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Mike González, senior fellow de la Heritage Foundation

Mike González, senior fellow de la Heritage FoundationThorun Piñeiro

Entrevista

Mike González: «En España veo políticos que han perdido el miedo como Ayuso o Monasterio»

Hablamos con el senior fellow de la Heritage Foundation, en plena batalla en EE.UU. por el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos

Con una llamativa mezcla de castellano castizo y acento yanqui, Mike González, senior fellow de la Heritage Foundation habla muy claro de la lucha de los padres en EE.UU. por decidir la educación de sus hijos.

Periodista durante cerca de 20 años en Europa, Asia y América Latina, ha trabajado también para la administración del presidente George W. Bush como encargado de los discursos del comisionado Christopher Cox antes de pasar a la Oficina de Asuntos para Europa del Departamento de Estado.

Experto en teoría crítica de la raza, políticas identitarias, diversidad, multiculturalismo, asimilación y nacionalismo, desde su puesto en la Heritage Foundation asesora a distintos Estados norteamericanos y colabora en medios de todo el mundo. En su visita a España, González ha atendido a El Debate para hablar de lo que está sucediendo en Estados Unidos.

–¿Existe una batalla en EE.UU. por la libertad de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos?

–La batalla es más grande, pero esa es una de las claves. La izquierda siempre ha sido hábil; puede que sea malvada, pero nunca ha sido estúpida. Por eso les choca mucho a los padres que quieran quitar ese derecho.

–En algunos estados se han vetado ciertos libros o lecciones de historia. ¿No teme que esto acabe llevando a una deriva propia de regímenes represivos?

–No temo eso si se hace bien. Trabajo con varios estados y siempre aconsejo que no se prohíba la enseñanza de teoría crítica de raza, porque todo se tiene que enseñar. Se tiene que enseñar el fascismo y el comunismo: ese poison ivy.

Pero se tiene que impedir la práctica de la teoría de la crítica de raza cuando quebrantan las leyes o viola la Constitución. Cuando maestros o programas llamados antirracistas –que pueden ser muy racistas– violan esas leyes, hay que aplicar la ley tal y como existe.

–En España hay cierta sensación de que la izquierda ha ganado el relato en cuanto a la retórica de lo políticamente correcto. ¿Ocurre en Estados Unidos lo mismo?

La tenían ganada. No están acostumbrados a perder y ahora están aterrados. No tienen argumentos. Decidimos que tras la firma del Acta de Derechos Civiles en 1964, no queríamos volver a ciertas cuestiones. Y ellos quieren volver a eso. No saben qué decir. Acusan a la derecha de racista mientras ellos quieren pasar una ley racista, y no les vamos a dejar.

–Aquí, no hay cuestiones de raza, pero sí de sexo. Se tacha de machismo la crítica por introducir la perspectiva de género en Primaria.

–Pero es que no somos racistas. En EE.UU. hay muchos políticos con miedo a decir la palabra raza. Como decía David Horowitz, exmarxista: the issue is never the issue, the issue is always the revolution –la cuestión nunca es la cuestión, la cuestión es siempre la revolución–.

No soy español y no estoy aquí para dar consejos. La sociedad americana es diferente a la sociedad española. Ahora bien, hay situaciones análogas: tenemos políticos que ya han perdido el miedo. Aquí tenéis políticos como Ayuso o Monasterio que han perdido el miedo.

–Fuera ya de materia educativa. ¿Cree que el aislamiento inicial de Biden ha influido en la situación que estamos viviendo en Ucrania?

–No viajo al exterior para criticar a EE.UU., pero el único casus belli en Ucrania es Afganistán. Putin vio el bochorno inmenso de Afganistán, se dio cuenta de que tenía un presidente débil en la Casa Blanca y se lanzó. Está habiendo consecuencias enormes y trágicas de esta vergüenza nacional que fue Afganistán.

–Rusia ha pedido ayuda a China, el conflicto se acerca a los países de la OTAN... ¿Se atreve a aventurar un futuro de este conflicto?

–China dice que no va a entrar, pero la mentira es su modus operandi. La OTAN tiene muy claro que solo intervendrá si hay una violación del artículo 5.

Estamos en un momento muy caliente y tenemos que tener la cabeza fría. Quiero que se haga más para ayudar a Ucrania, pero no estoy a favor de mandar tropas, sería una situación muy delicada para todos nosotros.

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