El Rijksmuseum recibe una estatua de Bernini en préstamo permanente de un coleccionista privado
Mide 72 centímetros de altura y es un modelo de estudio de terracota de Tritón, de pie sobre una concha, que Bernini creó por encargo del papa
El Rijksmuseum de Ámsterdam ha recibido una escultura del artista italiano Gian Lorenzo Bernini, un modelo del dios griego del mar, Tritón, como préstamo permanente de un coleccionista privado, la única obra del escultor barroco que estará en Países Bajos, una adquisición que la pinacoteca califica de «histórica».
La escultura mide 72 centímetros de altura y es un modelo de estudio de terracota de Tritón, de pie sobre una concha, que Bernini creó por encargo del papa para la Fontana del Moro en la Piazza Navona, una de las plazas más importantes y representativas de Roma.
«Il Moro»
El modelo de Tritón fue realizado en 1653 y la figura final fue tallada en mármol por el asistente de Bernini, Giovanni Antonio Mari. «Como los habitantes de Roma interpretaron los rasgos faciales como africanos, la escultura recibió rápidamente el apodo de «il Moro» («el Moro»), nombre que hoy identifica a la fuente, Fontana del Moro», detalla.
La pieza de terracota que reside ahora en Ámsterdam había pasado desapercibida durante siglos porque estuvo en las privadas manos de una familia italiana descendiente del cardenal Flavio Chigi y además estuvo cubierta por una capa gruesa de pintura oscura, eliminada durante una restauración en 2018, que ocultaba la calidad de la obra.
Una segunda versión
«La escultura transmite gran dinamismo gracias al giro del cuerpo y el movimiento hacia adelante –navegando en la concha– en dirección a la gran Fontana dei Quattro Fiumi. Una imaginaria ráfaga de viento parece levantar los rizos y la barba de la figura marina, mientras el agua que emana de la boca del delfín entre sus piernas refuerza la sensación de movimiento», dice el Rijksmuseum.
Existe una segunda versión de esta escultura en el Museo de Arte Kimbell en Fort Worth, Texas, y es un modelo con más detalles que, según la pinacoteca, fue probablemente creado por Bernini como regalo a su cliente, el papa Inocencio X, tras finalizar la fuente.