Las fincas rústicas se convierten en el nuevo valor refugio de los españoles

El mundo rural se está poniendo de moda y así lo constata la Estadística de Transmisiones de Derechos de la Propiedad que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) todos los meses. En la última, correspondiente al mes de octubre, se refleja un aumento de las transacciones de fincas rústicas. Concretamente, en el décimo mes del año se han transmitido 45.168 fincas de esta índole, un 23,9 % más que en septiembre y un 19,76 % más que en el mismo mes de 2023.

El mayor incremento ha tenido lugar en la compraventa, que se disparó un 36,8 %, llegando a alcanzar las 16.070 operaciones, lo que le convierte en el mejor octubre de la serie histórica para la compraventa de fincas rústicas. Además, es el sexto mejor dato mensual desde que hay registros.

Aunque es un tipo de activo minoritario dentro de los inmuebles transaccionados, lo cierto es que este récord se explica por dos factores: «Por un lado, hay muchos españoles que han heredado fincas de este tipo y que las están poniendo a la venta. Y por otro, hay fondos de inversión interesadas en ellas porque dependiendo del tipo de finca se puede llegar a obtener una gran rentabilidad», explica Luis López Crespo, director del área de rústicas de Grupo Tecnitasa.

Perfil del comprador y vendedor

Los vendedores de este tipo de activos suelen ser herederos de esas fincas, donde el interés por parte de muchos de ellos es muy bajo. También están los herederos con propiedad compartida, que viven lejos de donde se encuentra la finca, por lo que quieren deshacerse de ella porque no encuentran oportunidad para disfrutarla y tampoco pueden mantenerla.

En cambio, hay dos tipos de compradores. Por un lado, están los fondos de inversión, que eligen fincas productivas y con las que se aseguren una rentabilidad, por lo que en ocasiones pagan grandes cantidades. «Estos en muchas ocasiones las acaban arrendando a familias por un largo plazo, entre 25 y 30 años, para que sean ellos las que las exploten», cuenta el director del área de rústicas de Grupo Tecnitasa. «También se las alquilan a empresas para que pongan placas solares, algo muy demandado actualmente», añade.

Aunque en menor medida, también son adquiridas por particulares amantes del campo, que no son agricultores. «Este tipo de comprador no estudia tanto la rentabilidad, pero optan por ellas porque se encuentran cerca de su vivienda habitual y, además, saben que son rentables», continúa explicando Luis López Crespo.

Dónde se demandan

La demanda no solo depende del precio, también se valoran las zonas —provincias y término municipal—, el tipo de finca, el tipo de terreno y también algo muy importante para poder cultivar: si tiene agua o no.

Según el INE, Castilla y León fue la comunidad líder en el ranking de compraventa de fincas rústicas en octubre, con 2.422 operaciones. Le siguen Andalucía (2.380), la Comunidad Valenciana (1.893) y Castilla-La Mancha (1.758). En cambio, las zonas geográficas con el menor número de adquisiciones fueron la Comunidad de Madrid (233), La Rioja (251), Navarra (262) y País Vasco (266).

En relación con el mismo periodo del año anterior, la compraventa de fincas rústicas subió en todas las comunidades autónomas a excepción de Navarra, donde disminuyó un 1,9 %. Aquellas con aumentos por encima de la media nacional fueron Cantabria (91,5 %), Galicia (78,1 %), Aragón (56,1 %), Canarias (54,8 %), La Rioja (52,1 %), Cataluña (48,1 %), la Comunidad de Madrid (39,5 %) y País Vasco (37,1 %).