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Análisis económicoJosé Ramón Riera

Los costes laborales han crecido en la UE un 6,6 % en el 2023

Todo lo que producimos cuesta mucho más producirlo y para ganar exactamente lo mismo los precios se han disparado y, por lo tanto, estamos bajando la competitividad de los productos que fabricamos, aunque estos sean de muy buena calidad

Actualizada 04:30

En el artículo de ayer escribía sobre la caída de las horas trabajadas en el Unión Europea en el 2023 y que esta había sido de un 0,21 %, pero que lo preocupante no era la caída de este año, sino la caída generalizada del último quinquenio.

Los datos de Eurostat están calculados en un índice cuya base 100 era 2015 y al final del 2018, la Unión Europea de los hoy 27 países estaba en casi 100, o sea que la media de la Unión Europea trabajaba las mismas horas por empleado que en 2015. Pero transcurridos los 5 años de mandato de una Comisión Europea desastrosa en general para casi todo, con un Parlamento, dominado por los que nombraron a Úrsula Von der Leyen, aprobando leyes que la han paralizado, hemos terminado trabajando un 1,821 % menos de lo que cada trabajador hacía en 2015.

Recordaba que en 2019 teníamos 12 países con el índice de horas trabajadas por encima de 100, y que en el 2023 ya solo quedaban 6 y camino de que, si seguimos así, quede 1 o ninguno.

Comentaba que esto es una bajada clara de la productividad y que esto nos dificultaba la competitividad de los productos que fabrican nuestras industrias, que ello estaba afectando a los precios y que, tal como ya hemos visto, la producción industrial está cayendo.

Pero el informe y los datos que ha publicado este mes Eurostat incluye otros datos que son también francamente preocupantes y son los índices equivalentes al coste laboral por hora trabajada.

Lo que ha pasado aquí, evidentemente, es justo lo contrario, el índice del coste laboral por hora trabajada ha pasado de 103,322 a cierre de 2018, hasta llegar a 120,430 el 31 de diciembre de 2023, lo que ha supuesto un incremento del 16,6 % de más coste.

La tormenta perfecta para nuestra industria: las horas trabajadas bajan por cada trabajador un 1,8 %, pero lo que le pagamos sube un 16,6 % en el mismo período. Todo lo que producimos cuesta mucho más producirlo y para ganar exactamente lo mismo los precios se han disparado y, por lo tanto, estamos bajando la competitividad de los productos que fabricamos, aunque estos sean de muy buena calidad.

En 2018 había todavía 4 países con un coste laboral por hora trabajada por debajo de 100, en 2023 no hay ningún país, pero tenemos 6 países que los costes laborales, con respecto a 2015 han subido más del 50 %, llegando algunos a superar el 70 % como Bulgaria, Lituano o Rumanía.

Pero veamos qué es lo que ha pasado en el último año, porque es muy interesante:

La media de la UE ha sido de un 6,6 % y el índice se ha colocado en un 120,430, ligeramente por encima de la Eurozona, que ha subido un 6,2 % hasta quedarse en 119,632.

En un solo año, Irlanda ha realizado un ajuste económico espectacular subiendo el coste de la hora trabajada en un 16,6 %, pero es cierto que su índice está todavía muy lejos de la media de la UE quedándose en 103,788.

Las grandes subidas de 2 dígitos en un solo año se lo llevan los antiguos países del telón de acero, entre ellos Polonia, cuya actualización de coste ha sido de un 13,2 % y su índice se coloca en 145,811, es decir, un 45,8 % más que en 2015.

Los Países Bajos, la quinta economía de la UE, sube en un solo año un 7,9 % y su índice se va a 125,791. En la mayor economía de la Unión Europea, Alemania, que parece querer ahorcarse sin ayuda de nadie, sus costes laborales se incrementan un 6,5 %, y aunque es una décima menos que la media veíamos que era unos de los países en la que sus empleados trabajaban menos horas.

Francia se modera ligeramente con una subida del 4,2 %, pero lo importante también es que su índice está muy por debajo de la media y se queda en 116,053.

En España nuestros costes han subido un 6,0 % y nos colocamos en la parte inferior de la tabla, que en este caso es bueno.

He dejado adrede para el último lugar a Italia, que además de hacer crecer su productividad en horas trabajadas, consigue controlar la subida de los costes y sólo lo hace un 2,9 %, colocando su índice en 110,582. Es el cuarto mejor de Europa, por detrás de Irlanda, Chipre y Grecia, otro país que está demostrando como salir del control del comunismo rancio, crecer y hacerlo bien.

A Meloni hay que hacerle un monumento por lo que está haciendo por su país, demostrando que se puede gobernar con puño de hierro, pero con guante de seda y puede volver a la adormecida Italia a los puestos de honor de Europa, justo lo contrario de Scholz, Macron y Sánchez, que están hundiendo a sus países.

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