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John Bonham, Robert Plant, Jimmy Page y John Paul Jones, componentes de Led Zeppelin, en 1961

John Bonham, Robert Plant, Jimmy Page y John Paul Jones, componentes de Led Zeppelin, en 1961

¿Es el solo de 'Stairway to Heaven' el mejor del rock? No para Jimmy Page: «Tengo otros mejores»

Led Zeppelin regaló al mundo un milagro de la música jamás igualado en forma de una canción que ha traído de cabeza a todos los amantes del rock: Stairway to Heaven

La mejor canción de rock de todos los tiempos, en el mejor disco de la historia del rock de la banda de rock n’roll más grande que jamás haya existido.

Stairway to Heaven, del disco Led Zeppelin IV, es un verdadero milagro: la música de Jimmy Page y la letra de Robert Plant, donde se aúnan los armónicos más rockeros con el folk celta.

Plant, vocalista del grupo londinense, reconoció en una entrevista que la letra nació de un arrebato creativo sin ser consciente, hasta que no terminó su escritura, del resultado de lo que había salido de su pluma.

La publicación años después de un audio de las pruebas de grabación de Stairway to Heaven muestran que su composición, en realidad, fue algo más compleja y no tan improvisada aunque, según Page, cerca del 60 % de la canción sí la escribió Plant de un tirón.

Si bien es cierto, como se muestra en dicha grabación, que Robert Plant fue componiendo la letra en una serie de sesiones de improvisación asombrosas.

Todavía hoy se debate sobre el verdadero significado de su letra abstracta y barroca. Probablemente, ni el mismo Plant sabe lo que quería decir, aunque son evidentes las referencias a la naturaleza y la mitología celta.

No hay, en cambio –tanto Robert Plant como Jimmy Page se han cansado de desmentirlo– ninguna referencia ocultista ni satánica, una teoría que Plant definió como «basura».

La canción, de ocho minutos, grabada en 1970 y estrenada en Belfast en marzo de 1971, comienza con la hipnótica melodía en la guitarra de dos mástiles de Jimmy Page, una musicalidad suave y nostálgica que ya introduce al oyente en un ambiente de particular espiritualidad.

Luego arranca la voz de Robert Plant, vibrante, poética: «There’s a lady who’s sure all that glitters is gold and She’s buying a stairway to heaven».

La música avanza en una curva ascendente, el folk va dando paso al rock más intenso, llega a un clímax que es ya puro hard rock antes del nacimiento del hard rock y, llega al milagro: un solo de guitarra de Jimmy Page que es una auténtica obra maestra (toda la canción lo es). Led Zeppelin ha hecho historia.

Pero, como todo artista que se precie, Page reniega parcialmente de su criatura, o al menos trata de convencernos ahora de que no es tan buena como dicen.

En una reciente entrevista a la revista Classic Rock, el guitarrista de Led Zeppelin se pregunta: «¿Es Stairway to Heaven mi mejor solo? No, pero es bastante bueno. Si todo el mundo dice que es mi mejor solo, pues genial, de acuerdo. Pero hay otros que me gustan más».

El mito

Tras la publicación del álbum, se construyó el mito. Los mismos integrantes de Led Zeppelin contribuyeron a ese velo de misterio alrededor del disco por el modo particular en que lo diseñaron, construyeron y publicaron.

Muestra de la potencia de la canción la encontramos en el testimonio en vídeo de su interpretación en 1973 en el concierto en el Madison Square Garden.

Nada más coger el disco en las manos se hace evidente que no estamos ante un álbum normal.

No existe el nombre del disco, ni de la banda ni de sus integrantes por ningún lado. La portada es la imagen de un anciano cargando con un manojo de ramas a su espalda.

En su interior, figuraba la letra de Stairway to Heaven junto con la ilustración de un ermitaño en lo alto de un acantilado iluminando la noche con un farolillo cuya luz surge de una estrella de David. Al fondo del acantilado, pasa casi desapercibida una ciudad medieval rodeada de murallas.

En vez de los nombres de los autores figuran cuatro símbolos. Cada uno de ellos representa a uno de los integrantes de la banda, Jimmy Page, Robert Plant, John Paul Jones y John Bonham.

Pese a los ríos de tinta que han corrido tratando de explicar su significado, nunca se ha revelado el origen real de los símbolos que desde entonces han identificado a los cuatro miembros de Led Zeppelin.

Todos estos elementos se incluyeron en el disco sin ninguna otra finalidad más que crear expectación e intriga respecto al disco y romper la mala racha que atravesaba la banda tras el discreto funcionamiento del anterior disco, Led Zeppelin III. En definitiva, una operación de marketing.

Jimy Page aseguró que la portada se les ocurrió tras encontrar una lámina en una tienda de un trapero. No sabían lo que era la fotografía de aquella lámina. Simplemente les pareció sugestiva y decidieron usarla para la portada.

El misterio lo resolvió en 2021 el investigador de la West London University, Brian Edwards. Durante el estudio de fondos fotográficos para una exposición en el Museo Wiltshire encontró una imagen del fotógrafo Ernest Howard Farmer titulada Obrero de Wiltshire.

Dicha fotografía era, ni más ni menos, la misma que empleó Led Zeppelin para la portada del disco de rock más grande jamás grabado.

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