La Superliga ya tiene una docena de equipos que dicen «no» oficialmente y dicen «sí» en privado
La UEFA medita cambiar la Champions. Si habla con A22 Sports habrá negociación, pero si no hay acuerdo la Superliga montará un espectáculo que ya tiene 15.000 millones de inversión
Si la Superliga funciona independiente no jugarán en ella el Atlético, el Inter y el PSG, que la critican siempre y son aliados de Ceferin
El pasado 21 de diciembre, tres horas antes del veredicto del Tribunal de Justicia Europeo, Florentino Pérez hacía una hora de cinta en casa, en ayunas, que es cuando mejor rinde el ejercicio deportivo. Camina una hora en la cinta todos los días, pero aquella fecha era especial. Esperaba un fallo judicial que cambiaría no solo el mundo del fútbol, sino del deporte en general. Así fue.
Los magistrados continentales dictaminaron que UEFA y FIFA son organizaciones que imponen un monopolio sobre federaciones y clubes, desdiciendo a Athanasios Rantos, el portavoz del Tribunal que mintió unos meses antes al expresar que UEFA y FIFA no eran monopolios. Esperamos que Rantos no siga trabajando en el Tribunal, porque demostró que defendía intereses particulares de manera vergonzosa. Hasta ahí llegó la presión política de la UEFA de Ceferin. Los jueces emitieron una sentencia histórica: UEFA y FIFA son un monopolio y los equipos pueden desligarse de esas dictaduras y organizar la Superliga o cualquier competición sin ser sancionados por ello, ni las entidades ni los jugadores.
Conocida la libertad de mercado futbolístico que el Tribunal Europeo dictaminaba, raudos salieron a manifestarse en contra la UEFA, la Liga española, Tebas, el Atlético de Gil Marín (que no Cerezo) y otros clubes de diversos países, que al parecer desean continuar siendo sometidos por Ceferin desde Nyon.
La respuesta reaccionaria era esperada por Bernd Reichart, ejecutivo de A22 Sports, la empresa de la Superliga, por Florentino Pérez y por Joan Laporta, que va unido al Real Madrid en esta guerra europea. Todos ellos habían conseguido provocar un terremoto en el planeta fútbol. Y todos ellos sabían que muchos dirigentes miedosos que decían que «no» a la Superliga por presiones de sus federaciones o ligas, por detrás preguntaban que cuánto cobrarían solo por participar y que se subirían al carro cuando arrancara.
Esas preguntas de directivos de equipos las hemos vivido a lo largo de un año y ahora se han recrudecido cuando la Justicia ha dado la razón a Florentino Pérez.
Digamos la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad: al cabo de unos días del veredicto, más de una docena de clubes han dicho que «no» públicamente a la Superliga y después han dicho que «sí» en secreto. Algunos los han leído o visto ustedes diciendo que «no» en la prensa. A Bernd Reichart, Bernardo para los amigos, porque dos clubes españoles son los que lideran la Superliga, le dicen otra cosa: «Sí».... pero no digas que te lo he dicho yo.
Aurelio de Laurentis, máximo responsable del Nápoles fue el primero que dijo «sí», rompiendo la amenaza de Gabriel Gravina, presidente de la Federación Italiana. De Laurentis manifiesta que el fútbol es espectáculo y apoya una Superliga Europea espectacular e incluso afirma que habría que crear en Italia una Superliga nacional con los mejores equipos de su país.
Los grandes clubes ingleses señalaron también el pasado jueves que están en contra del nuevo torneo continental. No es cierto. Hay un grande inglés que sí aboga por la competición que Florentino Pérez encabeza desde hace dos años. Incluso dos.
Todo son negativas públicas pero por detrás preguntan: ¿Qué hay de lo mío? Y lo mío es ¿Cuánto cobraría? Pues mucho más dinero que en la Champions y de salida, sin jugar.
PSG, Atlético, Ceferin, UEFA, Tebas, la Liga, Al-Khelaifi, Gil Marín, todos los defensores de mantener todo como está subrayan que el modelo de la Superliga perjudica a los modestos. Y Bernd Reichart les ha dicho que es mentira. Los 64 clubes de la Superliga, divididos en tres divisiones, estarán en ellas por méritos, como se está en la Liga española. Lo que expresan los defensores de la UEFA y su modelo de Champions es que que en las divisiones de la Superliga estarán los grandes y no habrá modestos en la Primera División de la nueva competición. ¿Y es que en la Primera División española no pasa lo mismo, están los mejores? Sí. Pues se aplicará lo mismo para Europa. «Esto no es Cáritas, ¿O es que el Atlético quiere dejar su plaza en Primera al Zaragoza o al Deportivo, para ayudar a los modestos?», señala un profesional que apoya a A22 Sports.
Negociación o independientes
Ceferin ya ha puesto su barba a remojar y piensa cómo cambiar la nueva Champions, que estaba prevista con 36 entidades repartidas en cuatro grupos de nueve, en la que se jugaría contra ocho rivales por sorteo, cuatro partidos en casa y cuatro fuera. Es decir, que habría más modestos, ocho, que se beneficiarían del enfrentamiento con un grande como el Real Madrid. Pero el espectáculo quedaría otra vez relegado hasta febrero, hasta los octavos de final.
El proyecto de la Superliga propone una primera categoría con dos grupos de ocho clubes, una liga de 14 jornadas, en la que el espectáculo estaría garantizado desde septiembre porque esos 16 equipos serán importantes.
Ceferin medita la negociación con A22 Sports. Reichart está dispuesto a hablar. No como sucedió hace varios meses en la sede de la UEFA cuando fue a ver a Ceferin para exponerle el proyecto y decirle que la Champions debe cambiar y se encontró con una encerrona, rodeado de clubes como el Atlético y el Bayern, y fue Miguel Ángel Gil quien más atacó al líder de la idea. Florentino Pérez. Típico español, criticar a un compatriota mucho más que si lo hiciera un directivo extranjero.
Ahora, la Superliga dialogará con Ceferin y le dirá que hay que organizar una competición mucho más competitiva, con mayores enfrentamientos entre los grandes de Europa. Y expondrá que nada del 35 por ciento del dinero para la UEFA y el 65 para los clubes. Debe subir mucho el porcentaje para las entidades que fichan y arriesgan su dinero mientras la UEFA no arriesga nada.
Si no hay entente, la Superliga ha dejado claro a El Debate que irá por libre y creará la Superliga Europea. Y ya hay doce clubes dispuestos. Y aumentando. Y cuando los otros vean lo que sucede, dejarán de ser cobardes y se subirán al AVE de A22 Sports. Porque la Champions de Ceferin es un trenecito al que le da problemas la catenaria mientras la competición que encabeza Florentino Pérez es un AVE.
En el caso de crearse la Superliga independiente, Bernd Reichart tiene clara una verdad: no entrarán en ella Atlético, PSG e Inter, que se han expresado abiertamente en contra desde que surgió el proyecto. Ya verán qué hacen en esa hipótesis.
Más de una docena de clubes han dicho que «no» públicamente a la Superliga y después han dicho que «sí» en secreto
Una postura que no se entiende es la del Bayern. Juega la Superliga de baloncesto, que es cerrada, y rechaza la Superliga de fútbol, que es abierta, por meritocracia. Nadie lo comprende. En la institución muniquesa falta coherencia desde hace muchos años. Ahí mandan demasiados exfutbolistas famosos que están fuera de órbita.
El quid de la cuestión es que ya hoy, con la mera sentencia judicial, los inversores norteamericanos y europeos han puesto 15.000 millones para la Superliga, una cifra que Reichart afirma que crecerá con la llegada de más inversores que han contactado ya con A22 Sports y otros que tienen previsto negociar y subirse a este tren del fútbol de alta velocidad.
Por el contrario, la Champions de Ceferin se queda en una segunda división al lado del movimiento empresarial que suscita la idea de Florentino Pérez. El presidente de la UEFA prometió una Copa de Europa de 5.000 millones y se ha reducido a 3.800. La Champions no vende, no se vende, no es atractiva. Solo tiene tirón desde cuartos de final, los meses de marzo, abril y mayo. La Superliga tendría la máxima atracción desde septiembre hasta mayo. Las comparaciones son odiosas.