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Ernest Urtasun en la inauguración de "Manifesta 15"

Ernest Urtasun en la inauguración de «Manifesta 15»EFE

Urtasun promociona 'Manifesta 15', la Bienal de «arte» que es pura ideología «woke»

Afirma el ministro que la exposición itinerante que este año se celebra en Barcelona «es una oportunidad para poner la cultura al servicio de la sociedad, con el ecologismo y el urbanismo en el centro de una conversación»

Si alguien espera ver obras de arte en la Bienal de arte 'Manifesta 15' que en esta ocasión se celebra en Barcelona puede abandonar cualquier esperanza. Al menos en el arte entendido como tal y no como se entiende ahora, la mayor parte de las veces solo ideológicamente.

«Manifesta 15» es un festival de formas ideológicas, donde la estética o la belleza no están entre sus características. Una exposición itinerante que hace las delicias de Urtasun a juzgar por su profusa promoción en las redes. Dice el ministro de Cultura que «la bienal #Manifesta15 llega a Barcelona y a su área metropolitana para invitarnos a reflexionar sobre nuestro vínculo con la ciudad a través del arte».

Arte como la exposición Arxius negres: fragmentos de una metrópoli anticolonial, «la historia de las comunidades negras de Barcelona, constantemente silenciadas, aunque presentes desde hace siglos en la metrópoli, y de manera más visible por los procesos inmigratorios postfranquistas...».

Una presentación en «tres ámbitos: Cuidar y cuidarnos, Imaginando futuros y Equilibrando conflictos. Cada uno ahonda en un universo particular de la existencia negra en el territorio...». No hay nada reconocible artísticamente en esta muestra, como tampoco lo hay (aunque sí un poco más) en el tapiz de A Largely Distorted yet Surprisingly Ordered Map of Regular Irregularities: A Dense Description of The Present Day History of The Future.

Una obra que «va desplegándose hacia el exterior, hacia sistemas que colapsan caóticamente, desde la forma en que los seres humanos destruyen las masas de agua hasta las prácticas abusivas de las bioindustrias, en nombre de un crecimiento económico infinito...». De momento la cuestión racial y el ecologismo como bases del «arte».

A Urtasun le encanta lo que para él es «la gran cita itinerante del arte contemporáneo...», y «una oportunidad para poner la cultura al servicio de la sociedad, con el ecologismo y el urbanismo en el centro de una conversación en la que los derechos culturales tienen gran protagonismo». Ecologismo, urbanismo y derechos culturales. ¿Y el arte?

Pensadoras feministas poscoloniales

Quizá se lo parezca (arte) la exposición Chef Mbixi, o más bien la «instalación», como se empieza a llamar ahora a las exposiciones (en vez de artistas parece que se habla de fontaneros o electricistas ideológicos, con todos los respetos y admiración por los fontaneros o electricistas no ideológicos), donde la artista camerunesa y española Agnes Essonti Luque «se inspira en pensadoras feministas poscoloniales y negras, así como en temas de conexión ancestral, narración de historias y memoria (...) generando encuentros performáticos alrededor de los sentidos y la transmisión cultural».

El lenguaje expositivo es inequívoco de por donde van los tiros, el mismo en el que se desempeña el artista «performativo» Carlos Bunga, que usa cartón y cinta adhesiva como materiales de sus obras (el exministro Iceta patrocinó una exposición suya en el mismísimo Museo del Prado al lado de obras maestras del arte.

O el mismo que utiliza Maja Escher, quien con «Arcilla, bastones, cuerdas, piedras, hortalizas y otros elementos encontrados o regalados» combinados con «adivinanzas, refranes y canciones (...) cultiva y comparte una profunda observación de los ecosistemas y conocimientos ancestrales en torno a la tierra y sus elementos primordiales».

Todo en línea con, por ejemplo, el colectivo artístico afincado en Barcelona, Jokkoo, «impulsado por su afán de explorar y amplificar las creaciones más vanguardistas de las escenas experimentales y alternativas del continente africano, su diáspora y las comunidades aliadas de todo el mundo». Esto es 'Manifesta 15', la Bienal que promociona el Ministerio de Cultura también por parte del secretario de Estado, Jordi Martí, quien afirma que pone el foco en la «crisis ecosocial».

Vender ideología como arte

Es la forma progresista de confundir. De vender ideología como arte para lograr sus objetivos políticos. Una cultura (donde Urtasun es el perfecto representante), secuestrada, casi se diría que arrasada, por la disidencia gubernamental como eficaz instrumento de propagación de los nuevos valores. Una tarea que nada tiene que ver con el arte.

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