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El árbitro Soto Grado, colegiado del partido entre el Betis y el Real Madrid

El árbitro Soto Grado, colegiado del partido entre el Betis y el Real MadridEFE

Los dos errores arbitrales que alejan al Madrid a nueve puntos del Barcelona cuando podrían ser cinco

Al Valencia no le pitaron un penalti en el Camp Nou, al Madrid no le señalaron uno en Sevilla... los de Ancelotti se alejan más del título

Después de un fin de semana –el último del mes de febrero– en el que el Real Madrid recortó un punto al Barcelona (empató en el derbi y el Barcelona perdió en Almería), los culés ha aumentado ahora más su distancia en los primeros partidos de Liga en marzo tras los resultados de esta última jornada: ganaron 1-0 al Valencia y el Madrid empató ante el Betis.

Esto hace que el equipo de Ancelotti se aleja más aún del Barcelona. Está ya a nueve cuando quedan 14 jornadas y tan solo dos para el clásico del Camp Nou, partido que verdaderamente decidirá la Liga si lo gana el Barça o la apretará si lo hace el Madrid. Antes, la próxima jornada, el equipo blanco jugará ante el Espanyol en el Bernabéu y el Barça tiene que viajar a Bilbao.

Sin embargo hay dos acciones clave que explican que la distancia entre Barcelona y Real Madrid haya pasado a ser de siete a nueve. Y no son como tal futbolísticas sino que son errores arbitrales. Alberola Rojas, en el Camp Nou, y Soto Grado, en el Benito Villamarín, cometieron fallos decisivos en la lucha por el título de Liga. Y todo ello dentro del contexto del caso Negreira.

El primero ocurrió en Barcelona y en un momento decisivo del encuentro. Con el Valencia atacando mucho y perdiendo por 1-0, el Barcelona (Kessié) cometió un clarísimo penalti sobre Fran Pérez, canterano del Valencia. El jugador del Barça llegó tarde, metió la pierna y derribó al futbolista del Valencia, que no pudo continuar con la jugada porque le habían hecho penalti. Sin embargo, Alberola Rojas miró para otro lado y desde el VAR, donde estaba Jaime Latre, no se quiso corregir nada.

Esta acción ya daba dos puntos más al Barcelona de los que debería tener en caso de que el Valencia hubiera anotado ese penalti que se produjo en el minuto 85. Horas después fue el Real Madrid el perjudicado por los fallos de los árbitros.

En el partido del equipo de Ancelotti ante el Betis hubo varios fallos del colegiado. En primer lugar una agresión sin balón de Ruibal a Camavinga que el árbitro la vio porque pitó falta, pero que ni le mostró la amarilla. Tampoco desde el VAR le llamaron para decirle lo que se vio: el jugador del Betis agredió con un puñetazo por detrás a Camavinga en una carrera.

Tras ello, y a la vez que Pezzella daba patada tras patada a Vinicius, hubo un penalti a Benzema en la segunda parte en la que el árbitro –Soto Grado– incluso se llevó el silbato a la boca, pero no lo acabó haciendo sonar. En esa jugada Carvalho derribó al capitán del Real Madrid, pero no hubo sanción. De esta forma el equipo blanco, que dominó al Betis pero no fue capaz de marcar, perdió otros dos puntos.

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