Marta Etura, la actriz que rompe los moldes de la izquierda en el cine español
La intérprete donostiarra regresa al cine con El Color del Cielo después de cinco años metida en la piel de Amaia Salazar, el personaje de la trilogía del Baztán de la escritora Dolores Redondo
Marta Etura, actriz española nacida en San Sebastián en 1978, dijo en 2016 cosas como que Mariano Rajoy debía gobernar porque su partido había sido el más votado, que con Otegi no había debate político posible pues no podía presentarse a cargo público alguno al haber pertenecido a ETA, o que no había que olvidar que «había crecido rodeada de muertos de ETA, de secuestros, de extorsiones. Vivíamos bajo el terror».
Palabras novedosas en un intérprete español. Etura también habló entonces del machismo del cine, y de los ERE de Andalucía, lo que calificó como «una vergüenza», e incluso dijo que creía que la Sanidad, la Educación y los Transportes debían de ser públicos, pero podían estar gestionados por empresas privadas. A no pocos artistas manifestaciones similares le costaron el apartamiento del mundillo por sus propios hacedores. Pero Etura ha seguido manifestándose e interpretando con carácter, con talento y con libertad.
Vicepresidenta de la Academia
Fue vicepresidenta de la Academia de Cine (la llamaron para ofrecerle el puesto) y dijo que no repetiría, mayormente porque sus aportaciones no se tuvieron nunca en cuenta (el verso suelto en los debates cuyas decisiones se tomaban democráticamente), según contó.
No se declara de derechas y piensa que hay que votar «dependiendo de las necesidades del país en cada momento». Sobre Cataluña y el País Vasco dijo en 2019 que «Son diferentes porque en Cataluña no hay ningún grupo terrorista, pero sí encuentro algo muy negativo en común: en el momento en que la independencia parte a la ciudadanía en conmigo o contra mí, es un conflicto sin solución asegurado y una faena para la sociedad de Cataluña y para todos los españoles».
Admite que le han colocado en lugares que no le corresponden en el afán mediático del etiquetado ideológico que rechaza, al mismo tiempo que cree en lo esencial de «la tolerancia y el respeto ante la opinión ajena, ante la ideología ajena. Lo fundamental es respetarse y tolerarse». Un raro y bienvenido ejemplo dentro de un sector que siempre mira hacia un mismo lado.