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La escritora gallega Marilar Aleixandre

La escritora gallega Marilar Aleixandre, ganadora del Premio Nacional de Narrativa 2022

La ideología, el sectarismo y la politización de izquierdas que arrasan los premios literarios

Otra novela en lengua gallega y sobre mujeres ha recibido el Premio Nacional de Narrativa por segundo año consecutivo, cuyo jurado ha contado con una experta en «Estudios de Género»

El Premio Nacional de Narrativa ha vuelto a recaer en un escritor gallego por segundo año consecutivo, en este caso una escritora, Marilar Aleixandre, y en un libro escrito en gallego. Las mujeres, otra vez, vuelven a ser protagonistas. Lengua gallega y feminismo, o más que feminismo, revisionismo, «recuperar la memoria», lo llaman ahora. Excelentes autores españoles opacados por las temáticas de moda. las temáticas de cuota sin las que es imposible obtener relevancia en el ámbito cultural.

El jurado del galardón, compuesto por representantes de las Reales Academias de la Lengua Española, Vasca, Valenciana o Gallega, además de un miembro del Instituto de Estudios Catalanes, ha contado también con una especialista del Centro de Estudios de Género de la UNED.

En Reino Unido, el famoso concurso fotográfico Taylor Wessing también acaba de dar sus premios, donde no el arte de la fotografía, sino el reflejo de la multiculturalidad, del globalismo y del auge de las minorías, son los poderes para adquirir notoriedad, los criterios valorativos que dan el primer premio a la imagen de una señora desplegando un tendedero y el segundo a la de una mujer negra, peinada, maquillada y desnuda de busto, por encima de su hijo travestido a imagen y semejanza de ella. El retrato de niño de Kirgizistán que sujeta en brazos a su mascota completa el extraño podio de fotografías premiadas.

Premios secuestrados por la ideología

Es el «compromiso progresista» el requisito fundamental para obtener visibilidad. La politización de los premios que han cambiado el registro. Las minorías, como la literatura en gallego, copando el Premio Nacional de Narrativa español. ¿Tiene sentido? El mensaje político es lo único que cuenta para unos premios secuestrados por la ideología. En España y en el mundo. La deriva ideológica que premia el alarde de la doctrina imperante.

Al otro lado del océano, los Pulitzer confirman una realidad que se extiende por el mundo. Jerry Sadowitz, famoso cómico escocés cuyos espectáculos han sido censurados, dice que la cultura de la cancelación no es cultura, sino un dictado que se pretende imponer. La sociedad mundial puesta a escribir al dictado, como niños que aprenden a escribir, como jóvenes y adultos que aprenden a escribir de nuevo.

Los Pulitzer, el Nobel o el Goncourt

El Pulitzer de fotografía ha sido para una imagen del asalto al Capitolio, por parte de los seguidores de Donald Trump, se especifica. El New York Times, el diario de los nuevos tiempos por antonomasia, copa los restantes premios. El de periodismo nacional ha sido concedido a un análisis sobre las repetidas muertes de personas a manos de la Policía cuando los agentes dan el alto a los automovilistas. En categoría internacional resultó premiado un reportaje sobre el fracaso de los bombardeos en Irak, Siria y Afganistán, mientras que el premio de crítica fue para la activista Salamishah Tillet, por una pieza sbre el papel de la raza en las artes y la cultura.

El Goncourt español en 2022 (el Goncourt original lo ganó el año pasado el senegalés Mohamed Mbougar) fue en marzo para el haitiano Louis- Philippe Dalembert por una obra sobre el asesinato de George Floyd (temática triunfadora de los Pulitzer en 2021). El Premio Medicis lo ganó la escritora Christine Angot por una obra sobre el incesto sufrida por ella misma, los temas, como la descripción detallada de su propio aborto de la Nobel Annie Ernaux, que sucedió en el premio de la Academia sueca al desconocido autor tanzano Abdulrazak Gurnah y sus libros sobre las desigualdades raciales.

De todos ellos, más allá del premio, desde Gurnah a Fraga o Marilar Aleixandre, la nueva Premio Nacional de Narrativa, no se ha sabido más. La calidad o el interés de sus obras no han suscitado ningún interés, valga la redundancia, ni del público, ni de la crítica, lo que da una idea del valor puramente ideológico de sus galardones y de su fama impostada por ellos.

El escritor Budd Schulberg escribió en los 50 la novela Más dura será la caída, sobre la promoción de un boxeador argentino de gran presencia física, pero de nula capacidad boxística. La obra se convirtió en una película protagonizada por Humphrey Bogart y Rod Steiger. Toro Moreno era el nombre del púgil de cartón piedra que el mánager y los medios ascendieron a los cielos para dejarlo caer cuando ya no cabía otra cosa.

Los ganadores de premios literarios y artísticos son los nuevos Toros Moreno que caen por su propio peso de inanidad casi inmediatamente después de ser reconocidos porque ni siquiera son promocionados, simplemente utilizados como munición de la ideología global que pretende imponerse al dictado, como afirma Jerry Sadowitz, cuyo espectáculo ha sido cancelado varias veces este año por irónico. La ironía que hace pensar, que es algo completamente contrario a la consigna fundamental (donde la calidad es más que secundaria en beneficio, por ejemplo, del necesario experto en Estudios de Género en un jurado literario) para obtener un premio.

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