Está desdibujada
El PP hace el vacío a Yolanda Díaz en el Congreso y el Senado
Los populares llevan tres semanas sin preguntar a la vicepresidenta segunda en la sesión de control de la Cámara Baja, y ya no lo harán hasta el próximo curso. En la Cámara Alta, aún más
La vicepresidenta segunda no tiene quien le pregunte. Por tercera semana consecutiva, Yolanda Díaz asistirá como convidada de piedra -si es que decide asistir- a la sesión de control al Gobierno del miércoles en el Congreso. Que es, además, la última del curso político. Ya no habrá más hasta septiembre.
Tanto la oposición como los socios del Gobierno han renunciado a dirigirse a la también ministra de Trabajo para interesarse por cuestiones de su departamento. Tienen otras prioridades. Y ello es sintomático de la situación por la que atraviesa Díaz, acentuada por la catástrofe de Sumar en las elecciones europeas: cada vez más desdibujada, cada vez menos protagonista. Le están haciendo el vacío.
La última vez que el PP se dirigió a la socia de Sánchez en las habituales sesiones de control al Ejecutivo en la Cámara Baja fue el 29 de mayo, en la última sesión antes de los comicios europeos. Aquel fue el día en que un micrófono abierto pilló a Díaz mandando «a la mierda» al PP, después de una pregunta de Alberto Núñez Feijóo al presidente en sede parlamentaria.
A la vicepresidenta segunda le preguntaron los diputados del PP Esther Muñoz y Jaime de Olano. Ella por la estabilidad del Gobierno de coalición; él, por qué los españoles son cada vez más pobres. Ese día, la también ministra de Trabajo respondió una interpelación de Vox sobre las consecuencias de la posición española sobre Israel en el mercado laboral.
Desde el grupo parlamentario popular en el Congreso explican que hay 22 ministros y solo tienen 10 turnos de pregunta en cada sesión, así que tienen que afinar la puntería. Y, hoy por hoy, Díaz no tiene preferencia. Vox dispone de menos cupo: dos preguntas por sesión, una cifra tan baja que el grupo parlamentario de Santiago Abascal se ha quejado varias veces, aunque sin éxito.
En el Senado tampoco
En el caso del Senado, Díaz lleva sin intervenir en las sesiones de control de los martes por la tarde desde el Pleno del 2 de abril, y ya no habrá más hasta la vuelta del verano. Aunque, en este caso, no es solo por desinterés de la oposición en ella, sino que ha habido martes que ha excusado su presencia.
En el Consejo de Ministros también ha perdido visibilidad en favor, incluso, de otros ministros de Sumar que están por debajo de ella. La última vez que la Moncloa permitió que Díaz compareciera en la rueda de prensa semanal tras el Consejo de Ministros fue el 21 de mayo, acompañada de la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, y del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
Más recientemente han salido en rueda de prensa desde la Moncloa la ministra de Sanidad, Mónica García, uno de los martes; y los titulares de Cultura y de Derechos Sociales, Ernest Urtasun y Pablo Bustinduy, otro.
En público, los socialistas evitan hacer leña del árbol de su socia. En la entrevista que Sánchez concedió a TVE tras las europeas, el presidente definió a su vicepresidenta segunda como «uno de los principales activos» del Gobierno de coalición, tras su dimisión como coordinadora general de Sumar. En privado, en el PSOE preocupa la atomización del espacio a su izquierda y que la descomposición de Sumar desestabilice el Ejecutivo.
Desde el Gobierno trasladan que Díaz seguirá siendo la interlocutora y socia de Sánchez. Pero a la vez matizan que, si Sumar elige nuevo líder, dependerá de ellos decidir quién debe encabezar cualquier negociación con el PSOE.
Por lo pronto, es Díaz la que está pilotando las conversaciones con los socialistas para ese paquete de supuesta «regeneración democrática» que el presidente prevé presentar al Congreso en julio. Así como también los cambios en la Ley Orgánica del Poder Judicial, si el PP no llega a un acuerdo con el PSOE antes del 30 de junio. Ésa es, al menos, la fecha tope que ha puesto Sánchez a Feijóo.