El programa económico de Trump y su impacto en España: aranceles, rebajas fiscales y desregulación
El republicano aboga por imponer tarifas del 10 % para las importaciones del resto del mundo, y de hasta el 60 % para China. El sector financiero y las petroleras, entre las empresas que gozarán de vientos de cola durante su mandato
Donald Trump vuelve a la Casa Blanca. El republicano se ha proclamado ganador de las elecciones norteamericanas, con un programa que en lo económico pivota sobre el proteccionismo y el establecimiento de aranceles a las importaciones desde el resto del mundo, en una horquilla del 10 % para el grueso de países hasta el 60 % que ha prometido para China.
De imponerse tal cual, (algo que los expertos no ven viable) los aranceles supondrán un incremento inflacionario, como anticipaba recientemente Javier Amador, economista de BBVA Research. Además, los expertos anticipan un fortalecimiento del dólar –algo que ya se viene produciendo desde las primeras horas de la jornada– y del bitcóin, que ha batido nuevos récords al calor de la promesa de Trump de convertir al país en epicentro mundial de las criptomonedas.
El republicano ha hecho además bandera además de la eliminación de trámites burocráticos. Con Trump, en su primer mandato, se aprobaron 39 nuevas normas de alto impacto al año, durante la legislatura de Biden la cifra ha escalado hasta las 65. También de la reducción de impuestos. Una de las grandes promesas de Trump durante la campaña ha sido la eliminación de impuestos a las propinas, una medida que caló con fuerza en estados clave como Nevada, lo que llevó a Kamala Harris a sumarse.
Entre los primeros asuntos que tendrá sobre la mesa será prorrogar la Ley de Reducción de Impuestos y Empleos (TCJA, por sus siglas en inglés). Aprobada en 2017, y prevista para expirar en 2025, incluye un aumento de las deducciones impositivas en el impuesto sobre la renta y en los tributos estatales y locales, además de un aumento de los créditos fiscales por cada hijo menor de 17 años y deducciones empresariales.
Algunas de las empresas españolas que operan en EE.UU., en particular Iberdrola, ya se vieron beneficiadas por las rebajas fiscales de los primeros años de Trump, quien ha prometido profundizar aún más la reducción del tipo impositivo en Sociedades para las compañías que devuelvan toda o parte de su producción industrial a Estados Unidos.
De igual modo, la desregulación del sector financiero impulsará a la banca, según un análisis de JeffBet, que sitúa a JPMorgan Chase y el fondo KKR entre las compañías con mayor potencial bursátil. También a petroleras como ExxonMobil o Chevron, dado que Trump ha defendido eliminar las barreras a los combustibles fósiles que erigió la administración demócrata.
E igualmente las empresas del sector de la defensa, ya que aunque Trump aboga por poner fin a la guerra en Ucrania –«voy a frenar guerras», ha dicho entre sus primeras palabras– exige que los países europeos cumplan con sus compromisos de gasto en esta materia, algo que podría impulsar a gigantes americanos como Lockheed Martin y a empresas patrias como Indra, cada vez más volcada en este negocio.
Las rebajas fiscales prometidas por Trump pueden elevar la deuda neta estadounidense al 116 % del PIB, según una estimación de Bloomberg, dado que la subida arancelaria únicamente compensará una parte de la pérdida de ingresos federales. La deuda y el déficit serán, de hecho, dos de los principales retos económicos de su mandato.
La deuda «está creciendo a un ritmo de alrededor de dos puntos porcentuales del PIB cada año», alertó en una comparecencia reciente el responsable de fiscalidad del FMI, Vitor Gaspar, durante la última actualización de las Perspectivas Económicas. «Esto no puede continuar así indefinidamente». «Los mercados no miran tanto la deuda como a qué se dedica», matiza por su parte Samy Chaar, economista jefe del banco suizo Lombard Odier.
La capacidad para implementar estas medidas económicas «se encontrará limitada por la debilidad de las cuentas públicas y la madurez del ciclo», detallan desde el equipo de estrategia de Banca March. «Es interesante tener en cuenta que Trump asumió la presidencia en 2016 con una deuda del 76 % sobre el PIB y un déficit de tan solo 2,9%, niveles considerablemente más manejables que el 99 % actual y el 7%, respectivamente. Además, tendrá que manejar un desafío adicional, la madurez de un ciclo económico que ha experimentado ya su primera bajada de tipos de interés, aunque en niveles considerablemente más elevados que en aquella época», abundan.
Las empresas españolas, entre la preocupación y la oportunidad
Las empresas europeas y españolas, por su parte, temen un frenazo de las exportaciones a Estados Unidos fruto precisamente de los prometidos aranceles. «En la práctica (los aranceles) serán difícil de implementar», explicaba el director de Estrategia de Mercados de Banca March, Joan Bonet Majó, durante un reciente encuentro con analistas. «Trump no sería muy bueno para el comercio global. Desde luego, la UE y China no saldrían muy bien favorecidos». Según AMR Amro, la economía europea puede ver recortado su crecimiento en hasta 1,5 puntos, el equivalente a 260.000 millones de euros, aunque otras estimaciones reducen este porcentaje a un 0,3 %.
Estados Unidos es el sexto país para las exportaciones españolas, con unos 18.900 millones de euros anuales, según el Icex. Destacan sectores como los bienes de equipo o las semimanufacturas, además de la alimentación. Precisamente la aceituna negra ya fue objeto de su primera oleada de restricciones arancelarias, con una tarifa que no derogó Biden y que ha supuesto para el sector más de 230 millones de euros desde 2018.
Ahora es el turno de las empresas europeas para despertarEconomista jefe de Lombard Odier
Además, en las primeras hora tras la victoria algunas empresas españolas se han visto entre las más penalizadas en los mercados bursátiles, como Iberdrola pero también BBVA o Santander, bancos que tienen un importante negocio en México, un país al que Trump ha amenazado con un arancel especial del 25 % si no detiene la emigración ilegal.
«Ahora es el turno de las empresas europeas para despertar. Europa tiene que despertarse y adaptarse a esta nueva realidad comercial de un mundo fragmentado», ha afirmado Samy Chaar, de Lombard Odier, esta mañana en un encuentro con periodistas. «China lo ha hecho, Estados Unidos lo está haciendo. No es un drama, simplemente tendrán que adaptarse».