Muere el historiador Joaquín Romero Maura en un geriátrico de Zaragoza

Joaquín Romero Maura, historiador y financiero, ha fallecido ayer domingo a los 82 años de edad en una residencia de ancianos de Zaragoza, donde ha pasado los últimos años de su vida.

Durante este periodo final alcanzó, probablemente a pesar suya, cierta notoriedad en los medios de comunicación por aparecer su nombre vinculado con la gestión de los activos financieros que Manuel Prado y Colón de Carbajal, amigo del Rey Juan Carlos, poseía en la isla británica de Jersey. Durante la mayor parte de su vida fue, sin embargo, persona desconocida para el gran público; y ello a pesar de haber destacado en dos carreras profesionales que poca relación guardan entre sí: la historiografía universitaria y las altas finanzas internacionales.

Joaquín Romero Maura nació en 1940 en Niza, Francia, en el exilio de la inmediata postguerra. Pertenecía a la familia Maura; su madre era hija del insigne político Miguel Maura, Ministro de Gobernación del Gobierno provisional de la Segunda República. La familia regresó pronto a España, asentándose en Barcelona, donde estudió las primeras letras. Acudió más tarde a la Universidad de la ciudad condal para licenciarse en Derecho. Realizó, acto seguido, el primer giro profesional de su vida; en vez de dedicarse al mundo a la judicatura o la abogacía emprendió rumbo a Inglaterra. Allí, bajo la dirección de Raymond Carr culminó un doctorado en Historia en la Universidad de Oxford.

Su tesis marcó época. Titulada La Rosa de Fuego y dedicada al estudio de la Barcelona anarquista en el final de la Restauración, la obra fue ajena a la moda marxista por entonces dominante y marcó desde un prisma liberal el posterior camino para toda una generación más joven de historiadores españoles entre los que se encuentran académicos como José Varela Ortega, Juan Pablo Fusi, José María Maravall y Antonio Gómez Mendoza.

Inglaterra, EE.UU., Francia y España

Aunque fue el primer director del Centro de Estudios Ibéricos del St. Antony's College de Oxford, la senda a la que Romero Maura dedicó la mayor parte de su vida profesional no fue la Universidad, sino la Banca. Tras culminar su tesis realizó un nuevo giro laboral; en este caso el rumbo lo tomó hacia Londres para desarrollar una importante carrera en el mundo de las altas finanzas internacionales. Vivió durante décadas a caballo entre la City y Washington. En la capital de EE.UU. se codeó con personalidades de la élite norteamericana de aquellos años, Henry Kissinger entre ellos.

El nuevo periodo que se abrió con la Transición sirvió para traerle de nuevo a su patria, España. Su primo, Jorge Semprún, fue nombrado en 1988 ministro de Cultura en uno de los gobiernos de Felipe González. Semprún le ofreció a Romero Maura el puesto de jefe de su gabinete, cargo que aceptó.

Una vez que Semprún dejó en 1991 el cargo de ministro, Romero Maura regresó a su vida de financiero entre Londres y Washington, que combinaba con estancias en el interior de Francia, donde poseía una casa rural. Ya viudo y sin hijos, en el último tramo de su vida regresó a la España de su niñez para residir en un centro geriátrico de Zaragoza.

En este periodo es cuando su nombre saltó a la primera plana de los periódicos. En el marco de las investigaciones que afectaron a Juan Carlos I, la Fiscalía del Tribunal Supremo estableció que había gestionado durante 20 años los activos financieros de Manuel Prado, empresario y amigo del Rey emérito, en la isla británica de Jersey.