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Los Reyes Magos en la Cabalgata de Madrid

Imagen de archivo de la cabalgata de los Reyes Magos en MadridEuropa Press

La RAE explica cómo escribir correctamente el tratamiento que se les da a los Reyes Magos

La institución da algunas pautas para no cometer errores a la hora de escribir correctamente el tratamiento a los Reyes Magos

El título de su majestad que tradicionalmente tienen los Reyes y Emperadores europeos hunde sus raíces en la Roma Antigua, cuando las más altas autoridades de la República romana recibían el tratamiento de maiestas.

Con la instauración del sistema monárquico en la persona de Octavio César Augusto y la creación del Imperio Romano en el siglo I de la Era Cristiana, el título pasó a ser de uso exclusivo del César.

Tas la caída de Roma, el título pasó a los emperadores del Imperio Carolingio y del Imperio Romano de Oriente y, posteriormente, del Sacro Imperio Romano Germánico.

Aunque hoy está ampliamente asentado dicho tratamiento en todas las casas reales europeas, lo cierto es que no siempre fue así, ya que el título estaba tradicionalmente reservado al emperador de romanos, mientras que los Reyes empleaban el tratamiento de alteza real.

Así era el título, por ejemplo, de los Reyes Católicos, aunque, el caso de Isabel y Fernando constituía una excepción, ya que a partir de la concesión papal del título de Católicas Majestades en 1496 sí empezaron a emplear el tratamiento reservado para los emperadores de romanos.

La fórmula se cambió con la llegada de Carlos V y la dinastía de los Habsburgo a España. El primero de los Reyes de la Casa de Austria instauró el tratamiento de su majestad para referirse al Rey, mientras que el de alteza real pasaría a ser el título propio del Príncipe de Asturias y de los Infantes (hasta entonces, simplemente altezas).

Es en esa misma época cuando el tratamiento de su majestad se instaura también en el Reino de Francia, en el Reino de Inglaterra y en las demás monarquías europeas.

Los Reyes Magos

Como no podía ser de otro modo, la tradición popular comenzó a otorgar el título de sus majestades a los Reyes Magos de Oriente y así se sigue expresando hoy.

Cada Navidad los medios de comunicación españoles dan amplia cobertura a cabalgatas y eventos de esta tradición cristiana que, pese a la ola laicista y cristianófoba, sigue mostrando una gran fuerza de arraigo en la población española.

Por ello, la Real Academia Española, a través de la Fundeu RAE, ha publicado una serie de recomendaciones para no errar a la hora de referirse a Melchor, Gaspar y Baltasar.

Según la Fundeu, el modo correcto de referirse a los Magos de Oriente que acudieron a adorar al Niño Jesús en Belén es sus majestades los Reyes Magos, con «sus majestades» en minúscula.

Aunque es frecuente verlo escrito con mayúsculas, la Ortografía de la lengua española es clara al señalar que los tratamientos que preceden a nombres propios deben escribirse con minúscula.

Solo podría estar justificado escribir el tratamiento en mayúscula si figura sin el nombre propio, «Sus Majestades», y la mayúscula sería obligatoria en su abreviatura, «SS. MM.».

En ese sentido, la Ortografía de la lengua española recuerda que las fórmulas de tratamiento «son adjetivos o nombres comunes, por lo que no hay razón lingüística para escribirlos con mayúscula. Así pues, deben hoy escribirse con minúscula inicial todos los tratamientos».

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