El PP exige a Calviño que se disculpe con Casado por encararse con él en un acto

La tensa sesión de control al Gobierno que se vivió este miércoles en el Congreso sigue coleando, porque horas después derivó en un incidente entre Nadia Calviño y Pablo Casado. 

Durante un acto de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios, y mientras ambos esperaban en la fila para saludar al Rey, la vicepresidenta primera le recriminó al líder del PP su intervención de la mañana en el Congreso. 

Allí, Casado le había espetado a Pedro Sánchez: «¡Qué insensibilidad! No contesta nada. ¿Pero le parece normal que estos totalitarios estén atacando a un niño? ¿Para qué sirve un Gobierno que deja tirados a los más desfavorecidos? A las niñas tuteladas por el Gobierno socialista de Baleares que fueron prostituidas y se niegan a investigarlo. A la menor abusada por el marido de Mónica Oltra, mientras el Gobierno socialista valenciano lo ocultaba. A un niño de una indultada por usted que ocultaba agresiones sexuales». 

Y añadió:  «Tanta chorrada de 'niñes', de huelga de juguetes y de bollos y dibujos en euskera, pero usted deja desprotegidos a los menores. Además, con su despilfarro, les quita la educación y les quita hasta el futuro de las pensiones. Mire, como diría usted, ¿qué coño tiene que pasar en España para que usted asuma alguna responsabilidad?».

El episodio, desvelado por El Confidencial, se ha convertido este jueves en casus belli para el PP, cuyos dirigentes han exigido una disculpa pública a Calviño, a la que acusan de defender un «feminismo de pandereta». «Señora Calviño, yo estoy asqueado de ver que usted desprecia a los menores por defender a su partido que los dejó abandonados y desprotegidos», ha escrito su secretario general, Teodoro García Egea.  

Cuca Gamarra ha advertido a Nadia Calviño que no podrá callarles

«¿Te asquea que controlemos al Gobierno y pidamos que se investiguen los abusos a menores tuteladas por administraciones socialistas? ¿Por qué calláis y lo tapáis? Acostúmbrate. Vas a tener que oírnos hasta que se depuren responsabilidades. ¡Nadie nos callará!», ha añadido Cuca Gamarra.

El entorno de la vicepresidenta económica no niega el incidente –había varios testigos–, aunque matiza que Calviño no dijo «estoy asqueada», como se publicó en un principio, sino «estoy descompuesta». Todo ello a escasos metros de Felipe VI. El monarca no se percató de la escena, pero sí el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida.

En la sesión de control, ya había tenido una reacción parecida al espetarle a Cuca Gamarra: «Qué desesperados tienen que estar ustedes para decir esa sarta de barbaridades que hemos escuchado esta mañana aquí». Calviño tiene fama de tener un carácter fuerte en privado, con sus colaboradores, pero no es de las que pierde las formas en público. 

Casado replicó a Calviño que él habla de lo que quiere en el Parlamento

Casado no se esperaba la embestida de Calviño, pero reaccionó y contestó que él podía hablar de lo que quisiera en el Parlamento. Más tratándose de un caso en el que existe una condena, como lo es el del exmarido de la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana. Entre ambos nunca había habido un encontronazo parecido, según fuentes cercanas al líder de la oposición. 

El PSOE culpa a Casado

La número dos del Gobierno ha participado este jueves en el Pleno del Congreso como si nada, subiendo a la tribuna para defender la convalidación de un real decreto ley de medidas extraordinarias para empresas frente al coronavirus. 

No obstante el PSOE ha seguido insistiendo en la idea de que Casado está «muy nervioso» por sus problemas con Isabel Díaz Ayuso y que la crispación es culpa suya y de Vox. 

El miércoles, el portavoz de los socialistas en el Congreso, Héctor Gómez, llegó a convocar una rueda de prensa únicamente para afear al líder de la oposición su «agresividad». «Hasta aquí hemos llegado», añadió. 

Desde la dirección del PP señalan a El Debate que la intención de Casado en la sesión de control del Congreso fue dar «un golpe en la mesa», una llamada de atención ante la «inacción» de Sánchez. Pero niegan que sea un punto de inflexión en su estrategia y discurso de oposición. Cuentan, de hecho, que seguirán tendiendo la mano al presidente para llegar a acuerdos.