Qatarí que te viTomás Guasch

Nuestros Bryan cabalgan el día de la Mandarina, Herrera y Gaviria

Lo tremendo del día lo vivimos en el vóley playa. Los eternos Herrera y Gaviria tumbaron a la pareja francesa con el público cantando La Marsella, moviendo la red y la Torre Eiffel elevándose ante ellos

Actualizada 20:54

Lo tremendo del día lo vivimos en el voley playa. Los eternos Herrera y Gaviria tumbaron a la pareja francesa con el público cantando La Marsella, moviendo la red y la Torre Eiffel elevándose ante ellos. Bueno, lo pareció. 42 y 36 años, los tíos. Tremendos. Si victoria les permite ver el podio. Lejos, pero verlo. Dos grandes.

Después, tenis y baloncesto empataron a emociones. Nuestros Bryan, apellido de Mike y Bob –los mejores doblistas de la historia, 124 títulos ATP, un oro olímpico –cabalgan. Rafa Bryan y Carlos lo mismo, esta vez con su miaja de suspense y no me lo explico.

Boludearon en el segundo set y eso les llevó al tie break a diez puntos: 10-2. '¿Pog qué? Lo sé: lo hacen porque se sienten cómodos y felices y les gusta alargar la cosa. Es eso. Y París, tan contentito. A un partido de las medallas ya. Sorribes y Bucsa van por parecido camino.

En la noble tarea de sacarnos de quicio, el baloncesto jugó un partidazo y tumbó a los griegos. Les hablaba el otro día de la decisiva importancia en nuestro deporte del factor balear. En adelante el FBI, Factor Imperial Balear. Fue el turno de Sergi Llull. Estaban molestando Anteto y compañía, ocho puntos arriba, y su tocayo Scariolo le mandó a la arena.

Mandarina va y viene, cambió el partido. Tanto que desde ahí, y con el natural final apretado inevitable, ganó España. El canario Aldama echó más de una mano, otro insular. Y Willy. Y Rudy. Y Pradilla. Y otros. Pero fue salir Llull y armarse. La capacidad que tiene este muchacho para darle la vuelta a partidos comprometidísimos es única. Total, que España vive en lo del baloncesto que de lo que se trataba.

Y el fútbol. Acabamos todos asustados. Palmamos con Egipto, que ya es palmar, y lo peor cómo fue: fatal. No está el equipo y mi percepción ha cambiado: le sigo viendo en el podio, pero abro la puerta al castañazo. Defendemos mal, atacamos mal, generamos mal. Vamos, que estamos mal. Pero estamos. No sé...

Y digo no sé porque en los Juegos, eso: nunca se sabe. Me acuerdo de la gran María Vasco, bronce en los 20 kilómetros marcha en Sydney'2000. Ella marchó, servidor y fotógrafo volamos: no quedamos dormidos el día de su prueba. Pusimos la tele y fue tremendo: ¡María va a hacer podio, María!

A medio vestir nos fuimos hacia el estadio, los zapatos nos los pusimos de camino. Cuando llegamos, había terminado. Nos arrodillamos ante ella, ¡María, por favor! Nos lo dio todo, entrevista, retrato, todo. Y la grandeza de lo que era, una grande.

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