La estrategia de Feijóo
El PP intentará dejar a Vox sin escaño en 29 circunscripciones pequeñas
Los populares pretenden cerrar el paso al partido de Abascal en las circunscripciones de cinco o menos escaños. Ello incluye toda Castilla y León, donde sellaron la primera coalición
Alberto Núñez Feijóo ha intensificado su llamamiento a los votantes de Vox después del debate del lunes, en busca de esa «mayoría suficiente» a la que siempre apela, y que los populares cifran en un mínimo de 150 escaños. Lo hizo el martes en Ciudad Real y Cádiz y, el miércoles, en Murcia y Alicante.
En el PP se han propuesto cerrar el paso al partido de Santiago Abascal en 29 circunscripciones. Son aquellas en las que se reparten cinco escaños o menos y, por tanto, un campo de juego más fácil para el bipartidismo. Pretenden que Vox no saque diputado en ninguna de ellas, o que saque los menos posibles.
En las elecciones de noviembre de 2019, Vox obtuvo escaño en 16 de esas circunscripciones pequeñas en detrimento del PP, así que el botín no es menor. Se trata de Albacete, Ávila, Badajoz, Cáceres, Cantabria, Castellón, Ciudad Real, Guadalajara, Huelva, Jaén, León, Salamanca, Segovia, Valladolid, Zamora y Ceuta. En esta última solo había un diputado en juego y fue para la formación de Abascal, que obtuvo el 35,54 % de los votos, cuatro puntos más que el PSOE.
A mayores, hay otras 13 circunscripciones de cinco escaños o menos en las que Vox no logró escaño en los últimos comicios: Álava, Burgos, Cuenca, Lérida, Lugo, Navarra, Orense, Palencia, La Rioja, Soria, Teruel y Melilla. Son las que completan la lista hasta llegar a 29.
Tras la imagen de «presidenciable» que Feijóo dio en el cara a cara con Pedro Sánchez, los populares han decidido redoblar sus esfuerzos para «atar los restos» en todas esas circunscripciones. Es decir, los votos que deciden el último escaño en juego, según explican fuentes del equipo de campaña a El Debate. «Es importante que ahí estemos muy fuertes», resumen.
El objetivo es que los escaños de esas circunscripciones se repartan entre la primera y la segunda fuerza –el PP y el PSOE, previsiblemente–, para que la tercera no tengan opciones. En 2019, en varias circunscripciones de tres escaños el reparto fue uno para el PSOE, otro para el PP y otro para Vox. En concreto, en Zamora, Guadalajara y Ávila. Y en varias circunscripciones de cuatro y cinco escaños, el partido de Abascal se quedó con el último.
El caso de Castilla y León
Que el plan del PP funcione supondría, por ejemplo, que Vox no obtuviera un solo diputado en toda Castilla y León. Con el simbolismo que ello tendría, puesto que fue la primera comunidad en la que firmó un pacto de gobierno con el PP de Alfonso Fernández Mañueco.
En Castilla y León la circunscripción más grande es Valladolid, y asigna cinco escaños. No hay ninguna de seis o más. Actualmente, Vox tiene diputado por Valladolid, Ávila, León, Salamanca, Segovia y Zamora. La semana pasada, el CIS de José Félix Tezanos vaticinó que los perderá todos, aunque dados los precedentes en Vox hicieron caso omiso.
En las elecciones del 28 de mayo en Castilla y León, que solo fueron municipales, Vox retrocedió 10 puntos respecto a las autonómicas de febrero de 2022, del 17,65 al 7,50 %. En un desayuno organizado por El Debate, Abascal argumentó: «Yo no lo considero un desgaste. Creo que no se puede comparar, de ninguna manera, el resultado de unas elecciones municipales con unas autonómicas (…). Es verdad que Vox ha sido visto siempre como una fuerza política nacional». También recordó que ha multiplicado por tres su número de concejales.
En paralelo a esa estrategia de intentar acorazar las circunscripciones pequeñas para que no entre Vox, en las grandes circunscripciones los populares seguirán martilleando con el mensaje del voto útil, según las mismas fuentes. Sobre todo en Andalucía, donde a Juanma Moreno esa apelación le funcionó muy bien en las elecciones autonómicas de junio del año pasado. Allí, en 2019 Vox obtuvo representación en todas las circunscripciones: dos escaños por Almería, Cádiz, Sevilla y Málaga, respectivamente; y uno por Córdoba, Granada, Huelva y Jaén. En total, 12.
Este miércoles, el líder del PP dio un mitin en Murcia acompañado de José María Aznar. Precisamente en una tierra que el PP quiere poner como ejemplo del «bloqueo» que puede sufrir Feijóo por parte de Vox si su victoria no fuera lo suficientemente contundente. El lunes, Vox frustró la investidura del popular Fernando López Miras por negarse a una coalición.
Durante el mitin, tanto Feijóo como Aznar dirigieron duros reproches a la formación con la que ya comparten tres gobiernos autonómicos. «Si el sanchismo y Vox prefieren que siga el Gobierno sanchista, que lo digan. Y si el sanchismo y Vox quieren seguir bloqueando la región de Murcia lo pagarán en las urnas el 23 de julio», vaticinó el candidato popular. A lo que el expresidente del Gobierno añadió: «Si siguen poniendo palos en las ruedas de la bicicleta, la bicicleta seguirá adelante y los palos se van a caer. No es el momento de poner palos, sino de empujar fuerte la bicicleta hacia una gran victoria mayoritaria del PP».