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La brutal paliza de un hombre a otro al que acusa de violar a mujeres y de robarle la cartera

La brutal paliza de un hombre a otro al que acusa de violar a mujeres y de robarle la cartera

La brutal paliza de un hombre a otro al que acusa de violar a mujeres y de robarle la cartera

Ha ocurrido en una playa de Granadilla en Tenerife: un turista, palo en mano, lo lleva a golpes hasta el mar

Los turistas que estaban en esa playa del sur de Tenerife no se podían creer lo que estaban viendo. De repente, un hombre de 33 años, de origen holandés, aparece corriendo de la nada. En la mano llevaba un palo de aluminio en forma de escuadra o de «L». Va en dirección a otro individuo que estaba tumbado tomando el sol. Sin que el otro lo esperara ha comenzado a golpearle de forma salvaje. En el video se ve claramente.

Los turistas han creído entender que en los gritos que profería durante la agresión, le acusaba de haberle intentado robar la cartera. La paliza ha sido severa: le arreaba sin parar hasta que el otro ha caído en el mar. Ha tenido que intervenir la Policía Local de Granadilla para acabar con la agresión. La víctima, de 48 años y origen austriaco, presentaba múltiples cortes provocados por el filo del aluminio. «Si llega a llevar una barra de hierro o un palo de madera, lo deja seco», ha comentado alguno de los testigos.

Sin embargo, la causa de la agresión no está clara: a la policía local de Granadilla, el agresor les ha dicho que la paliza se debía a que el austriaco era un violador de mujeres. Quería dar a entender que se merecía el castigo y él había hecho justicia. Lo han engrilletado y lo han puesto a disposición judicial.

En esa sede el detenido ha regresado a la versión de la cartera y el intento de robo. Al cierre de esta edición el holandés estaba pendiente de ser sometido a una valoración psiquiátrica por parte del médico forense del juzgado. Tanto Granadilla como otras localidades del sur de Tenerife tienen un problema severo de personas viviendo en cuevas. Suelen ser extranjeros sin recursos -a los que muchos llaman hippies- y que se han instalado en su interior.

Según fuentes judiciales, muchos de ellos son personas que padecen enfermedades mentales. De hecho, recuerdan que hace unos cinco años, dos varones que vivían en el interior de una cueva agredieron salvajemente a una mujer de una cueva cercana: incluso intentaron quemarla viva. Cuando los verdugos fueron identificados y detenidos, los agentes se dieron cuenta de que eran extranjeros y que uno de ellos estaba reclamado Interpol: sospechoso de asesinato en su país.

Los vecinos del sur de Tenerife se quejan de estas personas porque suelen montar trifulcas: no están censados y a veces tiene comportamientos imprevistos y peligrosos. Viven en cuevas ya que el clima es benigno y les permite aguantar en un lugar tan poco preparado.

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