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Nepenthes. Ernst Haeckel

Nepenthes. Ernst Haeckel

‘Gótico botánico’: Cuentos de un verdor perverso

Colección de relatos donde las plantas toman todo protagonismo y crean un jardín literario donde los seres más pacíficos del planeta se tornan en sujeto de terror

Lo vegetal ha sido un motivo ineludible en la literatura, aunque, más allá de las metamorfosis ovidianas, durante siglos ha estado asociado a mero papel de escenario. El desarrollo científico del siglo XIX confirmó lo que ya se intuía, que el reino vegetal está tan vivo como el animal. Aunque pueda parecer una verdad de Perogrullo, la constatación de que árboles y plantas estén sujetos a las leyes de la vida (irritabilidad, adaptación, reproducción, metabolismo, crecimiento y homeostasis) y que se les descubra más o menos sensibilidad incrementó el interés literario por un género como el gótico, que estaba desarrollándose en esa época y tenía su foco temático en el unheimlich o lo siniestro: aquello que nos es cercano y familiar pero por algún tipo de alteración o cambio de perspectiva se convierte en inquietante. ¿Qué hay más cercano y a la vez más desconocido que ese otro reino vivo y abundante pero perfectamente impenetrable como el vegetal? Este libro es un perfecto ejemplo de cómo inquietar con lo más quieto.

Cubierta de Gótico botánico

Edición de Patricia esteban Erlés Impedimenta (2024). 392 páginas

Gótico botánico

Varios Autores

Bajo el esdrújulo título de Gótico botánico la escritora Patricia Esteban Erlés selecciona y prologa una antología original e impactante: relatos escritos desde principios del siglo XIX hasta mediados del XX con dos temas en común. Una visión amplia pero acertada de lo gótico y la presencia central, argumental o temática, de plantas. El resultado es casi una veintena de cuentos escritos tanto por autores célebres como desconocidos entre nosotros. Entre los primeros encontramos a Nathaniel Hawthorne, Alphonse Daudet, H. P. Lovecraft, Eudora Welty y Roald Dahl. Tal vez alguno de estos relatos nos sea conocido, pero leídos en conjunto, como en un extraño jardín, provocan una experiencia diferente, donde el color verde brilla con tonos mucho más intensos.

Tanto o más interés despiertan los autores prologados menos conocidos, pues muchos son grandes exponentes de la literatura Pulp, revistas donde se publicaban relatos de género vario, pero siempre de temática impactante: horror, fantasía, ciencia ficción, detectivesca… En este caso, muchos relatos provienen de la famosa Weird Tales, donde publicó un desconocido Lovecraft. Y es que gran cantidad de los relatos aparecidos en este libro surgieron de lo que se llamó en su momento «subliteratura» y que ahora, lujosamente publicados por Impedimenta en edición de tapa, bien cosida y con detalles tipográficos cuidados tanto en el exterior como en el interior, demuestran tener tanta o más calidad que otros relatos publicados en su época en The New Yorker, por poner un ejemplo de revista coetánea y culturalmente considerada. Como hemos dicho, cada uno de los relatos va introducido por un prólogo de Esteban Erlés que describe de forma breve pero concisa la biografía de cada autor además de introducir los relatos de forma magistral.

El tono general de los relatos de Gótico botánico, como no podría ser de otra manera, es el del terror, pero al ser provocado por unos seres silenciosos y estáticos, familiares y aparentemente inofensivos, no es explícito ni violento. Muchas veces está solo sugerido, otras es inquietante: es el parsimonioso movimiento de las plantas el que marca el ritmo de las historias, su crecer a una velocidad lenta pero constante que aparenta quietud pero tiene la obstinación de lo inevitable. Lo que tiñe muchos de estos relatos de un sutil terror que puede ser cósmico en Lovecraft, espiritual en Counselman o biológico en Dahl.

La depravación total se llega con los relatos que proponen la hibridación entre las dos naturalezas: animal y vegetal. Encontramos seres vegetales formados por miembros humanos, como «El jardinero» de Margaret St. Claire, «El jardín de Adompha» de Clarck Ashton Smith o «Pensamientos verdes» de John Collier, que fue inspiración de las dos películas de La pequeña tienda de los horrores (Roger Corman en 1960 y Frank Oz en 1986).

En esta misma época, hace un año, la editorial Impedimenta publicó un libro similar en fondo y en estética, Solsticio siniestro: una colección de relatos góticos con el tema central del invierno y, por supuesto, el gran momento de la Navidad. Quienes disfrutaron de su lectura en estas noches tan largas tienen la oportunidad de continuar con esta obra que es una joya por dentro y por fuera.

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