España se queda en el último lugar de la lista de aliados de Trump, y por detrás de Marruecos
Si España no aumenta su gasto en defensa, su papel en el ajedrez geopolítico quedará totalmente relegado a un mero peón
La anexión de Crimea por parte de Rusia en el año 2014 y la inestabilidad en Ucrania inquietó a Europa. El oso ruso parecía haber vuelto a despertar con más hambre que nunca y la OTAN no estaba preparada. Sólo tres países aliados de un total de veintiocho cumplían el gasto en defensa del 2 % del PIB: EE.UU., Reino Unido y Grecia. Unas cifras irrisorias para un mundo cada vez más inestable.
El riesgo ruso, junto con la necesidad de fortalecer la capacidad defensiva de la Alianza y reafirmar el compromiso de la defensa colectiva provocaron un claro compromiso: llegar al 2% del PIB en gasto militar en un plazo de 10 años. Un objetivo ambicioso que se recogió en la cumbre de la OTAN del 2014 en Gales y en donde Mariano Rajoy prometió que España sí cumpliría, a pesar de que en ese momento nuestro gasto sólo suponía el 1,4 % del PIB, según datos del Banco Mundial.
Las dudas en España se cernían sobre promesas que no llegaban, pues en el año 2017 nuestro gasto en defensa se redujo de nuevo pasando del 1,4 % del 2014 al 1,2 % del 2017, España, de nuevo, volvía a incumplir. Por este motivo, Rajoy tuvo que reafirmar el compromiso español, pero esta vez ya no en una cumbre, sino cara a cara con el nuevo presidente estadounidense, el recién elegido Donald Trump, en la visita de Rajoy a Washington en septiembre del 2017. España tenía que dejar claro que incrementaría sustancialmente su gasto militar, aunque de momento no lo hubiera hecho.
Dice el refrán que «hechos son amores y no buenas razones», pues con la llegada de Sánchez a la Moncloa el compromiso siguió sin cumplirse. Por ello, cuando España celebró la cumbre de la OTAN en Madrid en el 2022, Sánchez reafirmó su intención de alcanzar el 2 % del gasto militar sobre PIB, pero esta vez no ya en el 2024, tal y como lo había comprometido Rajoy, sino ya para el 2029. De nuevo España dejaba de cumplir una promesa y se perfilaba como un socio poco fiable.
La actualidad geopolítica ha cambiado y si en el pasado España no lograba el 2 %, ahora la situación se le complica, pues el nuevo Secretario General de la OTAN, el ex primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, en declaraciones de septiembre del 2024, indicó que el 2% no es aceptable, éste se debe incrementar al 3 %. Según Rutte, la Paz ha de garantizarse y para ello hay que redoblar los esfuerzos. Europa no está libre de amenazas y el mundo sigue rearmándose.
No hay que olvidar que en el 2023 Rusia aumentó su gasto en un 24 % con respecto al año anterior, es decir, alcanzó los 109 mil millones de dólares. En cambio, China, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), logró llegar a los 296 mil millones de dólares, un 6% más que en el año 2022 y que supone casi el 20% del PIB español. Los avances de otros países redoblan las alertas y los escenarios de una mayor confrontación bélica, de ahí que EE.UU. exija ahora un aumento del gasto militar, pero no ya del 2 % o del 3 %, sino del 5 %. España tiene todavía un largo recorrido que realizar mientras las amenazas aumentan.
La caída del régimen de Bashar al-Ásad en diciembre de 2024 ha puesto el foco en el Mediterráneo. Cabe recordar que Rusia contaba con dos importantes bases militares en Siria, aliado indiscutible del antiguo dictador alauita, la base naval de Tartus y la base aérea de Jmeimim. La primera es crucial para Rusia, puesto que es el único acceso directo al Mediterráneo y Jmeimim, cerca de la ciudad de Latakia, es un enclave estratégico para sus maniobras áreas en Oriente Medio. Sin embargo, el revés sufrido por Bashar al-Ásad en diciembre del 2024 a manos, principalmente, de Hayat Tahrir al-Shama (HTS), grupo islamista liderado por Abu Mohammed al-Golani, ha provocado una pérdida indudable para Rusia en Oriente Medio.
Carrera armamentística
El Kremlin está sopesando modificaciones en el Mediterráneo, pero no por ello significa que la Federación rusa quiera abandonar este espacio. Por este motivo, Rusia está movilizando sus activos militares de Siria a la base naval de Tobruk y a la base aérea de Al-Kadim. No olvidemos que desde julio del 2024 Rusia ya comenzó a desplegar misiles de crucero Kalibr con alcance de 2.600 km, es decir, logrando llegar a Zaragoza y Barcelona. Además, este armamento tiene la posibilidad de albergar cabezas nucleares y ser lanzados desde buques, submarinos y aviones, por tanto, España se encuentra ante una clara amenaza en su zona de influencia.
Si la situación de inestabilidad de Libia añadimos la carrera armamentística que están experimentado Argelia y Marruecos, quienes ya gastan 18 mil millones de euros y 12 mil millones de euros en defensa respectivamente. España con casi 16 mil millones se encuentra a medio camino. Sin embargo, Marruecos, fiel aliado de EE.UU. durante la Guerra Fría, sabe que puede contar con Trump, como ya hizo con el reconocimiento del Sáhara, ante un potencial conflicto con Argelia, quien sigue siendo apoyada por Rusia. En el año 2022 Rusia y Argelia realizaron maniobras en la provincia de Bechar, cerca de la provincia con Marruecos, quien desde el año 2019 lleva adquiriendo importantes partidas de material militar, entre ellas, 25 cazas F-16 por un valor de casi 3.600 millones de dólares.
España ya no es el aliado que fue del presidente Johnson durante la Guerra Fría, pues durante su mandato EE.UU. dirigía constantemente bombarderos B-52 que sobrevolaban España con bombas de H2 para responder a un posible ataque nuclear soviético. A día de hoy, a pesar de contar con 5 destructores en Rota, queda la duda de si EE.UU. sigue considerando España esencial para defender sus interés y proteger a Europa. Trump lo tiene claro, Europa debe protegerse así mismo, pues el gran enemigo a batir para él es China. Por ello, si España no aumenta su gasto en defensa, su papel en el ajedrez geopolítico quedará totalmente relegado a un mero peón en el que EE.UU. quiera o no disponer su armamento para defender al continente.
- Gonzalo Gómez de la Calle es consultor de NTTData y profesor de Economía y Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE