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Educación

El boom de las oposiciones en España: «No es vocación. Te dicen 'el mundo laboral es una m***, oposita'»

Mientras el Gobierno castiga al sector empresarial, el funcionariado se beneficia de una estabilidad y una conciliación muy difícil de alcanzar en los últimos años para los asalariados y los autónomos

las oposiciones a la Función Pública están en auge. En un momento de incertidumbre económica y precariedad laboral, los jóvenes cada vez apuestan más por completar su formación universitaria con una oposición, lo que les permitirá en un futuro trabajar para el Estado y gozar de una serie de privilegios que los trabajadores por cuenta ajena, autónomos y empresarios no tienen.

Según datos recientes, 4 de cada 10 jóvenes menores de 25 años tiene intención de opositar. Mientras el Gobierno castiga al sector empresarial, el funcionariado se beneficia de una estabilidad y una conciliación muy difícil de alcanzar en los últimos años para los asalariados, y mucho menos para los autónomos, quienes más sufren las políticas del Ejecutivo de Sánchez.

«Yo no tenía en mente opositar, pero toda la gente de mi alrededor me decía que, habiendo estudiado Derecho, tenía que hacerlo», señala a El Debate Carmen (24 años), quien el pasado 14 de diciembre se examinó de la oposición al Cuerpo de Gestión de la Administración del Estado.

Esta joven, natural de Linares (Jaén), relata que fue su entorno quien la animó a embarcarse en estudiar para ejercer en la Función Pública. «Mis padres me decían: 'Ojalá fueses funcionaria'. En mi caso no es vocacional. La gente me decía: 'El mundo laboral es una mierda, oposita'», explica.

Hay abogados ganando menos que camarerosCarmenOpositora, 24 años

«En ciudades pequeñas, como Linares, los abogados se pegan por una minuta, que son 20 euros. Hay abogados ganando menos que camareros, no tienen trabajo y a los que tienen se les paga míseramente, y si se les paga. Ya no es que los jóvenes decidan opositar, es que la gente de su alrededor que ya lleva trabajando 30 o 35 años le están diciendo que oposite porque saben lo que les espera», refiere Carmen en conversación con este medio, quien apunta que de su grupo del colegio, integrado por 10 personas, 6 están opositando.

Respecto a las razones por las que los jóvenes estudian su oposición, esta joven tiene claro que es por «calidad de vida, por un salario para toda la vida y un trabajo para toda la vida y que te garantice una estabilidad, unos horarios y una conciliación».

Funcionario por vocación

«La Función Pública era un campo que nunca me llamó la atención ni valoré como opción profesional. Nunca la tomaba en serio porque el modo de acceso creía que estaba muy chapado a la antigua. Yo pensaba que mis virtudes no se alineaban con lo que se necesitaba para acceder a la función pública», explica Juan (24 años) a El Debate, quien actualmente se está preparando las oposiciones para el Cuerpo Carrera Diplomática.

Cuando vi día a día lo que hacía un diplomático, me enamoré del trabajoPedroOpositor, 24 años

La percepción de este joven cambia a raíz de unas prácticas de la universidad en el Ministerio de Exterior, donde descubre que «sí había un ámbito de la Función Pública que me gustara, que se alineaba con lo que yo quería hacer en el futuro profesional y por ello, cuando vi día a día lo que hacía un diplomático, me enamoré del trabajo».

Esta oposición es tratada como una de las más exigentes en nuestro país, ya que «nunca tienes sensación de seguridad», apunta Juan. «El año pasado preguntaron que se desarrollase en francés el tema de Tamara Falcó. Eso no está en el temario. Pero tienes que ser capaz de vincular eso con la política, con el Derecho, con las relaciones internacionales. Eso da lugar a sensaciones de frustración, de sentirte pequeño y que todo se te echa encima», relata a este medio.

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