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Imagen del vehículo de lanzamiento recuperable Miura 5, en el que trabaja la española PLD Space con fondos europeos.

Imagen del vehículo de lanzamiento recuperable Miura 5, en el que trabaja la española PLD Space con fondos europeos.

El asombroso plan aeroespacial que contempla convertir a España en un referente en las próximas décadas

Drones, acceso a la estratosfera y al espacio y el reto de convertirse en el nuevo Oriente Medio del combustible sostenible para los aviones, entre los principales objetivos

El PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) Aeroespacial, uno de los doce proyectos estratégicos a largo plazo que se pusieron en marcha en el año 2020 para aprovechar los fondos europeos, es de los pocos que va bien. Ya se ha asignado más del 90 % del presupuesto previsto, y sus proyectos van camino de consolidar a España como un actor clave en la economía aeroespacial.

El sector aeroespacial siempre ha sido muy importante para España, aunque no sea algo muy conocido a nivel general

Aunque nuestro sector aeroespacial se conoce poco a nivel del público en general, España siempre ha destacado en este campo. Nuestro país estuvo desde el principio en la aviación, y en los años 60, gracias a la apuesta de la NASA por España, fuimos el país europeo más importante en la carrera hacia la Luna. Destacaba la red de estaciones espaciales conectadas con cables de comunicaciones de Telefónica que transmitían los datos hasta los Estados Unidos. España es un país con una gran vocación aeroespacial y con una industria aeronáutica y espacial sólida, con desarrollos notables en los aviones de Airbus o empresas líderes mundiales en el sector como GMV, Hispasat y muchas otras. El PERTE quiere reivindicar y potenciar el sector.

La economía espacial va a tener un gran desarrollo en las próximas décadas, como ya se está viendo con diversos proyectos como los protagonizados por los magnates Elon Musk o Jeff Bezos. España se encuentra ante una gran oportunidad de ser un líder en este terreno. Se parte de una base industrial importante y de la posibilidad de invertir con fuerza en los próximos años. En esta línea va el PERTE aeroespacial, que cuenta con una inversión de 2.900 millones de euros que contribuyen a diversificar la economía española en un terreno de alto valor añadido y con una visión a largo plazo.

Proyectos muy innovadores

El PERTE Aeroespacial, dotado inicialmente con 2.100 millones de euros, consiguió incrementarse hasta los 2.900 millones. Un tercio lo pone Europa y dos tercios los Presupuestos Generales del Estado.

España tendrá un segundo astronauta para las misiones espaciales gracias al incremento de su aportación

El capítulo espacial se ha transformado notablemente tras la llegada del PERTE. A nivel presupuestario se ha pasado de aportar 250 a 300 millones anuales a la Agencia Espacial Europea (ESA). Con ello España se mantiene en el cuarto puesto del ranking de inversores nacionales en la Agencia, y ese incremento nos da derecho a tener dos astronautas en el programa de vuelos tripulados de la ESA: Pablo Álvarez y Sara García. Por otro lado, una de las 18 actuaciones del PERTE Aeroespacial fue crear la Agencia Espacial Española, una vieja demanda a nivel de país. Con sede en Sevilla, se espera que sea un actor definitivo en la consolidación espacial española en la arena internacional.

Entre los proyectos espaciales más emblemáticos está el lanzador al espacio de pequeños satélites

Entre los proyectos espaciales más emblemáticos del PERTE Aeroespacial está el lanzador al espacio de pequeños satélites, financiado con 45 millones de euros. La fase inicial de esta compra pública gestionada por el CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico y de la Innovación) fue ganada por Pangea, una empresa catalana de motores cohete, y la ilicitana PLD Space, que lanzó en 2023 el cohete suborbital Miura 1. PLD pasó a la segunda fase y entregará un lanzador listo para el despegue, el Miura 5, antes de 2026.

Luego está el proyecto de la Constelación Atlántica, una red de ocho satélites conectados a otros ocho de Portugal. La clave está en que sean todos iguales. Se centran en observación de la Tierra, fenómenos marinos y costeros, vigilancia y seguridad, etc. Nació enfocada a países ribereños del Atlántico, si bien otros países como Grecia quieren adherirse. Se han destinado 40 millones de euros que gestionará la Agencia Espacial Española a través de la Agencia Espacial Europea.

Un sistema cuántico para securizar las comunicaciones mejor que el desarrollado por los chinos hace unos años

Otro proyecto muy innovador es el proyecto de distribución de claves cuánticas, QKD por sus siglas en inglés. Consiste en comunicarse desde el espacio con la Tierra con luz láser y fotones controlando su estado cuántico. Con ello se conseguirá la distribución de clave cuántica, una manera de securizar las comunicaciones. En el año 2017, China fue el primer país en lanzar un sistema espacial de esta naturaleza que operaba en órbita baja, a unos 700 kilómetros de altura. La idea original del PERTE Aeroespacial gestionada por el CDTI como una compra pública- es desarrollar un sistema en órbita geoestacionaria, en donde los satélites se mueven a la misma velocidad que rota la Tierra, como si estuvieran parados respecto de la superficie terrestre. Alcanzar la distribución de clave cuántica desde la órbita geoestacionaria dará cobertura de comunicaciones seguras siempre, mientras que los de órbita baja, como el satélite chino, se mueven a gran velocidad, dando una vuelta a la Tierra en aproximadamente hora y media.

A nivel aeronáutico destaca sin duda el Programa Tecnológico Aeronáutico (PTA), al que se han destinado a través del CDTI más de 190 millones de euros en proyectos para la industria aeronáutica en colaboración con nuestros centros de investigación. Varios proyectos abordan el uso del hidrógeno como combustible en la aviación. Permitirá los vuelos de corto y medio recorrido del futuro, que deberán llevar un tanque de hidrógeno líquido presurizado, algo que contribuirá a la ansiada descarbonización de la aviación prevista por Europa para el año 2050.

El PTA también aborda proyectos en tecnología de comunicaciones, gestión de datos y digitalización dentro del entorno del avión, además de nuevos sistemas de movilidad aérea, como los drones. De manera novedosa, en las Olimpiadas en París, se iba a permitir por primera vez el uso de esta clase de aerotaxis; finalmente no pudo ser, pero claramente el futuro de este tipo de movilidad urbana está a la vuelta de la esquina.

Los aerotaxis están a la vuelta de la esquina

El PERTE Aeroespacial contribuye también a consolidar la apuesta española por el Cielo Único Europeo con una inversión de más de 110 millones de euros. De la mano de ENAIRE se está modernizando toda la red de control de espacio aéreo (principalmente Canarias, Andalucía, Madrid y Cataluña) para que cuando un avión pasa de un país a otro sea algo totalmente transparente. España destaca como uno de los principales promotores del Cielo Único Europeo.

A nivel de centros de ensayos de drones se ha financiado la pista de prueba de drones más larga de Europa en las instalaciones del INTA en El Arenosillo (Huelva). Esta instalación (CEUS) facilitará el ensayo en vuelo de drones aéreos europeos de gran tamaño, dada la escasez de los espacios de pruebas controladas en Europa para esta clase de sistemas. España es un paraíso para este tipo de pruebas por su gran cantidad de espacios abiertos y zonas con baja densidad de población. La pista, junto a una plataforma aérea de investigación atmosférica (C295 de Airbus), son actuaciones del PERTE Aeroespacial financiadas con más de 56 millones de euros con fondos europeos FEDER gestionados por el CDTI y desarrolladas por el INTA .

En Huelva se facilita el ensayo en vuelo de drones aéreos europeos de gran tamaño

El PERTE Aeroespacial cuenta también con un guiño directo a las comunidades autónomas a través de los Planes Complementarios. Se trata de un instrumento para co-financiar la I+D+i de en campos como la astrofísica, los materiales, biodiversidad, el hidrógeno o la cuántica. Algunos de estos proyectos se han focalizado en el Estratopuerto de Fuerteventura, una instalación singular creada como centro de I+D+i para simulación, validación y certificación de tecnología aeroespacial. Aparte de los ensayos en vuelo de drones, está enfocada como un puerto para acceso a la estratosfera de los llamados pseudo-satélites, que realizan vuelos muy prolongados (días/semanas...) por encima de los 20 kilómetros de altura y con visibilidades de hasta 500 kilómetros. Bien en su versión de los famosos dirigibles de helio o hidrógeno, que pueden alcanzar más de 100 metros de longitud, o de los aviones solares ultraligeros y de gran envergadura, estos sistemas parecen haber abierto una nueva era para la aeronáutica por encima de las rutas comerciales.

Otro estratopuerto que destaca es el del aeropuerto de Teruel, también famoso por albergar los bancos de prueba de los motores cohete de PLD Space. España se perfila como un lugar idóneo para acceder a la estratosfera sin peligro de colisionar con los aviones, un potencial que se quiere analizar y potenciar desde el PERTE Aeroespacial.

España puede convertirse en el nuevo Oriente Medio del combustible para aviones

Gracias a su capacidad de producir energía limpia, España se perfila como líder en la producción de hidrógeno verde, un aspecto diferencial que también se quiere aprovechar en la I+D+i y producción de los combustibles sostenibles de aviación (SAF por sus siglas en inglés). Bajo la acción coordinada de varios ministerios, España podría convertirse en el Oriente Medio del SAF.

Los SAF son una versión de los denominados biocombustibles que está destinada a la aviación. Se sabe cómo producirlos, pero no de manera sostenible, limpia y económica. La producción del SAF a partir de hidrógeno verde y CO2 está a casi un factor diez del queroseno de aviación en cuanto a coste de producción. Si se parte de los residuos vegetales, tan abundantes en España por la agricultura y el cuidado forestal y de los campos, el factor de coste baja a la mitad.

Desde el PERTE Aeroespacial se quiere animar la investigación encaminada a abaratar los procesos y crear plantas de producción por toda la geografía nacional para pasar a ser un país que, lejos de tener que comprar derechos de emisión en el futuro para que la aviación sea limpia, pueda fabricar ese combustible y comercializarlo masivamente al exterior.

Aparte de tener grandes empresas de producción como Repsol o Cepsa, tenemos algo que no tiene nadie: una singular red de oleoductos que conecta las refinerías con los aeropuertos. La antigua Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), que ahora es Exolum, desarrolló una red de distribución que es única y permitirá producir allá donde es más barato y llevarlo directamente hasta los aviones. Bien visto, dada nuestra capacidad turística, podríamos ser una tremenda 'gasolinera', un hub de repostaje de SAF para los aviones que traen a los millones de turistas que nos visitan todos los años. Nos interesa como país ser uno de los principales destinos turísticos y, además, que vengan de la manera más sostenible posible.

Tras poco más de dos años de funcionamiento, el PERTE Aeroespacial ha sabido aprovechar el impulso europeo inicial y aglutinar los esfuerzos nacionales en torno a este sector para posicionar a nuestra economía aeroespacial entre las de los países líderes en los campos de la aeronáutica, la aviación y el espacial. Gracias a este proyecto de país, la visión estratégica bajo la que fueron concebidos los PERTE ha encontrado resonancia en la centenaria industria aeroespacial española, que esperemos que en las próximas décadas haga lo que mejor sabe: volar alto en la Tierra y lejos en el espacio.

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