El secreto del éxito de Ancelotti: cada jugador brilló en dos y tres posiciones
Las graves lesiones de Courtois, Militao y Alaba hicieron pensar que la campaña sería muy difícil, pero la plantilla multiusos tapó muy bien las bajas y no hicieron falta fichajes
Tchouaméni y Carvajal fueron centrales, Camavinga fue lateral, Lucas Vázquez fue defensa y extremo, Valverde ejerció de pivote, Brahim fue delantero y centrocampista, Vinicius y Rodrygo fueron arietes y extremos, Kroos y Modric fueron interiores y medios centro, y Nacho hizo de todo
No hay sitio en el once para todos, pues que jueguen en los puestos que hacen falta. La reflexión de Florentino Pérez era elocuente. Courtois y Militao se rompieron en el verano, Alaba cayó en diciembre. Kepa vino para cubrir el grave percance en la portería, pero el presidente no hizo fichajes para la defensa. Todo parecía muy negro y acabó muy blanco.
La toma de decisiones ante la plaga fue ejemplar. Rápida y sin titubear. El caso más determinante fue Tchouaméni. No tenía un lugar claro en el centro del campo, con Valverde, Camavinga, Kroos y Bellingham como titulares habituales, y Ancelotti le reconvirtió en central. Tuvo que convencer al francés de su bondad para ejercer de stopper. La otra opción era Mendy, una baza que el italiano ya meditó la temporada anterior. Pero Aurélien Tchouaméni lo hizo tan bien que se hizo con el puesto, en rotación con Rüdiger y Nacho. Carvajal también ejerció en el centro de la retaguardia en algunos momentos de urgencia.
Estas soluciones definen el secreto del éxito de Ancelotti: otorgó a cada futbolista distintas misiones a lo largo del curso y la clave es que lo hicieron demasiado bien. Todo el mundo quería jugar de lo que fuera, pero lo importante era jugar.
Los profesionales de la plantilla dejaron claro al entrenador y al presidente que no eran necesarias contrataciones. Ellos se encargarían de todo. De solucionar los problemas. Y bien que los solventaron.
Saber jugar bien en todos los puestos
La verdad es que las tres graves bajas sufridas por el Real Madrid al principio de la campaña hizo presagiar un año muy duro, casi de transición. Eso se pensaba desde fuera de la casa blanca. Porque no conocen al club madrileño. Ancelotti y sus pupilos se conjuraron para luchar por todo porque se veían capaces de todo.
Tchouamení fue central, Lucas Vázquez ejerció de relevo de Carvajal y de extremo. Brahim fue sustituto de Bellingham, interior y delantero. Rodrygo y Vinicius intercambiaron sus posiciones en el ataque y pronto se comprobó que a Rodrygo le gustaba más la izquierda y que Vinicius podía ser el nueve, misión que tendrá igualmente cuando Mbappé debute con su nueva camiseta.
El triunfo inesperado de este equipo es que todos los jugadores han sido multiusos, polivalentes, una virtud imprescindible en este fútbol moderno basado en el poderío físico. Una de las razones por las que Kroos cuelga los borceguíes.
El centro del campo ha vivido también una rotación casi perfecta. Camavinga y Tchouaméni se sucedieron como pivotes, un puesto que también cubrió Valverde cuando fue menester, aunque casi siempre estuvo en el flanco derecho para inyectar pulmones al esquema. Kroos y Modric se cedieron el testigo durante la mayor parte de la temporada. Arda Güler puso la guinda de calidad en el último tramo de la campaña triunfal. Y Joselu fue la eficaz solución de emergencia cuando el gol no entraba y hacía falta un delantero centro clásico, de verdad.
Rüdiger y Mendy, fijos en sus puestos
Mendy y Rüdiger han sido las excepciones que confirman está regla de una plantilla más polivalente de lo esperado. Siempre jugaron en su posición.
El lateral francés ha sido el muro de contención eterno por el flanco izquierdo de la retaguardia del campeón. Nadie ha superado a Ferland en todo el curso. Nadie.
Rüdiger se transformó en el mariscal de campo de la defensa y de allí nadie le quitó, líder en la destrucción y en sacar el balón jugado, líder con su personalidad y sus gritos de ánimo
Nacho, de menos a más, jugó de todo
Hay un futbolista que rompió todos los moldes: Nacho Fernández. El capitán vivió una situación distinta. Las lesiones de Alaba y Militao le hicieron titular al lado del mariscal alemán. El canterano tuvo momentos problemáticos, como la expulsión en Gerona. No estuvo bien en algunos partidos y Tchouaméni ocupó su plaza.
No obstante, el alcalaíno se repuso de esa fase dubitativa y adquirió una forma física envidiable en los tres últimos meses de la temporada que le devolvieron a la titularidad con una velocidad y una eficiencia fulgurantes. Antonio Pintus volvió a ser letal con sus métodos biológicos. Gracias a su rapidez Nacho evitó, por ejemplo, una jugada de gol del Bayern en el Bernabéu. Su rendimiento ha sido enorme en la fase decisiva de la Liga y de la Champions. Por eso Ancelotti le pide que continúe y no se vaya a ligas residuales.
Y ahora, Mbappé y Endrick, de momento
Está plantilla multiusos se refuerza ahora con dos delanteros, Mbappé y Endrick, para aportar más variantes al ataque. Alphonso Davies y Leny Yoro son otras pretensiones del club. El éxito de Carlo es transformar un equipo de suma calidad en un grupo que puede jugar en múltiples posiciones. Gladiadores con clase.