Javier Gómez de Liaño y Mariano Gomá analizan la actualidad jurídica, en El Debate

La aprobación de la Ley de la Amnistía y las dudas sobre el encaje de la malversación en la polémica norma; el enfrentamiento de los fiscales de Carrera con su superior jerárquico, Álvaro García Ortiz, acerca del borrado penal del procés que llevó, incluso, a plantear un conflicto por discrepancias severas ante la Junta de Fiscales de Sala del Supremo; las maniobras del titular del Ministerio Público en los nombramientos de su predecesora en el cargo, Dolores Delgado y su inminente imputación por la presunta revelación de secretos del novio de Isabel Díaz Ayuso, en una nota de prensa con sello de la Institución; la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), sin modificar el sistema de elección de los vocales; el papel del Tribunal Constitucional como órgano de apelación del Supremo,...

El abogado y ex magistrado Javier Gómez de Liaño y el fundador de Foro España, Mariano Gomá, se sientan en la redacción de El Debate para hablar sobre los asuntos de actualidad en relación con el Estado de Derecho, la separación de poderes y la independencia judicial en nuestro país.

La Justicia, en España, es un paciente muy delicado Estado de salud que va superando los baches gracias al buen trabajo de los muy buenos jueces que tenemosJavier Gómez de LiañoAbogado

El diagnóstico es compartido sobre la Justicia. «Lo de la democratización de los jueces por su origen, es un mito. Y al argumento de que los jueces no son elegidos por el pueblo y por tanto, no son democráticos yo respondería trasladándoselo a los jueces que han estado y están en el Parlamento actual: Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska... El gran problema está en el empeño de algunos que no sobrepasan el límite del leguleyo o del tábula de creer que este sistema de selección de los jueces por el sistema de oposición es un sistema que no cubre la necesidad democrática. De todos los cuerpos de la administración del Estado (y no olvidemos que los jueces son Poder Judicial, cada uno en particular son Poder Judicial), el único empeño que existe para modificar el sistema de selección es en la Judicatura. No se habla de suprimir las oposiciones a abogado del Estado ni de la Fiscalía siquiera, ni los registradores de la propiedad, ni los notarios. Solo de los jueces. ¿Por qué? Porque yo creo que creo en la experiencia y además fui preparador durante muchos años de jueces, que hay algunos que les gusta que más que un juez se sepa no los Códigos y las Leyes de memoria sino nombre de los líderes de los partidos políticos que les van a aupar. Soy así de crítico», asegura Gómez de Liaño.

«En estos momentos el Gobierno y las estructuras institucionales han perdido un poco aquella jerarquía que tenían hace 40 años y en estos momentos se le tiene menos respeto. No porque sean mejores ni peores los jueces, sino porque es que, claro, la gente está viendo cosas que antes no veía», apostillá Mariano Gomá.

Como, por ejemplo, el papel del Tribunal Constitucional en el blanqueamiento de los ERE de Andalucía. Y es que, a juicio de Gomá, «la sociedad esto no se lo explica». «Es decir, la sociedad está asistiendo atónita. O sea, los ciudadanos estamos asistiendo atónitos a todo esto. A todo este conjunto de perversiones, perversidades que se están cometiendo. Y no hay nadie que lo frene. Cuando en teoría teníamos que frenarlo nosotros, la propia sociedad, el propio ciudadano, tendría que decir que no, que nosotros no les hemos nombrado aquí para que hagan esto, fuera. Si resulta que todo lo de los ERE de Andalucía, que está meridianamente claro y demostrado que se han malversado más de 690 millones de euros, y con todas las condenas que ha habido demostradas, ahora esto no ha pasado. Lo mismo que en Cataluña, durante el 1-O y, después, en 2019, que fue verdaderamente una guerra en las calles, con una violencia extrema tampoco ha pasado. Y, no solamente no ha pasado, sino además, pobrecitos que los malos fueron los policías que intentaban frenar a las a las hordas que llegaban con adoquines... Entonces, claro, todo esto la sociedad lo está viendo y no lo puede entender».

El TC, en un ejercicio expansivo de sus funciones está intentando destrozar sentencias jurídicamente impecables como fueron las de la Audiencia de Sevilla y la jurisprudencia del Tribunal SupremoJavier Gómez de LiañoAbogado

Como tampoco parecen haber entendido muchos la gestión de la comparecencia de la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, investigada por un presunto doble delito de tráfico de influencias y de corrupción en los negocios entre particulares. Medidas de seguridad extraordinarias, acceso privilegiado a través del parking, prensa limitada en el interior de los juzgados,...

«Se habla mucho y con mucha intensidad de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Yo creo que en España eso está asegurado, constitucionalmente asegurado. De ahí que distinga entre igualdad de los ciudadanos ante la ley de igualdad de los ciudadanos, ante los tribunales. Y llegado a este punto. Puedo abordar o podemos abordar si realmente ese trato que se le ha dispensado a la mujer del presidente del Gobierno vulnera, o no, el principio de igualdad de los ciudadanos ante los tribunales», plantea Gómez de Liaño. «En Plaza Castilla había un enorme malestar cuando saltó la noticia de que la señora decana de los Juzgados acordaba que por razones de seguridad, en base a un informe de Presidencia del Gobierno, doña Begoña Gómez llegara en su coche que, además, era oficial y entraba por el garaje. Eso es una excepción que sentaba francamente mal».

Y es que, «si hay una cosa que no soporta el ciudadano, el común de cualquier país democrático, es que la Justicia haga distinciones. Y lo de este viernes, con todas las consideraciones a la señora decana, es una distinción, a mi juicio, no del todo justificada. El riesgo de que un exaltado quiera lanzar un improperio se tiene igual cuando se va a un una sede judicial que cuando se va a un desfile de moda. La sensación que tengo después de tantos años es que la señora Begoña Gómez no quiere ir con la cabeza alta y que se avergüenza de ir a un tribunal de Justicia», considera el veterano abogado.