El pinchazo del Barça que le ha alejado del liderato liguero y deja dudas sobre el método Flick
El conjunto azulgrana lleva dos meses sin encontrarse a sí mismo en Liga y eso ha dado pie a la remontada de Real Madrid y Atlético
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El Barcelona lleva sin encontrarse en liga desde el pasado mes de noviembre. Eso es una realidad. Y ese bajón en el rendimiento ha influido decisivamente en el desarrollo del campeonato doméstico y pasaron de la ilusión a la decepción en cuestión de semanas.
Al acabar el clásico del Bernabéu, el Barça le sacaba seis puntos al Madrid y diez al Atlético. Y todo hacía indicar que, con esa diferencia, el conjunto azulgrana iba a ser capaz de prolongar su marcha triunfal. Pero no fue así. El mes de noviembre en clave culé fue catastrófico (una victoria, un empate y dos derrotas) para un equipo que había sido bautizado como una auténtica apisonadora.
Para un club como el Barça sacar cuatro puntos de 12 posibles es un bagaje muy pobre. Fue un mes de noviembre muy malo. Eso dio alas a Madrid y Atlético y en cuatro jornadas recortaron esa diferencia de manera completa, ya que los blancos sumaron cuatro triunfos seguidos y los colchoneros hicieron lo mismo. Por lo tanto, a día 30 de noviembre, el Madrid le sacaba dos puntos al Barça y el Atleti estaba dos por detrás.
Al Barça no le quedaba otra que reaccionar. Flick aseguró que una vez superado el noviembre «de mierda» el equipo iba a ir a mejor, pero con el paso del tiempo quedó claro que el alemán no cumplió con su palabra y, quitando la goleada en Mallorca (1-5), el Barcelona sólo fue capaz de sacar un empate frente al Betis que pudo ser victoria si Assane Diao no se hubiera inventado ese golazo en el minuto 90. Porque en sus dos siguientes partidos, los culés perdieron frente a Leganés (0-1) y Atlético de Madrid en casa (1-2).
Muchos se llegaron a pensar que la derrota frente al Atleti les iba a servir para aprender la lección. La situación era peligrosa y se necesitaba una reacción casi inmediata para subsanar un problema en el que se habían metido ellos mismos.
El Barça afrontó el parón navideño con dudas, como es lógico, y se tomó unos días de descanso para resetear. Era algo necesario y desde el barcelonismo soñaban con volver a ver la mejor versión de su equipo en 2025. El inicio fue positivo, todo hay que decirlo. Los culés superaron al modesto Barbastro sin problemas (0-4) y se llevaron la Supercopa de España a sus vitrinas tras ser superiores a Athletic y Real Madrid.
Sin embargo, el Getafe bajó a la tierra al Barça y volvió a quedar claro que el equipo aún no se había recuperado del bajón que había experimentado en diciembre. Y como es obvio cuando pasan situaciones de este tipo, el principal señalado volvió a ser Hansi Flick.
El equipo volvió a conceder demasiado a nivel defensivo y en el apartado ofensivo las cosas no terminaban de salir. Con Lamine Yamal y Robert Lewandowski más desconectados de lo normal, fue Raphinha el que tuvo que tirar del carro. Pero en muchos partidos no ha sido del todo suficiente.
Reacción obligada
Desde el mes de noviembre, el Barça sólo ha sido capaz de sacar seis puntos de los 27 que hubo en juego. Eso le ha relegado a la tercera posición de la clasificación y le ha dado la posibilidad a Real Madrid y Atlético de reaccionar cuando más muertos parecían.
El conjunto azulgrana tiene que reaccionar cuanto antes. Este domingo tiene una oportunidad de oro ante el Valencia y afrontará el duelo frente al conjunto ché sabiendo lo que han hecho sus dos grandes rivales, ya que en esta jornada 21 es el último en jugar.
Después de Valencia, el Barça jugará sus tres próximos partidos frente al Alavés, Sevilla y Rayo Vallecano, rivales, a priori, asequibles. Pero viendo de dónde viene el conjunto culé no se puede dar nada por sentado.
Y en este contexto, Hansi Flick parece tenerlo claro: «Puedes pensar que en LaLiga bajamos un cinco o 10 por ciento. En Getafe fue nuestra culpa, que no terminamos el partido con los tres puntos, no jugamos muy bien, no estábamos concentrados. Eso hay que cambiar. Hay que estar concentrados desde el inicio y hasta el final». Por lo tanto, según el alemán, la clave de esta crisis está en lo mental.