerpo al límite, derivando en un agotamiento total y un colapso físico.
Uno de los momentos más complejos fue la filmación de la crucifixión, que se extendió durante cinco semanas. Jim Caviezel debía soportar largas sesiones de maquillaje que comenzaban a las dos de la madrugada y duraban hasta ocho horas. El maquillaje no solo debía mantenerse impecable durante las escenas, sino que en algunas ocasiones se hacía necesario dormir con él puesto para ahorrar tiempo.
Más allá de las dificultades físicas, el intérprete experimentó una transformación espiritual. En varias entrevistas ha recordado una «gran presencia» que sentía durante algunas escenas clave, lo que le llevó a orar profundamente. «No quiero que la gente me vea a mí. Solo quiero que vean a Jesús. Y, a través de eso, las conversiones ocurrirán», expresó, refiriéndose a su propósito al interpretar a Cristo.