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08 de septiembre de 2024

Análisis económicoJosé Ramón Riera

El 22 % de los parados de larga duración de la Unión Europea está en España

Tenemos muchos más parados en valor absoluto que Francia, casi el doble, y que Alemania, a la que rebasamos en un 150 % más

Actualizada 04:00

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, nunca habla de los parados de larga duración como si no existiesen; es más: lo mismo si le preguntas qué significa parado de larga duración, contestaría con la obviedad de que llevan mucho tiempo parados.

Los parados de larga duración, según la explicación que da el Instituto Nacional de Estadística, son todos aquellos «que llevan doce meses como mínimo buscando empleo y no han trabajado en ese período».

El INE también nos dice que: «Este indicador estuvo incluido en los Indicadores Estructurales de la Unión Europea para la evaluación de la Estrategia de Lisboa (año 2000) en el apartado de cohesión social, y actualmente forma parte de los Indicadores de Desarrollo Sostenible que publica Eurostat en el Objetivo 8. Trabajo digno y crecimiento económico».

Esto quiere decir que el INE y Eurostat producen información periódica de este indicador muy desconocido entre la gente, pero que afecta a muchas personas en España, y que está oculto entre las miles de estadísticas y de las cuales el Ministerio de Trabajo no está muy interesado en hablar.

Quien estoy seguro de que se sabe la cifra y su evolución es, sin duda, el mayor experto en temas de empleo de este país: José Luis Fernández Santillana, jefe del Gabinete de Estudios del Sindicato Obrero USO.

Al presidente del Gobierno, cuando habla del cohete y de lo bien que vamos en empleo, a pesar de tener más de un millón de parados discontinuos, también se le olvida la cifra de los parados de larga duración. Son los «parados parias»: nadie habla de ellos. Se habla del paro juvenil, del femenino y del general, pero de los de larga duración que llevan más de 12 meses sin trabajar, nadie se acuerda de ellos.

Así que este artículo va dedicado para ellos y, por lo menos, que los lectores de El Debate se enteren de cuántos son. Y que conste que yo hasta este fin de semana pasado no sabía que existía esta estadística que publica el INE para España y Eurostat para la UE.

Los últimos datos actualizados de la Agencia Europea son del 2 de mayo de este año y, por lo tanto, son los que voy a utilizar para contar estos nefastos datos que tenemos en España.

En la Unión Europea hay 4,7 millones de parados de larga duración, de los que España aporta 1.0239.000, que suponen el 22,3 % del total de los parados de la UE.

Pero veamos estos datos clasificados de mayor a menor:

El peor país es Italia, que tiene 1.067.000 parados en esta categoría y que supone el 23,1 % de la UE. Nos sigue Francia ya a mucha distancia, con 554.000 parados de larga duración y un 12 % del total, y la cuarta posición la ocupa Alemania con 420.000.

El sexto país de la UE, Polonia, está en la posición número 7 con 135.000, que suponen el 2,9 %, y el quinto país, los Países Bajos, solo tiene 50.000 parados en esta categoría que representan el 1,1 %.

Estos datos son muy graves, ya que supone que España tiene muchos más parados en valor absoluto que Francia, casi el doble, y que Alemania, que tenemos un 150 % más, y ya no digamos si nos comparamos con Polonia, que en ese caso estaríamos en un 660 % más, o en el caso de Países Bajos, casi un 2.000 % más.

La cosa es francamente seria, como para que tanto la Unión Europea como cada uno de los países más afectados tuviesen un plan para conseguir recolocar a la mayoría de esto 4.7 millones de personas.

Lo malo es que en esta campaña para elegir a los parlamentarios que estarán en Bruselas, no he leído nada de la preocupación de los futuros representantes en la UE en lo que se refiere al paro y mucho menos al de larga duración, y son ellos los que tienen que hacer moverse a la Comisión Europea y al Consejo.

España tiene y debe perder la medalla de plata en valor absoluto. Nos corresponde como mucho la cuarta posición y, cómo no, esto demuestra que el cohete espacial del marido de Begoña tiene problemas de combustible.

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