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El empresario José Elías avanza con decisión en sus ideas.

El empresario José Elías avanza con decisión en sus ideas.Lu Tolstova

La semana económica

José Elías: de empresario arruinado a salvador de la histórica constructora española OHL

Es uno de los ejecutivos de moda, y como todos los que tienen éxito, levanta pasiones entre unos y desconfianza entre otros

El empresario catalán José Elías (Badalona, 1976) está de actualidad esta semana por perfilarse como el salvador de la histórica constructora española OHL. Liderada durante varias décadas por el exministro Juan Miguel Villar Mir, se convirtió en OHLA tras asentarse en ella recientemente los mexicanos de la familia Amodio.

Los aztecas, propietarios en su país de la constructora Caabsa, aterrizaron en OHL en el año 2020 comprando un 16 % de las acciones. Poco a poco fueron subiendo su participación hasta llegar al 25,96 % actual, que les consolidaba como los primeros accionistas. La mala marcha de la empresa y su considerable deuda les conduce a buscar una ampliación de capital que les salve de la quiebra. Se aprobará el próximo 22 de octubre por un valor de 150 millones de euros. Elías aportará unos 50 millones.

Hay quien dice que quiere ir a por empresas del Ibex, pero habrá que ver cómo evoluciona su carrera

Con ello este empresario de origen humilde entrará en una empresa histórica de la Bolsa, y en medios como The Objective apuntan que podría estar interesado en «conquistar importantes empresas del Ibex 35». Quizá podrá intentarlo si prospera en su carrera empresarial y no desaparece antes.

Elías ha desarrollado una trayectoria que ha despertado la atención y acumula multitud de seguidores, pero también se ha creado enemigos y levanta desconfianza entre profesionales de los sectores en los que se mueve.

Tras empezar a trabajar con su padre electricista en el negocio de las instalaciones eléctricas a los 20 años, se arruinó posteriormente hasta dos veces. En 2009 tenía 3.000 euros en la cuenta y decidió arriesgarse con una comercializadora que se llamaba Orus Energía. Tres años más tarde compró Audax, una empresa de energías renovables que cerró 2023 facturando 2.293 millones de euros.

Elías se ha hecho millonario. De hecho, figura en el puesto 113 de los ricos españoles según el ranking que elabora El Mundo, con una fortuna estimada de 575 millones de euros.

Elías es ambicioso, y por eso no se frenó ahí. En julio de 2021 pagó 100 millones de euros al fondo de capital riesgo británico Opcapita para hacerse con la cadena de supermercados La Sirena. «Vi que estaba en venta y me pareció una gran oportunidad», indica en uno de sus vídeos de YouTube. La cadena cerró 2023 con una facturación de 178 millones de euros, tres millones más que el año anterior, y un ebitda (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) de 7,8 millones, un 10 % más que el año anterior.

Le gusta destacar su protagonismo en la candidatura de Laporta a la presidencia del Barça, pero no tuvo tanto como Jaume Roures

Ese mismo año, el 2021, Elías se convertía en el principal accionista de Ezentis y se sentaba en el consejo de administración de esta empresa especializada en instalación y mantenimiento de infraestructuras tecnológicas y energéticas. Esta compañía ha cerrado el primer semestre del año perdiendo 565.000 euros, mientras que había ganado 127,4 millones en el mismo periodo del año anterior.

Elías tiene un 74,93 % de Audax, un 28,5 % de Ezentis y un 24,744 % de Atrys Health, una compañía de tecnología de la salud en la que participa con otros multimillonarios, como Josep María Echarri, la familia Domínguez de Dor (dueños de Mayoral), Carmen Ybarra y Jon Riberas (Gestamp). Entre las cuatro suman un valor aproximado de 710 millones de euros.

Mirado desde fuera, la trayectoria de Elías es aparentemente intachable, pero algunos no lo ven así. En Internet pueden encontrarse comentarios de usuarios que se han considerado engañados por las prácticas de sus empresas. De hecho, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha multado a Audax en varias ocasiones. En octubre de 2021 le impuso pagar 1,5 millones por prácticas de «naturaleza incuestionablemente dolosa». Se derivaban de engaños puerta a puerta de comerciales de la compañía que decían vender bombillas para luego intentar colocar contratos de Audax Renovables a los residentes de un pueblo humilde de Jaén.

Más tarde le cayó otra multa de 9,2 millones de euros por tratar de «captar clientes de luz y gas de otras compañías mediante prácticas fraudulentas» y engañar «a miles de clientes domésticos, incluidos consumidores vulnerables» entre el mes de enero de 2018 y octubre de 2021.

Leyendo estos casos, parece que todo vale para Elías con tal de seguir creciendo. También es verdad que cerró 2023 con más de 363.000 clientes repartidos por más de nueve países. Estos parece que no se han sentido engañados, pero en otras de sus actividades también le han pillado: «Va diciendo que financió toda la candidatura de Laporta a la presidencia del Barça y puso 15 millones. Jaume Roures puso 40 millones. Elías es un fantasma», señala un conocedor de primera línea del proceso.

Con su fama arrastra amigos y enemigos, personas que le adoran y otras que prefieren verle lejos, pero no deja indiferente. Un directivo llegado hace unos años al sector de las energías renovables comenta: «Sobre José Elías y Audax, he leído mucho y lo sigo en redes. A nivel personal me da la sensación de muy prepotente y tremendamente ambicioso; un emprendedor nato, eso sí. Se ha arruinado varias veces y ha resurgido de las cenizas. En la explosión de renovables ha encontrado la oportunidad de crecer vertiginosamente, creando una empresa de referencia en el sector y convirtiéndose él personalmente en millonario de la noche a la mañana. En este sector hay mucha especulación, y la cultura del pelotazo está a la orden del día. Estás empresas que crecen tan rápido, no es extraño ver que de repente entran en problemas, pues la mayoría de los activos están apalancados con deuda financiera. Todo se compra con dinero ajeno, y cuando el mercado estornuda, es muy fácil desmoronarse. Los grandes consagrados del sector, Iberdrola, Repsol, Endesa, etc., son seguros, pero a Audax lo veo más como Abengoa en su día y Holaluz, que cayeron tan pronto como subieron. Es mi opinión».

Audax ha cerrado el primer semestre con unos ingresos de 883,5 millones, un beneficio neto de 35,5 millones, una deuda de 299,7 millones de euros y un apalancamiento del 57,7 %. A partir del 50 % se considera que el apalancamiento es alto. ¿Cómo acabará la historia? Habrá que seguir la evolución de Elías para comprobar si realmente es un genio, o se estrella.

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