Solo en seis países de la UE se trabaja más que en 2015 y España no está entre ellos

En este mes de agosto Eurostat tiene puesto el acelerador en sacar muchas noticias, novedades y datos que pueden pasar desapercibidos por la fecha en que se están publicando.

Hoy les voy a contar una pequeña historia de miedo y, aunque no es de terror, les aseguro que produce escalofríos. Me estoy refiriendo a la productividad laboral medida en horas trabajadas por trabajador.

La estadística que publica Eurostat no da el número de horas trabajadas medidas en valor absoluto, sino basadas en un índice que se tomó como referencia el 1 de enero de 2015 y que, por lo tanto, nos indica en el año en que se ofrecen los datos como estamos en comparación con 2015. Si el índice del país es superior a 100, por ejemplo 110, significa que se trabajan un 10 % más de horas por trabajador, pero si es 90, lo que significa es que se trabajan un 10 % menos que en esa fecha.

La Unión Europea ha tomado unos derroteros tremendamente preocupantes. A 31 de diciembre de 2019, la UE estaba prácticamente igual que en 2015 con un índice de 99,229, unas centésimas por debajo de 2015, casi podríamos decir que igual. En aquellos momentos había 12 países por encima del 100 y 15 por debajo, siendo el mejor país Malta con un índice 106,899, seguido de Irlanda con 103,576 y ocupando el último lugar Estonia con un índice de 96,092.

Los 4 grandes se comportaban de forma diferente: Francia era el mejor con una productividad que superaba la media de la UE con 100,003, le seguía Italia ya por debajo de la media con 99,576, España era la tercera con 99,010 y Alemania con una productividad de horas trabajada por trabajador de un 97,892.

Han pasado 5 años y tenemos los resultados de 2023. Antes de explicarlos, tengo que decirlo, porque si no reviento: esto es un desastre. Si de verdad queremos competir con los países asiáticos y no me refiero solo a China, sino a la India, también a Corea del Sur, o con Vietnam y todos los países emergentes que están tratando de coger su sitio en la economía mundial, no podemos bajar nuestra productividad en horas trabajadas y a la vez subir los costes laborales, porque los productos que fabricamos, por muy buena calidad que tengan, pasan a ser impagables, dejan de venderse y empieza nuestro declive.

A la industria de la UE la hemos sometido a la dictadura de lo verde, pero a la vez y con la inflación galopante que hemos tenido, los costes laborales se han disparado, pero las horas trabajadas no

La Unión Europea tiene una industria que empieza a notar que vende menos, la hemos sometido a la dictadura de lo verde, la hemos obligado a colocarse en el disparadero de que lo único que importa es que se use todo verde para producir, pero a la vez y con la inflación galopante que hemos tenido, los costes laborales se han disparado, pero las horas trabajadas no, con lo cual se trabaja menos, se produce menos, pero todo cuesta producirlo mucho más.

Para que veamos cómo ha cerrado el 2023 y que año a año vamos a peor voy a compararlo con el 2022 y seamos conscientes de que vamos de capa caída y que no es un simple error de cálculo de nuestros políticos con sus políticas.

Aquí lo tienen: en el cierre del 2023 el índice medio de la UE se ha colocado en un 98,179 con otra bajada del 0,21 % y en la Eurozona, todavía lo hacemos peor porque el índice se ha quedado en 97,985 con una bajada del 0,12 %.

En total tenemos sólo 10 países que crecen y 15 que decrecen, aunque haya 2 que decrecen menos que la media.

Entre los 10 sólo hay 1 de los 4 grandes, Italia, que su productividad crece un 0,5 % y su índice se coloca en 100,987 y demuestra que tener políticos con ideas hace que los países cambien de tendencia aunque cueste conseguirlo y si no que se lo pregunten a Meloni. Sorprende Grecia que cada día lo está haciendo mejor, creciendo un 0,68 %, aunque todavía lejos del 100.

Y, como no, la España del cohete de Pedro, que es la que más decrece, gracias a nuestro modelo de reparto de horas que, ideado por una comunista sin entendimientos

Francia ha perdido el 100 y se queda en 98,854 bajando este año un 0,32 %. Alemania baja un 0,36 % y se coloca en 95.269, así le va a la industria alemana. Y, como no, la España del cohete de Pedro, que es la que más decrece, gracias a nuestro modelo de reparto de horas que, ideado por una comunista sin entendimientos, nos coloca en otra caída de 1,21 % y quedarnos en un índice de 96,343.

Hemos sido el país número 22 lo que demuestra que cada día lo hacemos justo al revés de lo que dice nuestro presidente.

Pero es que además la UE va abocada a un muy grave problema si no somos capaces de cambiar las tendencias, solo nos quedan 6 países por encima del 100, la ya mencionada Italia, Chipre, Croacia, Rumanía, Países Bajos y Chequia.

Empieza la andadura del nuevo Parlamento, de la nueva Comisión Europea y más vale que se agarren los machos y se pongan todos a trabajar por enderezar lo torcido en los últimos 5 años.