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Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal posan para las cámaras

Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, en su reunión el pasado septiembreEFE

Un cúmulo de reproches tensan cada vez más la relación de Vox con el PP al inicio de una legislatura abrupta

La reprobación de Javier Ortega Smith y los contactos del partido de Feijóo con Junts han acentuado esta semana su confrontación con los populares

El 2024 empezó como terminó 2023. La tensión entre Vox y el Partido Popular crece por momentos, hasta parecer en la última semana una relación irreconciliable entre las direcciones nacionales de ambos partidos, que miran al año electoral que hay por delante –con elecciones gallegas, europeas y vascas– y buscan erigirse como la única oposición a Pedro Sánchez.

En diciembre, el partido de Santiago Abascal recriminaba a los populares su silencio ante la propuesta de coordinar una estrategia conjunta frente al «golpe» encabezado por el dirigente socialista; ahora les acusa de legitimar «un gobierno ilegal que camina hacia la liquidación del Estado de derecho», y de seguir en la estrategia de «demonizar» a Vox.

Según señaló este viernes la portavoz parlamentaria del partido, Pepa Millán, la conclusión a la que llegan es que «si el PP se hubiera afanado tanto en combatir al PSOE como hace con Vox probablemente Sánchez no hubiera llegado a la Moncloa». La lista de reproches en los últimos tiempos es larga:

Reparto de las comisiones parlamentarias. A principios de diciembre quedaron constituidas las comisiones del Congreso, 28 en total, tras un acuerdo entre PSOE, PP y Sumar, que se repartieron las respectivas presidencias, otorgando también dos, una y otra a ERC, Junts y el PNV respectivamente. Vox quedó fuera del reparto, aunque no criticó no tener puesto, sino que los populares pactaran con la izquierda en el contexto actual, especialmente cuando, según argumentaron, en las comisiones mixtas del Congreso y Senado existía una mayoría alternativa con Vox.

Reunión entre Sánchez y Feijóo. En Bambú vieron como un grave error que el líder del PP aceptara, pese a las reticencias iniciales, la oferta de reunión que le había hecho el presidente del Gobierno a través de los medios. «El señor Sánchez legitima a Puigdemont con esas reuniones. Usted no debería legitimar las acciones del señor Sánchez reuniéndose con él», le espetó Abascal a Feijóo emplazándole a dar explicaciones a sus votantes.

Reforma del artículo 49 pactada por PP y PSOE. Según criticó Abascal, esta «no es otra cosa que abrir la puerta a las ideologías extremistas en este caso disfrazadas de sensibilidad hacia las personas con discapacidad» y «va mucho más allá que un simple cambio de terminología». Vox presentó, de hecho, una enmienda a la totalidad en 2021 al considerar que no ha existido el consenso que necesita toda reforma constitucional. Rocío Monasterio, la portavoz en Madrid, señaló que esta modificación no era más que «un intento de normalizar una reforma de la Constitución para lo que vendrá luego».

Mediador de Bruselas para el desbloqueo del CGPJ. El PP propuso que la Comisión Europea actúe como mediadora para renovar el máximo órgano de gobierno de los jueces y modificar la ley del poder judicial. Abascal se pronunció al respecto señalando, por un lado, que ofrecer más pactos a Sánchez «en mitad de su golpe» es «mucho más que un error, y, por otro, que la propuesta serviría al jefe del Ejecutivo para »legitimar su golpe y la amnistía». «Lamento que Feijóo haya decidido rendirse. (...) Solo queda Vox frente al golpe», sostuvo.

Elecciones gallegas. El PP no quiere perder su mayoría absoluta en uno de sus feudos, y su pronóstico es que Vox no logrará representación el 18-F. Este, que presentará esta semana a su candidato, ha criticado las declaraciones de dirigentes populares que en su momento les pidió que no concurrieran para no perjudicar su mayoría absoluta y ahora auguran que los de Abascal no entrarán en el Parlamento, echándoles en cara su postura durante la campaña del 23-J.

Conversación con Junts. Esta semana, el PP confirmó su reunión con el partido de Carles Puigdemont tras las generales para sondear qué iba a hacer ante los pactos de investidura, aunque aseguró que las exigencias de este no podían aceptarse. Pepa Millán tildó de «desleal» haberse enterado de esa reunión meses después y apuntaba a la incompatibilidad de querer «ser oposición» y al mismo tiempo «negociar» con el independentismo. El líder de Vox en Cataluña y secretario general, Ignacio Garriga, volvió a afear las declaraciones del dirigente popular Esteban González Pons en las que afirmaba que la «tradición y legalidad de Junts» no estaban en duda.

Propuesta de ilegalizar partidos. PP y Vox han presentado sendas enmiendas a la totalidad con texto alternativo a la ley de amnistía, que se debatirán este miércoles en el Congreso. Los de Feijóo venían a proponer tipificar un nuevo delito de deslealtad constitucional y que convocar referéndums ilegales o declarar la independencia acarrease la pena de disolución al partido que lo cometiese. Vox les afeó que lanzaran esta propuesta cuando no habían apoyado las que ellos han llevado al Pleno en la legislatura con tal fin.

Reprobación de Javier Ortega Smith. Abascal lanzó duras críticas al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, por la reprobación de su diputado y portavoz en el Ayuntamiento. Le reprochó que en su momento se negara a reprobar a Sánchez y ahora no haya dudado en «sumarse al grito de la izquierda violenta para hacerlo» contra el dirigente de Vox.

El PP señala que Vox no es su «adversario político»

Cuca Gamarra señaló hace unos días que Vox no es su «adversario político». «España tiene un gran problema, ese problema se llama Pedro Sánchez, que es un político que está haciendo un daño tremendo a la sociedad española. (…) Nosotros tenemos muy claro que políticamente es a lo que nos tenemos que dedicar, y no vamos a entrar en otro tipo de provocaciones», zanjó la secretaria general del PP en una entrevista en Europa Press.

Por su parte, Feijóo aludió en su entrevista con El Debate a la idea en la que han insistido desde el 23-J, donde habían apelado al «voto útil» para concentrar el voto en un único partido frente a Sánchez: «Más de 11 millones de ciudadanos votaron en contra de que Sánchez siguiese de presidente del Gobierno. Esos votos juntos darían más de 190 escaños, pero entre dos -PP y Vox- dan 170 escaños», afirmó.

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