«Sudáfrica y el camino a la libertad». Del racismo institucionalizado a la democracia
El director de la Casa de América, el diplomático español Enrique Ojeda Vila, traza en este libro los hitos que llevaron a Sudáfrica a desmantelar el apartheid de la mano de Nelson Mandela
El proceso de transición a la democracia en Sudáfrica, después de las largas décadas del régimen racista del apartheid, es tan complejo y ha sufrido tantos reveses que parece un milagro que se haya podido culminar con éxito.
CATARATA / 245 págs.
«Sudáfrica y el camino a la libertad»
La institucionalización del apartheid a partir de la victoria del NP (National Party) en 1948 y hasta su desmantelamiento tras la victoria de la ANC (African National Congress) y la proclamación de Nelson Mandela como presidente en 1994, había establecido un monopolio del poder en manos de los blancos afrikáners (de origen holandés) frente a los negros y mestizos.
La separación de etnias y la marginación de los pueblos originarios de Sudáfrica parecía enquistado en un sistema político injusto sustentado en la supremacía blanca. Revertirlo requirió un proceso lento y no exento de dolor. Dos nombres resaltan sobre el resto en el proceso de democratización y de reconciliación nacional: Frederick de Klerk y Nelson Mandela.
El diplomático español y director de la Casa de América, Enrique Ojeda Vila, realiza en «Sudáfrica y el camino a la libertad. Del Apartheid a la democracia» un repaso exhaustivo, bien documentado y, al mismo tiempo, ameno del recorrido histórico de Sudáfrica.
Ojeda Vila logra hacer comprensible y sencillo un proceso político con innumerables variables y antecedentes históricos a tener en cuenta, ramificaciones e interpretaciones sin que el lector se pierda.
Para ello, inicia su relato en los orígenes mismos del problema, el proceso colonizador europeo en los siglos XIX y XX, traza la evolución histórica de Sudáfrica a lo largo de la sibilina construcción del edificio del apartheid por parte de la élite de la minoría afrikáner y concluye con la llegada de Nelson Mandela como la figura catalizadora que lograría ponerle fin.
El autor consigue que entendamos la trascendencia de la figura de Mandela, no sólo para Sudáfrica
El autor consigue que entendamos la trascendencia de la figura de Mandela, no sólo para Sudáfrica, sino para el desarrollo de los pueblos africanos y el devenir del mundo del siglo XX.
La influencia de Mandela supera las fronteras sudafricanas para alzarse como un símbolo del mundo actual construido sobre las ruinas postcoloniales y postsoviéticas. Nelson Mandela fue capaz de evolucionar desde la justificación de la lucha armada para combatir un sistema político criminal, como era el apartheid, a lograr coser los diferentes fragmentos en que se había roto la sociedad sudafricana.
Tras 30 años en la cárcel por motivos políticos, Mandela se convirtió en la figura deseada tanto por la comunidad negra sudafricana como por una parte de la blanca afrikáner y británica para sacar a Sudáfrica del ostracismo internacional en que lo metieron los responsables del régimen racista.
He amado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que todas las personas vivan en armonía
La frase que pronunció al salir de la prisión, en un discurso ante sus partidarios, definió sus intenciones: «He combatido la dominación blanca y he combatido la dominación negra; he amado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que todas las personas vivan en armonía y en igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que he vivido y que espero ver consumado, pero si así debe ser, es un ideal por el que estoy preparado para morir».
Las palabras no eran nuevas, las pronunció por primera vez en 1964 durante el juicio en su contra, pero inspirarían todo el proceso de reconciliación nacional que impulsó.
En resumen: «Sudáfrica y el camino a la libertad» es un libro imprescindible, de lectura ágil, que captará la atención de duchos y profanos en la historia política del mundo contemporáneo.