El sector agroalimentario, el pilar tapado de la economía española
Las empresas españolas o ubicadas en España tienen una responsabilidad determinante en la actividad productiva y en nuestro bienestar
España lleva 15 años separándose de Europa en PIB per cápita
Entre los datos gruesos de la estructura económica española que buena parte de los ciudadanos tienen en la cabeza, están los relacionados con el peso de los sectores turísticos y del automóvil. En la punta de la lengua se suele tener la expresión de «más del 10 % del PIB» para resumir el músculo de cada uno de ambos sectores económicos. Con esa cifra en la cabeza difícilmente nos cuestionamos cualquier medida de apoyo público dirigida a su promoción y/o protección.
Si la misma pregunta la planteamos sobre el sector agrario, en la punta de menos lenguas –el dato es menos conocido– probablemente nos encontraremos con un valor pírrico. La cuestión, sin embargo, no es tan sencilla. Tiene mucho de los criterios contables aplicados y de los éxitos o fracasos en las estrategias de comunicación de los representantes de los tres sectores económicos mencionados. Un reciente artículo del economista Francesc Reguant sobre el peso del sector agroalimentario en la economía catalana ha puesto el foco sobre esta cuestión.
Reguant toma como cifra de referencia el Valor Añadido Bruto (VAB); una magnitud ciertamente próxima y correlacionada con el PIB. Por ejemplo, para 2021 (último año con datos cerrados), el PIB de la economía española fue de 1 millón 222.290 millones de euros y el VAB de 1.105.853. En definitiva, analizar la aportación de estos sectores al VAB o al PIB nos da una idea suficientemente precisa de su importancia.
Resulta clave a la hora de medir el tamaño de un sector económico el criterio de agregación de las actividades relacionadas pero que aparecen con valor desagregado en los cálculos del Instituto Nacional del Estadística (INE). Por ejemplo, si queremos medir el tamaño del sector agroalimentario no parece haber reparo en sumar la agricultura con la ganadería, la silvicultura, la pesca y otras actividades similares. Sin embargo, se pregunta Francesc Reguant, ¿una cooperativa agraria que transforma y comercializa es sector primario o industria alimentaria?
El propio INE sitúa al sector de la alimentación, bebidas y tabaco como el primer sector de la economía española
Ocurre que si aplicamos una mirada amplia al sector de la industria agroalimentaria e incluimos desde el sector primario tradicional a la industria de base alimentaria, el propio INE en su Estadística estructural de empresas sitúa al sector de la alimentación, bebidas y tabaco como el primer sector de la economía española en aportación al VAB del conjunto de la industria. Este sector aporta el 16,1 % del VAB industrial español para 2021 al que le sigue el sector de Suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado con un 13,7 %. Para encontrar al sector de la automoción hay que bajar al cuarto lugar donde aparece con un valor del 6,6%, esto es, casi diez puntos por debajo del mencionado sector de la alimentación, bebidas y tabaco.
Si ampliamos el ángulo y miramos al conjunto de la economía española y no sólo al sector industrial, los resultados se modifican pero no la posición en la jerarquía. Sumando agricultura, ganadería, silvicultura y pesca junto con la industria de alimentación, bebidas y tabaco, la aportación al PIB de 2021 fue de más del 5 %. Aplicando la misma mirada amplia al sector de la automoción sumando la fabricación de vehículos de motor, remolques, elementos de transporte así como su comercialización, el valor alcanza el 3 %.
Comparados con los dos sectores mencionados, la actividad turística alcanzó los 155.946 millones de euros en 2022, un 11,6 % del PIB. Sin embargo, este cálculo no se obtiene sin antes aplicar un ajuste contable que permite imputar al sector turístico una parte de la actividad del resto de sectores económicos. Esto es lo que se hace a través de la Cuenta Satélite del Turismo de España. Es una estadística de síntesis compuesta por un conjunto de cuentas y tablas que presenta los distintos parámetros económicos del turismo en España, para una fecha de referencia dada.
Sólo si dispusiéramos de unas cuentas satélites para el sector agroalimentario y para el sector de la automoción con criterios similares a la del turismo, podríamos aquilatar el músculo de cada uno de estos tres sectores de importancia tan distinta en el imaginario colectivo. Es cierto que disponemos de las Cuentas Económicas de la Agricultura a partir de las que se calcula la renta agraria. Sin embargo en ellas sólo se contabilizan las actividades de producción animal y vegetal. En definitiva, tienen una visión estrecha de la actividad como prueba que la renta agraria para 2021 se cifró en un VAB de 30.324 millones de euros; apenas el 2,7 % del total nacional.
Es bueno medir bien las cosas para luego tomar decisiones más acertadas
En definitiva, las empresas españolas o ubicadas en España de los sectores agroalimentario, turístico y de automoción, tienen una responsabilidad determinante en la actividad productiva y en nuestro bienestar. Sin embargo, la importancia que socialmente se le atribuye a las segundas y terceras oscurece la muy relevante actividad agroalimentaria. Durante décadas, la información estadística ha sido mucho mejor comunicada por los representantes de los sectores de la automoción y del sector turístico que por la industria agroalimentaria. Es bueno medir bien las cosas para luego tomar decisiones más acertadas.
- José Manuel Cansino. Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, profesor de San Telmo Business School y académico de la Universidad Autónoma de Chile / @jmcansino