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Rodolfo Martín Villa durante su ponencia en la Sala Cánovas del Congreso

Rodolfo Martín Villa durante su ponencia en la Sala Cánovas del CongresoRamiro Fdez-Chillón

Coloquio «Por la concordia y en defensa de la Transición»

El espíritu de la Transición en el Congreso: «Los que estaban con los asesinos van a destruir la democracia»

Este viernes ha tenido lugar en la Sala Cánovas de la Cámara Baja una ponencia en la que célebres figuras que hicieron posible la Transición han criticado las intenciones de la Ley de Memoria Democrática

Hoy ha quedado patente en la sede española de la soberanía nacional que los valores que impulsaron la Transición peligran más que nunca. El Gobierno de Pedro Sánchez, junto a sus socios, pretende aprobar la semana que viene la Ley de Memoria Democrática, que amplía hasta 1978 el reconocimiento de víctimas de violaciones de derechos humanos. Por eso, la Sala Cánovas del Congreso de los Diputados albergaba esta mañana a una treintena de personas, con espectadores de lujo como el diplomático Inocencio Arias, que asistían al coloquio titulado «Por la concordia y en defensa de la Transición».

Los ponentes –relevantes figuras de distintos ámbitos que de un modo u otro hicieron posible la llegada de la democracia a España– han defendido los valores que inspiraron la etapa más importante de nuestra historia reciente. Victoria Prego, Soledad Becerril, Pedro Bofill, Mariano Gomá, Rafael Arias Salgado, Francisco Vázquez Vázquez y Rodolfo Martín Villa han sido los encargados de valorar, y criticar, la nueva deriva normativa y social.

La periodista Victoria Prego ha comenzado la ponencia señalando que el coloquio es necesario para «reivindicar un tiempo y protestar por la llegada de otro, que es deleznable». Prego ha manifestado que «la Transición fue una hazaña histórica donde se produjo una reconciliación», que «supuso un ejemplo evidente para la humanidad, aunque ahora se quiere arrumbar». La periodista ha incidido en que «la Constitución, muy bien elaborada y pensada», permitió «el consenso» entre todos los españoles. En una línea similar se ha posicionado Mariano Gomá, fundador del Foro España, que «en nombre de la sociedad civil» ha subrayado que la inminente legislación quiere «poner en jaque la Transición ejemplar y fomentar la violencia entre ciudadanos libres e iguales».

El proyecto de la Ley de Memoria Democrática es una bomba lapa contra la TransiciónRafael Arias SalgadoMinistro durante la Transición

La Ley de Bildu

Sobre la Ley de Memoria Democrática, Prego ha dictaminado que «los que estaban con los asesinos son los que quieren destruir la democracia» y con «el consenso de Pedro Sánchez». Sobre ello, Pedro Bofill, diputado socialista en la I Legislatura, ha señalado que el relato de Bildu «vence día a día», y que «hoy a través de la Ley quieren revisar el proceso democrático que nos dimos los españoles libremente». Asimismo, Bofill ha hecho un llamamiento a Pedro Sánchez para que rectifique sobre la nueva legislación: «Me siento legitimado para pedir a los responsables de mi partido que pongan fin a estos acuerdos, porque nuestro programa está en contra de pactar con los violentos, y estar de acuerdo con la concordia. Quiero apelar a los representantes socialistas para que, en nombre de su conciencia, ponga fin y denuncien lo que denuncian en privado. Lo que está en riesgo es el propio sistema democrático».

La Sala Cánovas durante el coloquio

La Sala Cánovas durante el coloquioRamiro Fdez-Chillón

Por su parte, Rafael Arias Salgado, ministro del gabinete de Adolfo Suárez, ha asegurado que la Ley que propone el Gobierno «cabe calificarla de orwelliana», ya que para sacarla adelante «se ha pactado con Bildu, que todavía no ha condenado los crímenes de ETA». Del mismo modo, Arias Salgado ha solicitado que se retire el proyecto porque es una «bomba lapa contra la Transición democrática».

Soledad Becerril, expolítica de UCD y primera mujer que ocupó una cartera ministerial en democracia, ha subrayado que «el proyecto de ley que va a aprobarse pretende hacer creer que la Transición nunca existió, que jamás hubo reconciliación, y que sencillamente durante esa época se borró la historia y se olvidó todo lo anterior». Además, ha añadido que la norma «reposa sobre el olvido a las víctimas», entre las que ha destacado a los políticos, Fernando Buesa, Fernando Múgica y Miguel Ángel Blanco.

El ejemplo de Suárez y Carrillo

Francisco Vázquez Vázquez, exalcalde de La Coruña del PSOE durante 23 años, ha afirmado que «estamos espontáneamente hoy aquí indignados y entristecidos por esta ley que atenta contra la democracia española». Asimismo, ha hecho un paralelismo entre la nueva norma y la Ley franquista «de Represión de la Masonería y el Comunismo», ya que «manipulan la memoria y establecen quién es el culpable», y ambas «rompen la conciliación nacional, que es lo peor de nuestro pasado».

Solo hay que analizar los currículums de los diputados de la época de la Transición y los currículos de los que se sientan hoyMariano GomáFundador de Foro España

Por otro lado, Rodolfo Martín Villa, uno de los ministros más relevantes en los Gobiernos de UCD, ha criticado que la Ley pretenda que «no haya Transición» al recoger que se «repararan a las víctimas desde la muerte de Franco hasta la aprobación de la Constitución de 1978». Igualmente, Martín Villa se ha preguntado qué harían Adolfo Suárez y Santiago Carrillo ante esta situación: «Si hubieran estado vivos hoy esto no estaría sucediendo como esta sucediendo». El expolítico de UCD ha terminado su intervención citando la mítica frase que pronunció Miguel de Unamuno en la Universidad de Salamanca: «Podréis vencer pero no convencer».

¿Cómo se ha llegado a esta situación?

A la pregunta de El Debate de cómo es posible que se haya pasado a un clima parlamentario de concordia durante la Transición a otro de confrontación como el actual, Arias Salgado ha sostenido que el punto de inflexión se produjo con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. «Zapatero es el instigador de esta tragedia. Pretendía que nunca pudiera gobernar el centro derecha».

Acerca de la misma cuestión, el socialista Pedro Bofill ha dictaminado que gran parte de la culpa se debe a las primarias de los partidos políticos: «Con las primarias se establece un cesarismo que distorsiona el papel de los partidos. Los políticos olvidan que tienen una obligación moral que tienen que defender». Por su parte, y de manera muy elocuente, Mariano Gomá ha dicho que solo hay que analizar «los currículums de los diputados de la época de la Transición y los currículos de los que se sientan hoy. ¿Cómo no se va a haber deteriorado la situación?».

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