Las inversiones extranjeras en España están de capa caída
No se sabe si la culpa la tienen las sentencias en el extranjero contra el Gobierno español por incumplimiento de acuerdos, las declaraciones del Gobierno contra los empresarios o las dos cosas a la vez
La verdad es que las noticias que salen en los medios de comunicación en las que España se ha convertido con 15 laudos, o sentencias, internacionales, en el primer país del mundo, junto con Venezuela y superando a Rusia, en número de sentencias firmes no pagadas por incumplimientos legales, no sé si es la razón o no de que España en lo que va de año solo haya recibido 21.232 millones de euros en inversiones extranjeras, que suponen una caída del 18,8 % con respecto al mismo período del año anterior.
De lo que sí estoy convencido es de que eso influye de forma sustancial en la mente de un inversor a la hora de colocar su dinero para actividades productivas o comerciales en un país.
Pero, si además no paramos de perder juicios, y a su vez ver cómo nos embargan propiedades no es suficiente para parar las inversiones, los ataques desde el Gobierno a los empresarios o la toma de control de empresas estratégicas añaden picante a la sopa en suficiente medida como para que quien no está acostumbrado prefiera no bebérsela.
Pongo algunos ejemplos de lo que digo:
El presidente del Gobierno el 5 de julio de 2022: «Somos un Gobierno muy incómodo y molesto para una serie de poderes ocultos en nuestro país que tienen intereses oscuros». El presidente piensa de los empresarios que tienen poderes ocultos para tratar de frenar los planes de su gobierno. Cuando hasta la CEOE está callada la mayoría de las veces y no dice ni Pamplona a las múltiples declaraciones de ataque a los empresarios.
Yolanda Díaz, el 13 de enero del 2023: «No es posible que, mientras alguien se llena los bolsillos, se devalúen los salarios de los trabajadores. Hay alguien aquí que se está forrando». Y resulta que en el impuesto de sociedades, hasta el 31 de octubre de 2023, la recaudación ha crecido solo un 3,3 %, mientras que la recaudación del IRPF, que pagan los trabajadores, crece un 9,7 %.
Parece que algo no concuerda: o los empresarios no ganan tanto como cree Yolanda Díaz, o los salarios han subido más que los beneficios, o simplemente el Gobierno es un depredador mucho mayor para los trabajadores que los empresarios.
Ione Belarra, el 21 de enero de 2023, llama «capitalista despiadado» a Juan Roig, dueño de los supermercados Mercadona, que tiene 98.161 trabajadores, que paga 342 millones de euros en impuesto de sociedades, que abona 395 millones por IRPF retenido a sus trabajadores, que recauda 333 millones en IVA y que destina 787 millones a cotizaciones sociales.
Y así podría llenar páginas enteras de la mayoría de los ministros que tienen problemas mentales con todos aquellos que arriesgan su capital, que se la juegan por crear valor a su país, haciendo justo lo contrario de lo que hacen los políticos de izquierda, que no han trabajado en su vida en una empresa, y si lo han hecho, ha sido de cajera.
Como he dicho, no sé si todo esto tiene relación directa con la caída de la inversión, pero la realidad es que en el año 2018 recibimos 55.568 millones de euros en inversiones extranjeras, y desde entonces el siguiente mayor año fue 2022.
Pero veamos las cifras, que son muy interesantes:
Como he indicado en el 2018, cuando Sánchez recibe una economía que ha estado creciendo por encima de la media de la Unión Europea, después de superar una crisis financiera dejada por Zapatero y aumentada por la situación mundial, los inversores extranjeros vuelven a fiarse de España y nos aportan 55.568 millones.
Pero en 2021 esa cifra cae a 32.468 millones, y eso que en el cuarto trimestre se produce una entrada de 15.917 millones.
El año 2022 parece, a pesar de los ataques a los empresarios, un año muy lejos del 2018, pero mejor en un 13,6 % al 2021, y entran en España 36.882 millones de euros.
Esta cantidad supone el 2,7 % del PIB nominal, y el cuarto trimestre vuelve a ser el mejor del año, pero empieza el declive de las inversiones, con una caída del 32,6 %.
El 2023 es malo de solemnidad, salvo el primer trimestre, que la cifra se recupera y llega a 10.536 millones con un crecimiento del 9,1 %. El segundo trimestre es el segundo peor de estos 3 años, con una llegada de capital de 4.206 millones que es justo la mitad comparado con el mismo trimestre de 2022. El tercer trimestre es malo, con solo 6.486 millones y una caída del 18,8 %.
En los 3 primeros trimestres del año han entrado 21.232 millones. Comparados con los 26.148 que tuvimos en 2022, supone que la inversión extranjera se ha desplomado un 18,8 %, que pasa a suponer un 1,5 % del PIB nominal estimado por el Gobierno.
Vuelvo a repetir que no sé si la culpa de toda esta bajada la tienen las sentencias en el extranjero contra el Gobierno español por incumplimiento de acuerdos, o si la tienen las declaraciones del Gobierno contra los empresarios o la tienen las dos cosas a la vez, pero la realidad es que la inversión extranjera va de capa caída.