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El superintendente de la Ópera de Nápoles (sur), Stéphane Lissner

El superintendente de la Ópera de Nápoles (sur), Stéphane LissnerÓpera de Nápoles

La justicia ordena reintegrar al jefe de la Ópera de Nápoles, «prejubilado» por Meloni

El superintendente de la ópera más antigua de Europa y autor de la modernización del San Carlo fue destituido en junio a pesar de que su encargo expiraba en 2025 por un cambio en la ley italiana

La justicia italiana ordenó hoy de forma «cautelar» la reintegración en sus funciones del superintendente de la Ópera de Nápoles (sur), Stéphane Lissner, «prejubilado» en junio por una polémica ley del Gobierno de Giorgia Meloni.

El director francés, desde 2019 al frente de esta ópera, la más antigua de Europa, había impugnado su destitución ante un tribunal laboral napolitano, que hoy le ha dado la razón cautelarmente, según informan los medios locales.

Lissner, autor de la modernización del San Carlo, fue destituido en junio a pesar de que su encargo expiraba en 2025 a causa de una ley del Gobierno de Meloni que fija en los 70 años el límite de edad para dirigir las fundaciones líricas del país.

En su lugar, el Ejecutivo puso a Carlo Fuortes, que hasta la fecha desempeñaba el cargo de consejero delegado de la televisión pública RAI y que en el pasado dirigió la Ópera de Roma.

Un problema político

La oposición denunció entonces que la salida por ley, «de un día para otro», de Lissner y la reubicación de Fuortes se debía a «un intento de tomar el control de la televisión pública».

Mientras que desde el Ejecutivo, el subsecretario del Ministerio de Cultura, Vittorio Sgarbi, expresó sus dudas de que «extranjeros» dirijan instituciones de alto prestigio como el San Carlo, La Scala de Milán –gestionada por el francés Dominique Meyer– o la Galería de los Uffizi de Florencia, con el alemán Eike Schmid al frente".

Por el momento se desconoce si Lissner volverá a dirigir el Teatro San Carlo de Nápoles, pues el encargo de Fuortes empezó en agosto, y fuentes de la institución musical prefieren no pronunciarse todavía.

El director francés calificó el fallo del tribunal como «un acto de justicia» en un comunicado enviado a los medios. «Es un acto de justicia después de meses en un 'limbo' que no merecía ni yo ni, sobre todo, el teatro San Carlo y la ciudad de Nápoles. Hoy el tribunal ha dado la primera prueba, fundamental, de que mi despido ha sido un acto ilegítimo 'ad personam'», denunció.

Y avanzó que «ahora» está «a disposición» para volver a desempeñar su trabajo «junto a las extraordinarias personas que trabajan en el teatro».

En medio de este embrollo legal, el San Carlo, fundado en 1737 por el futuro Carlos III de España, retomará esta noche su temporada lírica con una Madama Butterfly dirigida por Ferzan Özpetek.

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