Entrevista | Número tres en la lista de Vox para el 9-J
Juan Carlos Girauta: «Sánchez es un autócrata que ha dado un autogolpe y lo va a seguir dando»
El número tres en la lista que encabeza Jorge Buxadé ve en Vox la «única apuesta posible» para sacar a los socialistas de la «ecuación» de gobierno en Bruselas y define como «trascendental» lo que se decida en la UE los próximos cinco años
Juan Carlos Girauta tiene en su haber una amplia trayectoria. Abogado, escritor y columnista, se retiró de la política en 2019, tras varios años en las filas de Ciudadanos, y en 2022 su intención por dar la batalla contra la hegemonía cultural de la izquierda le llevó a impulsar la plataforma Pie en Pared. Ahora vuelve a la primera línea política tras recibir una propuesta de Vox, integrando, como independiente, la lista que encabeza Jorge Buxadé al Parlamento Europeo, en el puesto número tres.
Para él, el 9 de junio es una oportunidad, que si se deja pasar, «puede ser catastrófico». ¿Qué se juega España y toda Europa en estas elecciones? Responde, en su entrevista con El Debate desde la sede nacional de Vox, que la libertad, la prosperidad y la seguridad. Denuncia la coalición entre populares y socialistas durante estos años en Bruselas y ve al partido de Santiago Abascal como «la única apuesta posible» para sacar a los segundos de la ecuación de gobierno.
–¿Qué le lleva a volver a la política activa y a hacerlo con Vox?
–La situación absolutamente excepcional en la que se encuentran España, por las particularidades del sanchismo, y Europa, por esa deriva inexplicable a la que ha conducido la coalición gobernante desde que (Ursula) Von der Leyen interiorizó todos los postulados pseudocientíficos de la nueva fe del catastrofismo climático, de los experimentos con la sociedad europea, como si fueran hormigueros con los que se puede jugar. Es una situación muy peligrosa, por no mencionar las cuestiones bélicas. Y en España, es la disolución acelerada del Estado de Derecho e incluso de la integridad nacional. Si me ofrecen estar en el Parlamento Europeo, creo que sería casi irresponsable decir que no.
–¿Qué les diría a los que acusan a Vox de ser un partido populista?
–Creo que todos los partidos pueden tener momentos populistas. Al final depende de cómo lo definas. Mi definición es la tendencia a decir las cosas que la gente quiere oír. Todos los partidos pecan en algún momento de populistas porque es muy difícil hacer política diciendo todo el rato cosas que la gente no quiere oír. Y hay muchas cosas que la gente no quiere oír.
–Además hay una línea muy fina entre decir lo que la gente quiere oír y describir la realidad...
–Para ser justos, la línea que divide a los partidos políticos es una línea que tiene que ver con sus proyectos. ¿Están dirigidos a destruir o a construir? El PSOE actual es un partido destructivo. Los partidos constructivos en España son el PP y Vox. Con una diferencia entre ambos: que es que uno de ellos en el caso español está actuando raro, pero hablando con bastante claridad, pero en el caso europeo ha formado parte de la coalición que ha gobernado Europa muchos años, de la que curiosamente el PSOE se avergüenza y el PP recuerda constantemente.
–Menciona esa coalición PP-PSOE en Europa, que es una idea en la que Vox ha incidido durante toda la campaña. ¿Qué efecto cree que puede tener en el electorado del PP? ¿Cree que le llega a la gente? Porque Europa siempre se ve como algo muy lejano que no afecta a España directamente...
–Es que esa es la cuestión. Lo que pasa en Europa sí afecta muy directamente a España. Voy a aprovechar para pedir a los lectores de El Debate un acto de confianza: les aseguro que lo que se decidirá en Europa en los próximos cinco años es trascendental. Es una legislatura como no la ha habido en muchas décadas. Se van a construir o a destruir cosas muy importantes. Se puede o acabar directamente con el campo europeo o salvar el campo europeo. Se puede condenar a la industria europea o se puede salvar y hacerla competitiva. Y esto depende de una aritmética. El 80 % de las leyes en España son resultado de transponer decisiones de Europa. Es esencial sacar de la fórmula de gobierno europea a los socialistas, porque así todas estas amenazas desaparecerán. Y eso lo vamos a hacer nosotros y no lo va a hacer el PP.
Lo que se decidirá en Europa en los próximos cinco años es trascendental. Es una legislatura como no la ha habido en muchas décadas
–¿Por qué hay que votar a Vox?
–Eso lo sabe la gente. Vox no tiene que demostrarlo. Todo lo que ha podido hacer lo ha hecho. Y en estas elecciones, en vez de despistar con argumentos relacionados con la política doméstica, estamos diciendo claramente: los problemas de Europa tienen que ver con la destrucción de su economía a partir de postulados utópicos y con una inseguridad creciente y el futuro que les espera a muchos barrios europeos, a las mujeres y a los niños europeos si seguimos con la inmigración descontrolada. Que nadie quiera ver en esto un discurso xenófobo, racista ni nada por el estilo. Las leyes existen para cumplirse. Lo democrático y lo propio de un Estado de derecho es el imperio de la ley. Si algo es ilegal, es ilegal.
Para la cultura musulmana la mujer tal como se mueve, como viste, como trabaja y como habla en nuestro mundo, en el mundo libre, es una ofensa, es intolerable. Hay que luchar con las ideas contra estos señores para dejarles claro que el sistema de valores de la democracia liberal es superior al suyo. Es un problema muy grave del que la izquierda no quiere que hablemos, pero existe.
Y el PP, de gente constructiva y bienintencionada, dice: sí, votemos a favor de que se discuta la regularización masiva de medio millón. Si vamos de regularización masiva en regularización masiva lo único que hacemos es incentivar a que vengan los ilegales, porque saben que sin cumplir las normas acabarán teniendo el mismo estatus que los que han venido legalmente. El primer discriminado por esta regularización masiva es el inmigrante legal. Las fronteras son buenas, porque permiten mantener un espacio donde rige la ley, la democracia está vigente, la seguridad...,que haya libertad.
–La cuestión de la inmigración ilegal y sus consecuencias ha sido el tema principal de Vox en la campaña en Cataluña, en el País Vasco, y Vox ha mantenido sus votos y ha centrado el debate en ese tema. En Europa están en auge sus partidos socios que defienden el control de las fronteras. No sé si cree que la etiqueta de ‘xenófobo’ o ‘racista’ ha perdido ya efecto, y hay más percepción en la calle de esas consecuencias...
–Es que yo creo que la etiqueta de xenófobo y racista se la puede permitir el pijo, el típico votante de izquierda que se siente superior. La izquierda pija, Sumar, lo que quiere es alardear moralmente. El PSOE sigue un poco ese camino en sus élites y luego tiene una masa de votantes más grande que un día reaccionará, porque quiero recordar que el Partido Socialista en Francia, en Italia, en Grecia se cayó a peso. Los partidos socialistas convencionales y las derechas convencionales se caen a peso porque no responden a los problemas que la gente tiene y no quieren hablar de ellos, y dejan de representar a la gente. Tenemos partidos que están diciéndole: sabemos que este problema existe.
–Usted es activista en la batalla cultural, contra la ideología woke. Vox se ha mostrado muy crítico con la deriva de la UE en ese sentido. ¿Por dónde habría que empezar a revertirlo?
–Primero por las que afectan a las cosas de comer. Todo el perjuicio que se le ha ocasionado al sector primario es culpa de una nueva religión de sustitución, que tiene componentes muy alarmantes. Yo creo que esto tiene que ver con la guerra cultural, porque la imposición de estas teorías supuestamente científicas es una imposición cultural, no científica, no es una verdad científica que se ha encontrado de repente y que tiene una solución.
Von der Leyen se tiene que marchar, y absoluta y necesariamente Teresa Ribera no puede ser comisaria
Es un gran sesgo basado en algo que por supuesto que existe, el cambio climático. Que ha existido siempre. No tiene nada que ver con la ciencia. Es un experimento de ingeniería social para ver qué pasa. Qué pasa si cogemos un continente y hacemos de él una especie de jardín donde todo el mundo de toda Europa viva en unas casitas iguales. Porque esto es lo que viene. Esto es un proyecto que tiene Von der Leyen...
–Vox ya ha dicho que con sus votos no va a hacer a Ursula Von der Leyen presidenta de la Comisión Europea...
–Lo más urgente de todo es que Von der Leyen se marche. Se tiene que marchar y absoluta y necesariamente Teresa Ribera no puede ser comisaria. Porque se presenta para ser Comisaria, además de la cosa Verde, comisaria sacerdotisa jefe de la nueva religión.
–¿Qué candidato vería con buenos ojos Vox para presidir la Comisión?
–Bueno, si no es Von der Leyen ya vamos bien. Yo he dicho un nombre que solo me vincula a mí, no a Vox. A mí me gusta mucho (Antonio) Tajani, porque demostró una sensibilidad extraordinaria con el tema de España cuando hubo el golpe de estado, habla español perfectamente, es muy sensato, es el ministro de Exteriores de Meloni, aunque no sean del mismo partido,...Y Meloni lo debe estar haciendo muy bien cuando el PP se la quiere apuntar, y por cierto, en este terreno, sin mala fe, yo le digo: pregúntenle a Meloni a quién hay que votar en España.
–El PP interpreta estas elecciones de alguna manera como un plebiscito contra Pedro Sánchez. Y Sánchez en estos últimos días las presenta como un plebiscito sobre su mujer. ¿Cómo lo ve Vox?
–Como una tomadura de pelo. Como no quieren hablar de Europa, que es lo que se vota...Nos están engañando los dos grandes partidos. Es mentira que esto tenga que ver con Sánchez y con su mujer. El tema de Sánchez es un tema del que seguiremos hablando, porque es un autócrata que ha dado un autogolpe y lo va a seguir dando, y vamos a tener que luchar mucho para que se vaya.
Y el tema de su mujer es una indecencia, para empezar, y a lo mejor es delictivo también, y están presionando a jueces, y esto habrá que criticarlo. Sí, muy bien. Pero esto es otro asunto. Estas son las elecciones europeas. Tenemos el problema de Sánchez y tenemos unas elecciones europeas importantísimas que no son un plebiscito sobre Sánchez. Ahora, si el señor Feijóo ha querido convertirlas en un plebiscito, me parece un error, porque también son un plebiscito sobre él.
–¿Cree que la estrategia de Pedro Sánchez de hablar de la «máquina del fango» moviliza al electorado de izquierdas?
–Sí, seguro. Yo en el electorado de izquierdas tengo poca esperanza, con todos mis respetos. Que se pueda seguir votando a la izquierda en España cuando ha demostrado que es contraria a cualquier medida de integración, a la igualdad de los españoles ante la ley, a la igualdad de derechos, a que las comunidades autónomas sean solidarias...
¿A qué Sánchez vota usted, al que dijo que la amnistía es inconstitucional o al que dijo que es constitucional? Si vota a los dos, tiene un problema, es de un club de fútbol y lleva una camiseta que pone Sánchez, y diga lo que diga, votará a Sánchez. Eso es irracional. No pertenece al terreno de la política constructiva.
Si el señor Feijóo ha querido convertir las elecciones europeas en un plebiscito, me parece un error, porque también son un plebiscito sobre él
Yo me dirijo a la otra media España que lo que quiere es que nos vaya bien a todos, prosperidad, justicia, libertad, igualdad ante la ley. Le digo: créame que estamos decidiendo una cosa importantísima que tiene que ver con Europa. En este momento no tiene que ver con Sánchez. Esa media España sabe muy bien que para sacar a los socialistas de la fórmula de gobierno europeo Vox es la apuesta, la única posible. Y me remito a hechos: 90 % de votos compartidos Partido Popular y socialistas, y luego insistencia en el error.
–¿Usted es de los que consideran que la amnistía la va a frenar Europa?
–La amnistía la puede obstaculizar enormemente y eventualmente impedirla el Tribunal de Justicia de la UE -no digo que lo vaya a hacer- si actúa de acuerdo con las leyes. Porque en Europa no se puede admitir una amnistía cuando hay un delito de terrorismo ni cuando hay malversación. El señor Puigdemont está investigado por terrorismo. Y, si se le juzga, con absoluta seguridad será condenado por malversación, porque lo fueron Junqueras, Turull, los Jordis...Cómo no lo va a ser él, que era el presidente de la Generalitat.
Desde un punto de vista estrictamente jurídico, el TSJUE le puede reventar los planes de la amnistía. El problema es que como país soberano, admitiendo que es bueno que exista ese tribunal, tendríamos que haber podido hacer alguna otra cosa. ¿Se puede infringir la ley de una manera tan burda, violar la Constitución de una manera tan salvaje, aprobar una ley que dice que la Corona se equivocó, que se equivocaron los jueces y los magistrados, los policías, el Gobierno, la oposición que aprobó el 155 y que quien tenía razón eran los golpistas violentos?
Me parece un poco bestia que no haya mecanismos nacionales. Y había uno, que desbarata completamente la operación de Sánchez, el conflicto institucional. El Senado dice no puedo tramitar esto porque es un ilícito reconocible a la legua y esto se va al TC y ahí se pasa 12, 14, 15, 18 meses, y durante este tiempo se ha acabado todo el pacto de Sánchez con Puigdemont, y se ha reventado la operación porque la operación de dar la amnistía y que Sánchez y su unánime coro diga que es constitucional y que va a traer la convivencia es por siete votos. Pero si resulta que luego se va al TC y se toma su tiempo y pasan las semanas y los meses y no puede cumplir, le habría reventado la operación. Es lo que tendría que haber hecho una oposición cabal.
–¿Qué va a pasar en Cataluña?
–No quiero decir lo que creo que va a pasar en Cataluña porque Ignacio Garriga se enfadará, prefiero no decirlo... Para que eso saliera, tendría que humillarse Illa y dejar que Puigdemont gobernara. Pero ha habido una noticia sobre el voto telemático que el TC no daba por válido y no sé se sabe muy bien cómo va a ir. Puigdemont a cambio de sus siete votos no solo quería la amnistía, quería que, si ganaba, le dieran la presidencia. Sánchez le ha dicho «usted no ha ganado», y él le ha dicho «usted tampoco». Se ha encontrado con la horma de su zapato.