El secreto del Real Madrid campeón es la mutación constante: de Cristiano a Mbappé y de Bale a Vinicius
La renovación es continua y la dirección deportiva madridista mejora cada año dos puestos titulares
Un 2024 inmejorable para el Real Madrid: cinco títulos más para seguir agrandando su leyenda
El aficionado del Real Madrid comenta con orgullo que el equipo de sus amores ha ganado seis Champions en diez años. Es cierto, pero no es verdad. La casa blanca sabe que para mantener el liderazgo mundial en el tiempo debe llevar a cabo una mutación constante del once titular y sobre todo de la plantilla. La dirección deportiva madridista señala que estas seis Copas de Europa las han ganado dos conjuntos distintos del Real Madrid. Esa es la clave del éxito continuo: es el mismo club, pero no son los mismos jugadores.
El Real Madrid repite su historia porque su película fue triunfal desde 1955 cuando Gento y Di Stéfano impusieron la ley de los mejores en Europa y en el mundo. Aquel equipo hizo leyenda al conquistar cinco Copas de Europa consecutivas. Pero pocos se dieron cuenta de que en esas cinco Copas de Europa ya hubo un relevo generacional en el once. Gento y Di Stéfano eran intocables. Sin embargo, los seguidores de aquella época saben muy bien que Canario y Joseíto tomaron el testigo de Raymond Kopa por la banda derecha y que Puskas terminó tomando el relevo de Rial, mientras José Emilio Santamaría aterrizaba en el Bernabéu en 1958 para potenciar la defensa.
El secreto del éxito del Real Madrid es que Florentino Pérez ha mantenido la filosofía de Santiago Bernabéu. Las escuadras campeonas se mantienen en el tiempo porque los futbolistas se renuevan como un carrusel que nunca se detiene. El actual presidente de la entidad ya ostenta la plusmarca de victorias en la Champions, siete títulos, y los últimos seis son un ejemplo de la renovación constante del esquema titular. Florentino Pérez y el Real Madrid han ganado seis Copas de Europa en una década con dos onces totalmente distintos. Esa es la clave del triunfo.
Lo que está bien hay que repetirlo
Es un tipo listo el 'Tito Floren', como cariñosamente le llaman los seguidores blancos. Hablan de él como si estuviera en casa con su familia. Mentalmente, es cierto que lo está en las casas de los 600 millones de madridistas reconocidos en el mundo. Pérez es un tipo listo porque siempre mantuvo la norma en el Real Madrid de repetir lo que se ha hecho bien. Santiago Bernabéu lo hizo perfectamente al crear un gran equipo fichando a los mejores jugadores, para remodelar ese liderazgo de futbolistas constantemente. Florentino Pérez llegó al Real Madrid nada más nacer este siglo y aplicó la misma filosofía del éxito.
Sería de tontos cambiar toda la política por orgullo. Lo más inteligente es hacer bien lo que se ha hecho antes bien y mejorarlo si es posible. Es lo que ha realizado el 'Tito Floren', que tiene sobrinos en las familias de los 600 millones de madridistas que se reconocen seguidores de la institución. Pérez es protagonista de una etapa triunfal que ha establecido todas las plusmarcas del fútbol al conseguir seis Champions en diez años naturales. Y lo ha logrado con una mutación perenne de la plantilla.
El fundamento de este triunfo es que vence el mismo Real Madrid porque los dirigentes inyectan cada verano savia nueva en el plantel, energía renovada y juventud. Introducen toda una bocanada de aire fresco para que el elenco de futbolistas nunca se quede caduco y trasnochado. El lema es que la entidad es centenaria y legendaria precisamente porque su equipo recibe un aura de juventud y calidad cada doce meses.
Florentino Pérez impuso la voz de la experiencia en su segunda etapa presidencial, que nació en 2009. Entonces aterrizó por segunda vez en el club con los fichajes de Cristiano, Benzema, Xabi Alonso y Arbeloa. Desde ese momento renovó la plantilla constantemente. En 2010 vinieron Di María, Ozil y Khedira; en 2011 se presentó el joven Varane; en 2012 irrumpió Modric: y en 2013 aterrizó Bale y regresó Carvajal tras brillar en su cesión al Bayer Leverkusen, elegido mejor lateral derecho de la Bundesliga. Ese conjunto se adjudicó la Champions ante el Atlético en Lisboa en 2014, la primera de la década prodigiosa.
Ganar y seguir ganando
Hay una frase que fustiga históricamente a los futbolistas y empleados del Real Madrid porque la han escuchado desde que entraron en la empresa. Nada más conquistar una Champions, la frase que se dice en la celebración es que hay que ganar la siguiente. Ese santo y seña se hizo realidad porque se repitió cuatro veces después de ganar la primera Copa de Europa en 1956, hasta sumar las cinco primeras consecutivas.
La victoria de Pirri y compañía en 1966 no tuvo continuidad. Pero el lema se reeditó en el triplete de 1998, 2000 y 2002. Este santo y seña de la casa blanca explotó al máximo en 'la década prodigiosa', con las Copas de Europa de 2014, 2016, 2017, 2018, 2022 y 2024. Ahora vamos a relatar como esta década casi irrepetible basó su éxito en la filosofía histórica que inventó Santiago Bernabéu y que consolidó Florentino Pérez: el cambio constante de los protagonistas en el césped, sangre joven y renovada.
Tras el golazo de Zidane en Glasgow, la primera Copa de Europa de Florentino Pérez, el Real Madrid tardó doce años en reeditar el trofeo que da sentido a su vida. El presidente contrató a Modric en 2012 y a Bale en 2013 para potenciar un esquema liderado por Cristiano, Xabi Alonso, Di María, Benzema, Ramos, Pepe, Marcelo, Casillas, Varane y Arbeloa. Esa escuadra se adjudicó la Liga de Campeones en la prórroga frente al Atlético, con Lisboa invadida por madridistas y rojiblancos que dieron un ejemplo de educación y respeto.
El título fue una justificación interna para exigir más títulos. Es el sino de la empresa. Para exigirlos hay que remozar el once constantemente. Kroos y Keylor debutaron en agosto de ese mismo año. Casemiro y Lucas Vázquez regresaron a casa una temporada más tarde, tras triunfar con sus cesiones en el Oporto y en el Español de Barcelona.
La primera Copa de Europa de Zidane
Kroos, Keylor, Lucas Vázquez y Casemiro se unieron a Cristiano, Benzema. Carvajal, Modric, Bale, Marcelo, Ramos, Pepe y Varane para conquistar una nueva Champions en otro enfrentamiento con el Atlético, esta vez en Milán. Sucedió hace ocho años. Habían transcurrido dos del éxito en Lisboa.
Zidane había relevado a Rafa Benítez, un gran madridista que no tuvo fortuna al mando de la plantilla. El francés impuso muy pronto un cambio estratégico en el esquema que fue clave para vencer otra vez en el torneo. Casemiro se erigió como titular indiscutible, el zapador del centro del campo. Ocurrió, como decimos, hace ocho años. Comenzó así la era del concierto de los tres tenores, junto a Modric y Kroos. Y empezó la trilogía legendaria de Zinedine.
Asensio fue el principal fichaje tras la primera victoria europea de Zinedine, celebrada en Milán. El mallorquín cerró precisamente la cuenta de goles en la mítica final de la Champions en Cardiff, donde la escuadra liderada por Cristiano goleó 4-1 a la Juventus. Casemiro, ascendido a titular indiscutible cuatro meses antes, anotó también una diana importante en esa final, con un disparo desde lejos. Modric y Bale sirvieron balones de oro a Ronaldo en dos goles inolvidables del astro portugués. Era el segundo título de Zidane. Y la frase de Florentino Pérez en la fiesta fue tan conocida como esperada: 'Hay que ganar el año siguiente'. Y Zinedine obedeció.
La principal renovación de la plantilla en esa tercera Copa de Europa de Zizou fue el estreno de Federico Valverde. Había comenzado una gran amistad, que diría Bogart. Debutaba un futbolista que hoy es un icono. Los blancos derrotaron en Kiev al Liverpool, 3-1, con la picardía de Benzema y los dos golazos de Bale. Ese éxito dio paso a una revolución del plantel. Ocurrió hace seis años.
Se marcha Cristiano, como se fue Di Stéfano
El triángulo triunfal de Zidane supuso un cambio total en el equipo. Se marchaba la figura de los últimos diez años, Cristiano. Su adiós frenó a Bale, que también pensaba irse, porque había perdido la titularidad. Le pidieron que continuara porque se iba la estrella lusa. El galés se quedó. Pero también se fue sorprendentemente el entrenador de la trilogía, Zinedine. Le sustituyó Lopetegui. Y quien cogió la batuta del barco fue Benzema.
Llegaron a la plantilla Vinicius y Courtois. El brasileño, con 18 años, comenzó a erigirse en un líder del grupo en el campo; a la vera de Karim. Solari, que había sustituido a Lopetegui, fue quien tuvo la valentía de subir a Vinicius a la palestra. No se ha bajado de ella. Benzema y Vini comenzaron otra era. Brahim fue fichado a mitad de curso, en enero de 2019, pero posteriormente se marcharía traspasado al Milán con derecho de recompra.
Una remodelación total
Era el momento de continuar la revolución. En el verano siguiente, julio de 2019, se incorporaron Militao, Rodrygo y Mendy. Zidane ya había vuelto a casa, tomando el testigo de Solari. Continuó el cambio de la estructura de la plantilla. Y del banquillo. Zizou se fue. Y la gran sorpresa fue el retorno de Ancelotti, un regreso que ha perdurado hasta hoy.
En aquel verano de 2021 llegaron Camavinga y Alaba. Se marcharon los dos centrales titulares, Ramos y Varane. Las lesiones del capitán sevillano ya habían permitido triunfar a Militao. Y el central brasileño hizo una pareja perfecta con Alaba. Camavinga convenció a todos desde que llegó. Y Rodrygo comenzó a ganarse un sitio en el equipo. Todos ellos, Alaba, Militao, Camavinga, Rodrygo y Mendy, liderados por Benzema, Courtois, Carvajal, Kroos, Modric, Casemiro y un Vinicius estelar, dieron un golpe sobre la mesa y se adjudicaron 'La Décimocuarta' Copa de Europa. Ocurrió hace dos años.
El Real Madrid había vuelto al éxito internacional y la frase de Florentino Pérez era clara: «Hay que ganar la siguiente». Para ello introdujo dos nuevos futbolistas fundamentales en este cambio constante, Rüdiger y Tchouaméni. La dirección deportiva dejó que Casemiro se fuera al Manchester United, pues Camavinga y Tchouaméni cubrían su puesto.
El equipo, renovado, no ganó la Champions en la edición siguiente, hace ahora año y medio, porque el City le devolvió la moneda al Real Madrid, que eliminó a Guardiola en 2022 con una remontada histórica. El City venció al Real Madrid en 2023. Sin embargo, la dirección deportiva madridista estaba fabricando paulatinamente un nuevo once fulgurante y distinto en su objetivo de escribir más leyendas.
Bellingham, el líder de la nueva revolución
Jude Bellingham fue la gran adquisición del año pasado para aportar un nuevo liderazgo a esta revolución constante, pausada, lenta pero segura, del once titular. Güler, Fran García y el retorno de Brahim, que se convirtió paso a paso en un futbolista importante, se sumaron al cambio. Todos dieron una vuelta de tuerca absoluta al esquema táctico de Ancelotti desde el verano del año pasado. Entraba juventud y mucha clase al sistema de juego madridista. La sorpresa fue el adiós de Benzema. Vinicius, Rodrygo, Bellingham y Brahim tomaron el testigo del ariete francés para cubrir de sobra sus goles.
Pero hubo otro tipo de malas noticias en ese verano de 2023. Courtois y Militao sufrieron la triada al principio del curso. Alaba soportó la misma dolencia en el ecuador de la campaña en diciembre, hace ahora justamente doce meses. Las tres graves lesiones hicieron pensar a muchos en una temporada de transición. Nada de eso.
Lunin tomó la portería y esta escuadra remozada con Bellingham, Fran García, Brahim y Güler, más los consagrados Vinicius, Valverde, Kroos, Carvajal, Rüdiger, Mendy, Nacho, Camavinga, Rodrygo y Tchouaméni, osaron conquistar 'La Décimoquinta'. Ocurrió hace solo medio año. Courtois se recuperó del grave percance en ocho meses de duro trabajo de recuperación para ser el guardameta de la gran final ante el Borussia Dortmund y su actuación volvió a ser decisiva, como ocurrió también en París dos años antes.
El Real Madrid de la renovación total había ganado dos Copas de Europa en las tres últimas ediciones. Y el mensaje de 'Tito Floren' al festejar 'La Décimoquinta fue rotundo: «Hay que ir a por La Décimosexta». Y se le ocurrió dar un bombazo.
Mbappé, la guinda del cambio total del equipo
El presidente del Real Madrid consiguió hace unos meses su claro objeto de deseo desde hace siete años. Kylian Mbappé se transformó por fin en jugador del Real Madrid, marchándose libre del PSG. Era una doble jugada de ajedrez del dirigente madrileño. El fichaje del joven Endrick rubricaba este nuevo giro de tuerca hasta convertir al Real Madrid en otro equipo. El otro lado de la balanza, los adioses, ha sido duro. Se marcharon Kroos, Nacho y Joselu, quien fue determinante en el éxito de 'La Décimoquinta' al anotar dos goles al Bayern en las semifinales.
Junto a esas bajas se repitieron otros malos augurios físicos. Carvajal sufrió la rotura del ligamento cruzado y dejó el lateral derecho huérfano. Militao volvió a soportar la misma triada. Los dos estarán ausentes durante seis meses más. Casi treinta lesiones han hecho sufrir a Carlo Ancelotti como nunca. Pero la renovación interna continúa. Ceballos, Güler y Fran García han subido enteros en el once titular. Y el canterano Raúl Asencio se ha asentado en una retaguardia madridista que se ha quedado con un central, Rüdiger, pues Vallejo no cuenta para el entrenador. Tchouaméni ha regresado a esa posición defensiva por necesidad, como ya sucedió en la temporada anterior.
Con todas estas bajas y todos estos cambios, con los teóricos suplentes ascendidos a titulares, el Real Madrid de Mbappé, Vinicius, Rodrygo, Bellingham y Rüdiger ha conquistado la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental. Y sus opciones en la Liga y en la Champions están intactas.
La alineación madridista de hoy es muy diferente a la que ganó la Champions hace diez años. De aquel conjunto solo quedan Modric y Carvajal. El esquema táctico de hoy lo definen Mbappé, Vinicius, Bellingham, Valverde, Rodrygo, Rüdiger, Camavinga, Tchouaméni y Courtois. Este es el secreto. La renovación es total. Es necesaria para volver a ganar los grandes títulos y permanecer en primera línea eternamente. De Cristiano a Kylian, de Ozil a Bellingham, de Bale a Vinicius, de Casemiro a Camavinga.